Ya puedes leer aquí la nueva entrega del consultorio de Psicología con el que 20minutos pretende ayudar a resolver las dudas y dificultades que puedan tener los lectores (con los amigos, la pareja, la familia, en el trabajo…).
Aquí tienes las respuestas que ha dado en esta entrega nuestra experta, Mª Jesús Álava Reyes.
Madre narcisista
PREGUNTA Hace un tiempo desenmascaré a mi madre y me di realmente cuenta de que tiene una personalidad claramente narcisista. Fue un duro golpe emocional darme de bruces con la realidad ya que hasta ahora siempre había excusado sus modales por sus problemas con el alcohol, su separación, estar en el paro… pero la última vez que nos vimos me machacó psicológicamente, haciéndome pasar muy malos días y poniéndome en contra de mis hermanos.
Va poniéndose del lado de un hijo u otro según le conviene, poniéndonos en contra y gritando a los cuatro vientos que a ella siempre le pasa algo peor, por lo que es muy complicado llevar una vida normal con ella. Nunca se sabe por dónde te va a salir y su vida no está exenta de deudas y problemas que a veces prefiero no enterarme, ya que me arrastra.
Me desenganché emocionalmente de todo esto hace mucho y ahora solo querría tener una relación cordial con ella por mis hijos pequeños. Quiero que tengan una abuela “normal”, pero por otro quiero alertarles ya que no quiero que sufran lo que yo he sufrido. A veces, tiene días “buenos” en los que te brinda una compañía agradable y otros en los que te lo hacepasar realmente mal. Pero fuera del entorno familiar, es una persona muy agradable y que cae bien a todo el mundo. ¿Cómo encuentro ese equilibrio? ¿Cuándo debería hablar con mis hijos para que conozcan la verdadera realidad? Irene
RESPUESTA DE LA EXPERTA Estas personas, con este perfil, son imprevisibles; unas veces resultan encantadoras y otras parece que sólo buscan amargarnos la vida. Con sus nietos tienen a portarse mejor que con sus hijos, pero, en general, y aún sin saber la edad que tienen tus hijos, lo mejor es que restrinjas todo lo posible su interacción con ella.
En última instancia, siempre puedes actuar en función de cómo tenga ese día: si está bien y se muestra agradable, intentad disfrutar al máximo de la situación, pero si ves que tiene un mal día, CORTA inmediatamente la interacción, antes de que tus hijos lo pasen mal y de que tú te sientas incapaz de reaccionar.
Si tu madre es capaz de estar bien con otras personas, fuera del ámbito familiar, intentará portarse bien contigo y con tus hijos, cuando se de cuenta que, de hacer lo contrario, inmediatamente cortarás esas reuniones.
En cualquier caso, por lo que expones, es una persona muy manipuladora, por lo que, difícilmente, será una abuela “normal”. A veces será mejor que vean poco a su abuela, a que sufran su falta de control emocional.
Fuerte sensación de ahogo
PREGUNTA Estoy pasando desde hace dos años por un proceso de ansiedad que ahora es muy fuerte (sensación de ahogo y asfixia). He estado en tratamiento con dos psiquiatras que me han atiborrado a ansiolíticos que me han sentado mal y no han solucionado nada. ¿Estaría indicado consultar a un psicólogo? ¿Está obligado el psiquiatra a derivarme a un psicólogo si se lo pido? Isabel Gómez.
RESPUESTA DE LA EXPERTA Con lo que cuentas, seguro que te vendrá muy bien la atención psicológica especializada. Está demostrado científicamente que la psicología es muy eficaz en el tratamiento y resolución de los casos de ansiedad.
Pídele a tu psiquiatra la derivación y, si ves que pone reticencias habla con la inspección, pues si has tenido tratamientos previos psiquiátricos con poco éxito, tienes todo el derecho del mundo para recibir la atención que necesitas.
