«Esto es un punto y aparte en la historia del Partido Socialista Obrero Español. Y que no anden con paños calientes, esto no se soluciona ni muchísimo menos pidiendo perdón». Pepe Sacristán siempre habla con compromiso: cuando interpreta a sus personajes en la ficción, pero también cuando le preguntan por su país.
Lo ha vuelto a hacer compartiendo su indignación por el Caso Koldo. «El daño que estos miserables suelen hacer siempre es mucho mayor cuando se comete dentro de la izquierda. Porque la derecha cuenta con una feligresía que le es mucho más fiel de lo que suele ser la izquierda a la suya. Terrible. Sin paliativos. Vergonzoso«, ha explicado en declaraciones a los medios de comunicación.
Aunque quizá la feligresía también es más transversal que hace unos años, pues la estrategia política también del PSOE y otros partidos a la izquierda se ha centrado en los últimos tiempos en la táctica de congregar votos por el miedo a otros más que por las ilusiones propias.
El problema es si el terror paraliza la conciencia crítica. Entonces, somos todos más manipulables. Dejamos de ser ciudadanos para ser consumidores de fe ciega. Se ve muy bien en las redes sociales, donde unos y otros se posicionan sin titubear dependiendo de su «bando». Lo mismo pasa ya en la izquierda que ha ido amasando fans que justifican o no determinados hechos dependiendo los intereses de sus partidos. Incluso «cancelan» a artistas si verbalizan públicamente lo que piensan. Por eso mismo, gana el silencio. Actualmente es raro ver a cantantes o actores significarse políticamente como en los setenta u ochenta. Tienen pavor a ser acribillados por los hooligans de los partidos.
No es el caso de Pepe Sacristán, que sabe lo que le costó lograr la libertad. Y continúa ejerciéndola. Es más, lo hace con la profundidad de poner el foco en la peligrosa coletilla que se repite mucho estos días de «lo hacen todos«, promoviendo una desafección política que tambalea los valores democráticos. Ahí, Pepe Sacristán también nos da una herramienta para un futuro más constructivo en donde los corruptos no se sientan legitimados porque «es lo normal«.
«Ya está bien del ‘y tú más’. Eso no sirve absolutamente para nada. Esto es sencillamente impresentable y la solución tiene que ser terminante«, concluye Sacristán con la inteligencia que otorga la experiencia curtida en poder vivir tantas vidas gracias a la ficción. Tantas vidas, también las de la picaresca nacional que, a menudo, parece que sigue atrapada en aquel cine de la españolada. Basta un golpe de vista sobre Koldo, Ábalos y Cerdán. Podían ser señoros de las películas del destape de los setenta, pero no: son de nuestro tiempo.
«Esto no se soluciona ni muchísimo menos pidiendo perdón»
«Esto es un punto y aparte en la historia del Partido Socialista Obrero Español. Y que no anden con paños calientes, esto no se soluciona ni muchísimo menos pidiendo perdón». Pepe Sacristán siempre habla con compromiso: cuando interpreta a sus personajes en la ficción, pero también cuando le preguntan por su país.
Lo ha vuelto a hacer compartiendo su indignación por el Caso Koldo. «El daño que estos miserables suelen hacer siempre es mucho mayor cuando se comete dentro de la izquierda. Porque la derecha cuenta con una feligresía que le es mucho más fiel de lo que suele ser la izquierda a la suya. Terrible. Sin paliativos. Vergonzoso«, ha explicado en declaraciones a los medios de comunicación.
Aunque quizá la feligresía también es más transversal que hace unos años, pues la estrategia política también del PSOE y otros partidos a la izquierda se ha centrado en los últimos tiempos en la táctica de congregar votos por el miedo a otros más que por las ilusiones propias.
El problema es si el terror paraliza la conciencia crítica. Entonces, somos todos más manipulables. Dejamos de ser ciudadanos para ser consumidores de fe ciega. Se ve muy bien en las redes sociales, donde unos y otros se posicionan sin titubear dependiendo de su «bando». Lo mismo pasa ya en la izquierda que ha ido amasando fans que justifican o no determinados hechos dependiendo los intereses de sus partidos. Incluso «cancelan» a artistas si verbalizan públicamente lo que piensan. Por eso mismo, gana el silencio. Actualmente es raro ver a cantantes o actores significarse políticamente como en los setenta u ochenta. Tienen pavor a ser acribillados por los hooligans de los partidos.
No es el caso de Pepe Sacristán, que sabe lo que le costó lograr la libertad. Y continúa ejerciéndola. Es más, lo hace con la profundidad de poner el foco en la peligrosa coletilla que se repite mucho estos días de «lo hacen todos«, promoviendo una desafección política que tambalea los valores democráticos. Ahí, Pepe Sacristán también nos da una herramienta para un futuro más constructivo en donde los corruptos no se sientan legitimados porque «es lo normal«.
«Ya está bien del ‘y tú más’. Eso no sirve absolutamente para nada. Esto es sencillamente impresentable y la solución tiene que ser terminante«, concluye Sacristán con la inteligencia que otorga la experiencia curtida en poder vivir tantas vidas gracias a la ficción. Tantas vidas, también las de la picaresca nacional que, a menudo, parece que sigue atrapada en aquel cine de la españolada. Basta un golpe de vista sobre Koldo, Ábalos y Cerdán. Podían ser señoros de las películas del destape de los setenta, pero no: son de nuestro tiempo.
20MINUTOS.ES – Televisión