Análisis de las tendencias mundiales que, tarde o temprano, afectarán a su bolsillo. Leer Análisis de las tendencias mundiales que, tarde o temprano, afectarán a su bolsillo. Leer
La escena del asalto con helicópteros en Apocalypse Now es un clásico del cine y, acaso, también una reliquia histórica, porque el papel de esas aeronaves en primera línea está siendo cuestionado tras su pésima actuación en Ucrania. Polonia ha suspendido la compra a EEUU de 32 helicópteros Apache, cuya misión iba a ser precisamente frenar una invasión rusa. Y el bombardeo de Israel sobre Irán ha resucitado a los aviones, pese a que genios como Elon Musk habían defendido el reemplazo del F-35 –el de Top Gun 2, que está siendo la columna vertebral israelí en la guerra- por robots volantes. La crisis en Oriente Próximo no ha afectado al sector de defensa, que suele ser más afectado por programas de compras a largo plazo o estrategias nacionales que por guerras concretas. Las ventas de armas a Oriente Próximo de los grandes grupos de defensa de EEUU suponen entre el 10% y el 20% de su facturación. El segundo proveedor de armas a Arabia Saudí es España.
¿Por qué se fue Donald Trump del G7 de Kananaskis, en la provincia canadiense de Alberta? Oficialmente, por la guerra entre Israel e Irán, aunque es probable que esa fuera la excusa para irse porque no traga a sus homólogos de países democráticos ni a las cumbres multilaterales (lo que es un mal augurio para la de la OTAN del martes y el miércoles). Pero, al hacer eso, perdió la ocasión para defender la desmembración de Canadá en el único sitio donde esa idea tiene tirón. El 40% de los habitantes de Alberta apoyan la secesión, si bien solo el 20% quiere unirse a EEUU. El movimiento se resume en tres palabras: «¡Canadá nos roba!». La provincia tiene el 10% de todo el petróleo del mundo, pero es un crudo riquísimo en azufre (que causa lluvia ácida) y en cuya extracción se emiten cantidades enormes de CO2 (que causa el efecto invernadero). Alberta quiere explotar más y más ese recurso y Ottawa lo regula bastante. Nacionalismo y dinero suelen ir de la mano.
En los años dorados de la inclusión, algunas empresas pusieron en práctica medidas extremas. En junio de 2018, el gigante británico de los servicios profesionales PwC prohibió que en las listas de finalistas a un puesto en la empresa (que suelen estar formadas por dos o tres personas y también se conocen por su nombre en inglés, shortlist) no hubiera mujeres. Desde diciembre de 2023, cualquier fichaje por la aseguradora Aviva de un directivo «que no sea diverso» -léase: un hombre blanco- debe ser expresamente aprobado por su consejera delegada, Amanda Blanc. La política impactó a los headhunters, que tuvieron que empezar a meter a mujeres y minorías en las listas de candidatos a puestos de trabajo. Pero ahora eso ha desaparecido. Las empresas -especialmente las que tienen operaciones en EEUU- han abandonado esa práctica, porque el Gobierno de Trump la ve discriminatoria. Y han vuelto las listas de finalistas exclusivamente masculinas.
El Salón de Le Bourget -cuyo nombre oficial es ‘Festival Aéreo de París‘- se ha convertido esta semana que termina hoy en un escaparate de los cambios en la política de Occidente. El 45% del ‘show’ ha estado dedicado a defensa y seguridad, sin precedente desde hace décadas. Los socios europeos (y Canadá) de la OTAN temen que EEUU deje de venderles armas, o que lo haga pero manteniendo la capacidad de ‘desconectarlas’ a distancia, como podría ser el caso de los cazabombarderos F-35, así que el Salón ha estado dominado por las firmas europeas. Pero también ha quedado de manifiesto la escasez de mano de obra cualificada del Viejo Continente en defensa. Según el CEO de la empresa holandesa Randstad, Sander van’t Noordende, hasta 17 millones de europeos podrían pasar de trabajar en empresas ‘civiles’ al sector. Captar ese talento supondrá ofrecer buenos sueldos, lo que a su vez obligará, probablemente, a gastar más en defensa.
La expresión «daños colaterales», que no es más que una manera fina de decir «muertos civiles» fue acuñada por el Premio Nobel de Economía Thomas Schelling hace exactamente 64 años, en junio de 1961, en su artículo Dispersión, disuasión, y daño, que versaba de algo tan alegre como la importancia de dispersar los bombarderos atómicos para que el enemigo tenga que usar más misiles para darles. En el actual conflicto de Oriente Medio, dos países árabes -Egipto y Jordania- se han convertido en las «víctimas colaterales» dado que Israel les ha cerrado, por razones de seguridad, las exportaciones de gas natural desde su territorio. Ambos países obtienen el 15% de su gas, y la decisión de Tel Aviv les ha obligado a racionar esa fuente de energía y a buscar fuentes alternativas de suministro. Dadas las tensiones económicas, sociales, religiosas y étnicas en ambos Estados, la crisis puede convertirse en otro problema político más en Oriente Medio.
En mandarín, «hogar» se escribe con un tejado sobre un cerdo. O sea, «la casa del cerdo». En Occidente, muchos usan esas palabras para aludir al domicilio de algún ‘ex’, pero en la segunda potencia mundial es una señal de la importancia del porcino en la alimentación. Ahora, el Gobierno de Xi Jinping está lanzando una campaña para que los cerdos chinos sean más delgados, no porque entre sus prioridades esté el bienestar animal (antes al contrario), ni por la belleza intrínseca de un cerdo guapo, sino porque quiere reducir la dependencia de importaciones agrícolas de EEUU, que se destinan en gran medida a la fabricación de piensos. De paso, Pekín combate la práctica del ‘reengorde’ de cerdos, consistente en comprar los animales, atiborrarlos a piensos de engorde, y luego venderlos para su sacrificio, que ha generado un exceso de oferta de carne de porcino, con el consiguiente hundimiento de los márgenes de los grandes productores.
Actualidad Económica // elmundo