Mientras tanto, recuerda que la ansiedad es muy incapacitante, pero se puede superar con los tratamientos adecuados. En el libro “La Inutilidad del sufrimiento”, detallo cómo afrontar con éxito los casos de ansiedad.
Senderismo, lectura…
PREGUNTA Me jubilo dentro de poco y estoy en una fase depresiva. Motivos: no encuentro proyectos a realizar en un presente o futuro, he probado la meditación durante meses sin resultado, he practicado senderismo durante bastante tiempo con resultados positivos momentáneos no duraderos, comencé a leer durante bastante tiempo, lo he dejado, no me llena, empecé a realizar varios cursos que dejé por falta de motivación y, en definitiva, estoy en un callejón del cual no encuentro la salida y con el agravante de que no hago mucha vida social y vislumbro la soledad como acompañante no deseada. Francisco Jarín.
RESPUESTA DE LA EXPERTA La realidad es que nos pasamos la vida trabajando, entre otros objetivos para ganarnos la posibilidad de dejar de trabajar un día, pero muchas, muchísimas personas, cuando por fin consiguen su meta, se hunden y se sienten perdidas.
Si analizamos este hecho desde la psicología, veremos que encierra bastante lógica. Nos cuesta mucho adaptarnos a los cambios que modifican nuestros hábitos, y pocos cambios resultan tan drásticos como la jubilación.
De repente todas nuestras costumbres quedan obsoletas, nuestro organismo sufre un auténtico shock. Ya no tenemos que despertarnos y levantarnos a una hora determinada, para empezar una jornada en que apenas había lugar para la calma y las pausas. Nuestras actividades, nuestras costumbres, nuestras compañías, nuestros horarios… ¡todo cambia y se modifica de un día para otro!, ¿cómo va a suceder una revolución semejante, sin que nos convulsionemos?.
Lo extraño, de nuevo, es que no nos hayan preparado para este cambio tan radical en nuestra vida. ¿Cómo podemos esperar que después de décadas y décadas trabajando, sin ser dueños de las dos terceras partes de nuestro tiempo, de golpe podamos parar y, como por arte de magia, llenemos nuestra vida y nuestro tiempo de felicidad? Cuando hemos estado tan “teledirigidos”, es normal que nos sintamos perdidos.
¿Qué podemos hacer? Prepararnos para que la jubilación sea la mejor experiencia que podemos tener. Es importante que esta preparación la hagamos con tiempo, pues son muchos los espacios que hay que llenar y las costumbres que debemos modificar.
Tenemos que analizar nuestros hábitos con objetividad. Por ejemplo, cuando hemos tenido mucha intensidad, conviene que esta no baje bruscamente. No estoy diciendo que sustituyamos un trabajo por muchas actividades, pero sí que sepamos llenar nuestro tiempo de acciones agradables.
En esa planificación, algunos principios nos resultarán útiles: – Antes de programar lo que haremos cuando nos jubilemos, sería bueno que nos planteemos qué cosas agradables hemos dejado de hacer a lo largo de los años. – Elijamos aquellas que aún estamos a tiempo de realizar. – Pensemos ahora en la edad que tenemos y en la salud que presentamos, y determinemos cómo podríamos mejorar nuestro estado físico general. – Evaluemos a continuación nuestros hábitos alimenticios, ¿son los mejores, o podemos optimizarlos para ganar salud y bienestar en esta nueva etapa? – Determinemos cómo podemos seguir cultivando nuestra inteligencia y nuestro sentido del humor, para que ambos sean una gran compañía y nos ayuden a rentabilizar nuestro ocio. – Analicemos cuáles son nuestras circunstancias personales, y determinemos qué parte de nuestro tiempo emplearemos en tratar de mejorar las condiciones de vida de los que nos rodean.
Si compartimos los beneficios de nuestra jubilación, encontraremos otra causa para llenarnos de satisfacción. – Elijamos, por último, cuánto tiempo dedicaremos a la lectura, cuánto a la contemplación y cuánto a disfrutar de la amistad y la compañía de nuestros amigos. En definitiva, preparémonos para disfrutar de esta etapa de nuestra vida y afrontémoslo desde la esperanza y la ilusión.
