Trump implica a EEUU en la guerra de Israel e Irán: «Sabemos dónde está el ayatolá Jamenei, pero no le mataremos por ahora»

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Donald Trump ha decidido implicar directamente a Estados Unidos en el conflicto entre Israel e Irán y ha lanzado un ultimátum a Teherán: «¡Rendición total!». El presidente estadounidense ha ido aún más allá y ha lanzado una personalísima advertencia al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei: «Sabemos dónde se está escondiendo… No le vamos a matar, al menos por ahora».

En una serie encadenada de mensajes en su red Truth Social, antes de reunirse con el equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca, Trump ha reconocido implícitamente la entrada en el conflicto, arrimando el ascua a Israel y usando la primera persona del plural: «Tenemos el control total de los cielos iraníes». A lo largo de la tarde ha ido subiendo su retórica hacia Teherán: «Nuestra paciencia se está acabando».

Casi al mismo tiempo, el vicepresidente, J.D. Vance, advertía en otro mensaje en las redes que Irán «tiene más uranio enriquecido del necesario para usos civiles» y que Trump puede tomar «acciones adicionales» para acabar con el programa nuclear. «Será el presidente quien decida», apostilló.

El Pentágono ha confirmado, entre tanto, «el despliegue de capacidades adicionales» en Oriente Próximo para «reforzar la posición defensiva en la región», incluido el desplazamiento del portaaviones nuclear USS Nimitz al Golfo Pérsico tras completar maniobras en el mar de China Meridional. Varios bombarderos B-2 se han desplazado hacia la zona, así como un treintena de aviones cisterna militares KC-135 y KC-46.

La escalada estadounidense se produjo horas después de que el presidente Trump abandonara de improviso la cumbre del G7 en Canadá anunciando que estaba preparando «una solución mejor que un alto el fuego», lo que dio pie a todo tipo de especulaciones sobre las intenciones de Estados Unidos de implicarse activamente en el conflicto.

Trump dejó en la estacada a los líderes mundiales y humilló al presidente francés, Emmanuel Macron, asegurando que «siempre está equivocado» y acusándole de haber presentado «de manera errónea» sus intenciones sobre Irán: «No tiene ni idea de por qué estoy de camino hacia Washington». La cumbre del G7 (rebautizada como el G6 por Le Point tras la deserción de Trump) evidenció en cualquier caso el fiasco de la diplomacia occidental y del multilateralismo.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, logró al menos que Trump estampara su firma en un comunicado conjunto a favor de la «desescalada militar», que reconocía al mismo tiempo «el derecho de Israel a defenderse a sí mismo» y apuntaba hacia Irán como «la principal fuente regional de inestabilidad»

Trump ya rumiaba sin embargo su desmarcaje y su respuesta unilateral al conflicto, como así lo hizo saber sobre la marcha en las redes: «Irán tenía que haber firmado el acuerdo (sobre su programa nuclear) y yo le dije que firmaran». Es una vergüenza y una pérdida de vidas humanas. Irán no puede tener un arma nuclear. Lo dije una y otra vez… Todo el mundo debería evacuar inmediatamente Teherán».

Emmanuel Macron, el premier Keir Starmer y el canciller alemán, Friedrich Merz, se quedaron literalmente en fuera de juego tras la espantada de Trump, apartados de la escena mundial ante las Montañas Rocosas. Una de la escenas más destacadas de la cumbre fue cuando Trump dejó caer el tratado de comercial bilateral firmado con el Reino Unido y Starmer tuvo que agacharse servicialmente para recogerlo.

En plena cuenta atrás, los tres líderes europeos coordinaron una llamada de sus respectivos ministros de Exteriores con su homólogo iraní, Abbas Araghchi, para que volviera a la mesa negociadora, se comprometiera a poner fin al programa de enriquecimiento del uranio y no cumpliera la amenaza de retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Araghchi replicó alegando que si el presidente Trump quiere de veras una solución al conflicto debe reclamar a Israel el cese inmediato de la «agresión militar». «Todo lo que hace falta es una llamada desde Washington a Netanyahu», recalcó el ministro iraní. «Eso puede allanar el terreno a la vuelta a la diplomacia».

Los líderes europeos buscaron también en las últimas 48 horas el acercamiento a los países del Golfo Pérsico para pedir su mediación en el conflicto. Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Omán y Qatar fueron los países a los que se recurrió in extremis, pero Donald Trump tenía ya sus propios planes.

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