Desde hace once años, el 21 de junio es el Día Internacional del yoga, una de las actividades físicas más completas en cuanto al equilibrio de cuerpo y mente. Todos tenemos cerca a alguien que practica yoga y que lo recomienda con insistencia. Normal: hacer yoga tiene múltiples beneficios, por dentro y por fuera, que han sido demostrados científicamente.
El yoga puede contrarrestar la pérdida de flexibilidad que con el paso de los años puede llegar, mejorar la postura, el equilibrio y la fuerza del organismo, además de ayudar a controlar el estrés, aportar más energía e incluso mejorar la memoria. También reduce la presión sanguínea, el riesgo de obesidad o enfermedad cardiovascular y hasta aliviar dolores, incluyendo la artritis.
Como cualquier disciplina que nos saca del sedentarismo, el yoga tiene beneficios claros para la salud, en cuerpo y mente. Sin embargo, antes de comenzar a practicarlo, de decidirnos, es bueno tener en cuenta algunas recomendaciones básicas.
Buscar y elegir entre tanta oferta
Algunos métodos se centran sobre todo en el cuerpo físico mientras que otros lo hacen más en la mente, las emociones y hasta en la faceta espiritual. Cada instructor es diferente en su método. Sería conveniente probar diferentes clases y profesores para encontrar el que mejor se adapta a lo que buscamos.
Elegir un tipo de yoga según los objetivos
Si se busca relajación y eliminar estrés, una clase suave como el yoga en silla, el hatha yoga o el yoga reconstituyente, que incluyen más relajación y meditación, podría ser lo más adecuado. Aunque los movimientos son más suaves en estos tipos de yoga también se puede aumentar la fuerza y la flexibilidad del organismo. Si se busca más ejercicio físico y cardio y el yoga es el único ejercicio que se realiza, la mejor elección podría ser una clase con más movimiento como el vinyasa yoga. Un componente importante en este estilo de yoga más activo es la combinación del movimiento con la respiración.
Primero, estar y mirar
Para iniciarse en el yoga, puede ser beneficioso observar una clase antes de participar en ella o familiarizarnos con las posturas. De ese modo podemos asegurarnos de que la clase está a un nivel apropiado para nosotros. Incluso una clase más fuerte debería dejar tiempo suficiente para la relajación al final porque el cuerpo necesita tiempo para descansar y recuperarse.
Informar de cualquier trastorno de salud o lesión
Es esencial asegurarse de que el instructor está avisado de cualquier trastorno o limitación que tengamos y que posea una certificación válida y pueda ayudarnos a trabajar en nuestro nivel de habilidad.
Comenzar con una clase para principiantes
Muchos centros sociales y de deporte ofrecen clases para principiantes. Estas clases tienen en cuenta aspectos de la salud comunes para muchas personas como problemas cardiacos, osteoporosis, trastornos de la espalda y los huesos o el reemplazo articular. En una buena clase para principiantes se modifican las posturas con variaciones más suaves y fáciles, y se descartan las actividades en las que haya que doblar el cuerpo. Todo ha de ser gradual. La respiración profunda consciente, la meditación y la relajación se suelen incluir, los componentes quizá más beneficiosos para el estrés y la ansiedad.
Ir poco a poco para evitar lesiones
El yoga es un proceso en el que se toma conciencia del propio cuerpo y se parte de cada situación individual para trabajar. No debería existir dolor en el yoga y las clases más vigorosas aumentan las posibilidades de lesión, en especial si no se está familiarizado con los mecanismos corporales correctos para las posturas. Es básico aprender cómo realizar las posturas despacio y deliberadamente antes de intentar realizarlas más deprisa.
Nos saca del sedentarismo y tiene claros beneficios claros, en cuerpo y mente. Tras elegir entre los distintos tipos de yoga, hay que comenzar poco a poco para evitar lesiones.
Desde hace once años, el 21 de junio es el Día Internacional del yoga, una de las actividades físicas más completas en cuanto al equilibrio de cuerpo y mente. Todos tenemos cerca a alguien que practica yoga y que lo recomienda con insistencia. Normal: hacer yoga tiene múltiples beneficios, por dentro y por fuera, que han sido demostrados científicamente.