Saber si se es depresivo
PREGUNTA ¿Hay alguna forma rápida de saber si tengo depresión? Pedro Irigoyen
RESPUESTA DE LA EXPERTA Es importante distinguir lo que es tristeza, de lo que es depresión La tristeza es una emoción básica, es decir una de las emociones universales que está presente en todas las culturas y que conlleva una expresión facial específica. Podríamos identificarla en cualquier lugar del mundo. Ocurre ante una pérdida (en el sentido amplio, desde una persona a una ilusión). Cuando estamos tristes nuestro nivel de energía baja y nos permite reflexionar ante lo ocurrido. Hacer una labor de introspección. La Tristeza hay que llorarla.
Es decir, todos en algún momento de nuestra vida vamos a estar tristes. Pero estar triste no significa estar deprimido. Vivimos en una sociedad que condena la tristeza, parece que no se permite estar triste, que está mal visto.
Sin embargo, la depresión es una enfermedad mental. Estar deprimido no es estar triste. Estar deprimido conlleva mucho más. Y es algo que es mucho más común de lo que nos pensamos. Para confirmar un diagnóstico de depresión hay que cumplir al menos cinco síntomas de entre los siguientes:
1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día y casi todos los días. (No momentos puntuales o días puntuales de tristeza). 2. Disminución del interés o el placer por hacer actividades la mayor parte del día, casi todos los días. 3. Alteraciones importantes en el peso (perdida o aumento). 4. Falta de apetito. 5. Alteraciones del sueño, tanto dificultades para dormir (insomnio), como estado somnoliento la mayor parte del día. 6. Agitación motora, o retraso psicomotor. 7. Fatiga, perdida de energía. 8. Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva. 9. Disminución de la capacidad para pensar, concentrarse o tomar decisiones. 10. Pensamientos de muerte recurrentes.
Para poder diagnosticar una depresión estamos hablando que estos síntomas ocurren: La mayor parte del día y casi todos los días. (No momentos puntuales o días puntuales de tristeza). Causan un malestar clínicamente significativo que implica un deterioro de nuestra vida, social, laboral, familiar… No se puede explicar por efectos fisiológicos de una sustancia o de otra enfermedad médica o mental.
Pero es importante destacar que para que se pueda realizar el diagnóstico hay que realizar una evaluación clínica y un análisis funcional de cada caso para saber cómo intervenir con esa persona. Cómo ayudarlas.
Le pesco coqueteando
PREGUNTA Mi pareja y yo llevamos 20 años juntos, él está casado todavía, pero separado desde que está conmigo y vivimos en otra ciudad. Soy mayor que él 12 años. Nunca le he descubierto ninguna infidelidad y nunca me han dicho que lo hayan visto con alguna mujer en forma comprometedora, siempre me ha dicho que me ama, es muy cariñoso y detallista, pero cuando vamos a bailar a algún lugar a veces -no siempre- lo pesco coqueteando con alguien.
No le habla a la mujer ni me deja ahí sentada, no, pero con muchas miraditas y ya le he dicho que eso me incomoda y que me falta al respeto y discutimos y me promete que no lo volverá a hacer, pero pasan 2-3 meses y vuelve, y me da mucho coraje porque se vuelve un círculo vicioso y estoy pensando en dejarlo.
Porque le digo que me falta al respeto y es incongruente con lo que dice y lo que hace; no soy celosa, porque él trabaja con muchas mujeres y hombres, pero no he visto nada anormal en su trabajo, al menos que yo me dé cuenta. D. L. B.
