«Uno de los motivos por lo que me he presentado a First Dates es porque ya estoy cansado de buscar el amor en la noche. Otro es mi madre, que quiere que tenga ya una pareja estable», reconoció Adrián este jueves en el programa de Cuatro.
«No suelo parar ni un minuto, me gusta explorarlo todo y probarlo todo. Me defino como un balita perdida, porque he sido muy rebelde, pero más cabroncete o trasto que malo», señaló el ilicitano.
También le reconoció a Carlos Sobera que «he llegado a estar en centros de menores, pero lo agradezco un montón porque encontré el camino adecuado, estudios y todo».
Adrián le dijo al presentador que le gustaría que su cita en el programa fuera una chica con carácter porque «yo, a veces, me despendolo y me tienen que marcar el camino adecuado».
Su cita fue María, que comentó en su presentación que tenía un carácter muy fuerte: «Cuando me enfado, me enfado… en plan te pego un portazo y ahí te quedas», afirmó la cartagenera.
Nada más conocerse en la barra del restaurante del amor, tanto Adrián como María no ocultaron que se habían gustado: «No me importa el físico. Parece que me gustan los feos, son graciosos«, admitió ella.
Al ilicitano le llamaron los tatuajes de su pareja de la noche, que le explicó que eran sus hijos. «Tengo dos, el mayor de cuatro años padece autismo, la otra tiene tres años», le dijo la camarera de 27 años.
El comensal le dijo que «mi sobrino también es autista. Yo también tengo un hijo de 12 años (Adrián tenía 30), corrí bastante. Pero vive en Alemania con su madre y lo veo en vacaciones o por teléfono».
Durante la cena hablaron de sus profesiones y sus gustos: «He sido un poco cabra loca. Con el padre de mis hijos salía el jueves y me recogía el domingo«, le contó María a Adrián.
Jugando al Rasca del Amor los dos destacaron que no tendrían una relación abierta y hablaron de sus fantasías sexuales, pero María le dio vergüenza decirla en voz alta y se la confesó al oído a su cita.
Él, por su parte, no tuvo ningún problema en decirle que su fantasía era «hacerlo con una amiga tuya mientras tú miras», algo que a María no le gustó nada: «Eso no, no».
Al final, la cartagenera, a pesar de todo, sí que quiso tener una segunda cita con Adrián: «Me hace reír». Él, por su parte, también quiso volver a quedar: «Me parece que hemos conectado».
«He llegado a estar en centros de menores, pero lo agradezco un montón porque encontré el camino adecuado», afirmó
«Uno de los motivos por lo que me he presentado a First Dates es porque ya estoy cansado de buscar el amor en la noche. Otro es mi madre, que quiere que tenga ya una pareja estable», reconoció Adrián este jueves en el programa de Cuatro.
«No suelo parar ni un minuto, me gusta explorarlo todo y probarlo todo. Me defino como un balita perdida, porque he sido muy rebelde, pero más cabroncete o trasto que malo», señaló el ilicitano.
También le reconoció a Carlos Sobera que «llegado a estar en centros de menores, pero lo agradezco un montón porque encontré el camino adecuado, estudios y todo».

Adrián le dijo al presentador que le gustaría que su cita en el programa fuera una chica con carácter porque «yo, a veces, me despendolo y me tienen que marcar el camino adecuado».
Su cita fue María, que comentó en su presentación que tenía un carácter muy fuerte: «Cuando me enfado, me enfado… en plan te pego un portazo y ahí te quedas», afirmó la cartagenera.
Nada más conocerse en la barra del restaurante del amor, tanto Adrián como María no ocultaron que se habían gustado: «No le importa el físico. Parece que me gustan los feos, son graciosos», admitió ella.
Al ilicitano le llamaron los tatuajes de su pareja de la noche, que le explicó que eran sus hijos. «Tengo dos, el mayor de cuatro años padece autismo, la otra tiene tres años», le dijo la camarera de 27 años.
El comensal le dijo que «mi sobrino también es autista. Yo también tengo un hijo de 12 años (él tenía 30), corrí bastante. Pero vive en Alemania con su madre y lo veo en vacaciones o por teléfono».
Durante la cena hablaron de sus profesiones y sus gustos: «He sido un poco cabra loca. Con el padre de mis hijos salía el jueves y me recogía el domingo», le contó María a Adrián.

Jugando la Rasca del Amor los dos destacaron que no tendrían una relación abierta y hablaron de sus fantasías sexuales, pero María le dio vergüenza decirla en voz alta y se la confesó al oído a su cita.
Él, por su parte, no tuvo ningún problema en decirle que su fantasía era «hacerlo con una amiga tuya mientras tú miras», algo que a María no le gustó nada: «Eso no, no».
Al final, la cartagenera, a pesar de todo, sí que quiso tener una segunda cita con Adrián: «Porque me hace reír». Él, por su parte, también quiso volver a quedar: «Me parece que hemos conectado».

20MINUTOS.ES – Televisión