El yoga puede contrarrestar la pérdida de flexibilidad que con el paso de los años puede llegar, mejorar la postura, el equilibrio y la fuerza del organismo, además de ayudar a controlar el estrés, aportar más energía e incluso mejorar la memoria. También reduce la presión sanguínea, el riesgo de obesidad o enfermedad cardiovascular y hasta aliviar dolores, incluyendo la artritis.
Como cualquier disciplina que nos saca del sedentarismo, el yoga tiene beneficios claros para la salud, en cuerpo y mente. Sin embargo, antes de comenzar a practicarlo, de decidirnos, es bueno tener en cuenta algunas recomendaciones básicas.
Otros beneficios de hacer yoga
- Aunque parezca una disciplina relajada, con el yoga también se queman muchas calorías, más de las que podríamos imaginar a priori, pues en una clase completa se pueden llegar a quemar unas 500 calorías. Hay otros beneficios que se le atribuyen al yoga, aunque con menos evidencia científica. Entre otros, encontramos: refuerza el sistema inmune, ayuda a conciliar el sueño, eleva la autoestima, ayuda a la digestión y mejora la coordinación y la concentración.

Buscar y elegir entre tanta oferta
Algunos métodos se centran sobre todo en el cuerpo físico mientras que otros lo hacen más en la mente, las emociones y hasta en la faceta espiritual. Cada instructor es diferente en su método. Sería conveniente probar diferentes clases y profesores para encontrar el que mejor se adapta a lo que buscamos.
Elegir un tipo de yoga según los objetivos
Si se busca relajación y eliminar estrés, una clase suave como el yoga en silla, el hatha yoga o el yoga reconstituyente, que incluyen más relajación y meditación, podría ser lo más adecuado. Aunque los movimientos son más suaves en estos tipos de yoga también se puede aumentar la fuerza y la flexibilidad del organismo. Si se busca más ejercicio físico y cardio y el yoga es el único ejercicio que se realiza, la mejor elección podría ser una clase con más movimiento como el vinyasa yoga. Un componente importante en este estilo de yoga más activo es la combinación del movimiento con la respiración.
Primero, estar y mirar
Para iniciarse en el yoga, puede ser beneficioso observar una clase antes de participar en ella o familiarizarnos con las posturas. De ese modo podemos asegurarnos de que la clase está a un nivel apropiado para nosotros. Incluso una clase más fuerte debería dejar tiempo suficiente para la relajación al final porque el cuerpo necesita tiempo para descansar y recuperarse.
Informar de cualquier trastorno de salud o lesión
Es esencial asegurarse de que el instructor está avisado de cualquier trastorno o limitación que tengamos y que posea una certificación válida y pueda ayudarnos a trabajar en nuestro nivel de habilidad.
Lo bueno del yoga para la mujer
- Practicar yoga también pueden aliviar los síntomas del síndrome premenstrual y la menopausia. Este ejercicio ayuda a la mujer a tener un ciclo menstrual más regular y menos doloroso. Pero como el yoga trabaja cuerpo y mente, su práctica diaria permite a la mujer experimentar una mayor conexión con su cuerpo.

Comenzar con una clase para principiantes
Muchos centros sociales y de deporte ofrecen clases para principiantes. Estas clases tienen en cuenta aspectos de la salud comunes para muchas personas como problemas cardiacos, osteoporosis, trastornos de la espalda y los huesos o el reemplazo articular. En una buena clase para principiantes se modifican las posturas con variaciones más suaves y fáciles, y se descartan las actividades en las que haya que doblar el cuerpo. Todo ha de ser gradual. La respiración profunda consciente, la meditación y la relajación se suelen incluir, los componentes quizá más beneficiosos para el estrés y la ansiedad.
Ir poco a poco para evitar lesiones
El yoga es un proceso en el que se toma conciencia del propio cuerpo y se parte de cada situación individual para trabajar. No debería existir dolor en el yoga y las clases más vigorosas aumentan las posibilidades de lesión, en especial si no se está familiarizado con los mecanismos corporales correctos para las posturas. Es básico aprender cómo realizar las posturas despacio y deliberadamente antes de intentar realizarlas más deprisa.
20MINUTOS.ES – Salud