RESPUESTA DE LA EXPERTA Es un tema muy delicado: tú te sientes incómoda (y es lógico que así sea), y él parece no saber controlar esas miradas (de cierto coqueteo). De todas formas, lleváis 20 años juntos, antes de tomar una decisión drástica, analiza con objetividad vuestra situación, valora especialmente cuáles son sus comportamientos contigo: si estas conductas sólo ocurren cuando vais a bailar y no tienen lugar en ningún otro contexto; si su comportamiento es de una persona enamorada, que actúa con sensibilidad y ternura; prevaleciendo conductas generosas y no egoístas…
En definitiva, trata de analizar lo esencial: nunca has descubierto una infidelidad por su parte, no hay faltas de respeto en su trato hacia ti… Valora si merece la pena romper por esas “miradas”. También le puedes decir que sería bueno hacer una terapia de pareja, que os ayude a superar esas dificultades. En el libro “Amar sin sufrir” detallo cuándo debemos terminar una relación de pareja y cuándo merece la pena seguir luchando por salvarla.
Nos han pillado
PREGUNTA Una amiga de mi mujer y yo nos hemos enamorado (ella también casada ), Nos conocemos desde casi 20 años pero desde hace 4 tenemos una relación de novios. Ella, igual que yo, nunca hemos hecho nada prohibido, ella casi ni dice tacos, con lo cual lo que sentimos es tan fuerte que nos hemos atrevido a dar el paso de tomar esta relación con planes de unir nuestras vidas para siempre.
El caso es que nos han pillado y ella ha decidido dejar la relación y continuar con su marido por el bien de su hijo. Yo sé el sentimiento tan fuerte que tiene por mí y creo que de esa decisión se arrepentirá. ¿Qué debo hacer?
RESPUESTA DE LA EXPERTA Es importante que respetes su decisión y que le des el tiempo que necesita ahora para clarificar su vida. Es muy común esa respuesta de “sacrificio” pensando en el bien de su hijo. Sin embargo, pasado un tiempo, es posible que se replantee su decisión y se de cuenta que no puede mentirse a si misma y vivir una relación falsa.
Tú la conoces bien, y sabes su escala de valores. Con frecuencia hay personas que son capaces de sacrificar todo, incluida su felicidad, pensando que deben hacerlo por el bien de los hijos. En definitiva, su situación es muy difícil, y lo mejor que puedes hacer es no presionar, pero si en el fondo sabes que la decisión es irreversible, intenta no engañarte con falsas esperanzas y, lo más importante, pregúntale a ella cómo la puedes ayudar y cómo quiere que actúes.
No te quedes con dudas. Pregunta a nuestra experta María Jesús Álava Reyes.
Ya puedes leer aquí la nueva entrega del consultorio de Psicología con el que 20minutos pretende ayudar a resolver las dudas y dificultades que puedan tener…
Ya puedes leer aquí la nueva entrega del consultorio de Psicología con el que 20minutos pretende ayudar a resolver las dudas y dificultades que puedan tener los lectores (con los amigos, la pareja, la familia, en el trabajo…).
Aquí tienes las respuestas que ha dado en esta entrega nuestra experta, Mª Jesús Álava Reyes.
Madre narcisista
PREGUNTA Hace un tiempo desenmascaré a mi madre y me di realmente cuenta de que tiene una personalidad claramente narcisista. Fue un duro golpe emocional darme de bruces con la realidad ya que hasta ahora siempre había excusado sus modales por sus problemas con el alcohol, su separación, estar en el paro… pero la última vez que nos vimos me machacó psicológicamente, haciéndome pasar muy malos días y poniéndome en contra de mis hermanos.
Va poniéndose del lado de un hijo u otro según le conviene, poniéndonos en contra y gritando a los cuatro vientos que a ella siempre le pasa algo peor, por lo que es muy complicado llevar una vida normal con ella. Nunca se sabe por dónde te va a salir y su vida no está exenta de deudas y problemas que a veces prefiero no enterarme, ya que me arrastra.
Me desenganché emocionalmente de todo esto hace mucho y ahora solo querría tener una relación cordial con ella por mis hijos pequeños. Quiero que tengan una abuela “normal”, pero por otro quiero alertarles ya que no quiero que sufran lo que yo he sufrido. A veces, tiene días “buenos” en los que te brinda una compañía agradable y otros en los que te lo hacepasar realmente mal. Pero fuera del entorno familiar, es una persona muy agradable y que cae bien a todo el mundo. ¿Cómo encuentro ese equilibrio? ¿Cuándo debería hablar con mis hijos para que conozcan la verdadera realidad? Irene
RESPUESTA DE LA EXPERTA Estas personas, con este perfil, son imprevisibles; unas veces resultan encantadoras y otras parece que sólo buscan amargarnos la vida. Con sus nietos tienen a portarse mejor que con sus hijos, pero, en general, y aún sin saber la edad que tienen tus hijos, lo mejor es que restrinjas todo lo posible su interacción con ella.
En última instancia, siempre puedes actuar en función de cómo tenga ese día: si está bien y se muestra agradable, intentad disfrutar al máximo de la situación, pero si ves que tiene un mal día, CORTA inmediatamente la interacción, antes de que tus hijos lo pasen mal y de que tú te sientas incapaz de reaccionar.
Si tu madre es capaz de estar bien con otras personas, fuera del ámbito familiar, intentará portarse bien contigo y con tus hijos, cuando se de cuenta que, de hacer lo contrario, inmediatamente cortarás esas reuniones.
En cualquier caso, por lo que expones, es una persona muy manipuladora, por lo que, difícilmente, será una abuela “normal”. A veces será mejor que vean poco a su abuela, a que sufran su falta de control emocional.
Fuerte sensación de ahogo
PREGUNTA Estoy pasando desde hace dos años por un proceso de ansiedad que ahora es muy fuerte (sensación de ahogo y asfixia). He estado en tratamiento con dos psiquiatras que me han atiborrado a ansiolíticos que me han sentado mal y no han solucionado nada. ¿Estaría indicado consultar a un psicólogo? ¿Está obligado el psiquiatra a derivarme a un psicólogo si se lo pido? Isabel Gómez.
RESPUESTA DE LA EXPERTA Con lo que cuentas, seguro que te vendrá muy bien la atención psicológica especializada. Está demostrado científicamente que la psicología es muy eficaz en el tratamiento y resolución de los casos de ansiedad.
Pídele a tu psiquiatra la derivación y, si ves que pone reticencias habla con la inspección, pues si has tenido tratamientos previos psiquiátricos con poco éxito, tienes todo el derecho del mundo para recibir la atención que necesitas.
Mientras tanto, recuerda que la ansiedad es muy incapacitante, pero se puede superar con los tratamientos adecuados. En el libro “La Inutilidad del sufrimiento”, detallo cómo afrontar con éxito los casos de ansiedad.
Senderismo, lectura…
PREGUNTA Me jubilo dentro de poco y estoy en una fase depresiva. Motivos: no encuentro proyectos a realizar en un presente o futuro, he probado la meditación durante meses sin resultado, he practicado senderismo durante bastante tiempo con resultados positivos momentáneos no duraderos, comencé a leer durante bastante tiempo, lo he dejado, no me llena, empecé a realizar varios cursos que dejé por falta de motivación y, en definitiva, estoy en un callejón del cual no encuentro la salida y con el agravante de que no hago mucha vida social y vislumbro la soledad como acompañante no deseada. Francisco Jarín.
RESPUESTA DE LA EXPERTA La realidad es que nos pasamos la vida trabajando, entre otros objetivos para ganarnos la posibilidad de dejar de trabajar un día, pero muchas, muchísimas personas, cuando por fin consiguen su meta, se hunden y se sienten perdidas.
Si analizamos este hecho desde la psicología, veremos que encierra bastante lógica. Nos cuesta mucho adaptarnos a los cambios que modifican nuestros hábitos, y pocos cambios resultan tan drásticos como la jubilación.
De repente todas nuestras costumbres quedan obsoletas, nuestro organismo sufre un auténtico shock. Ya no tenemos que despertarnos y levantarnos a una hora determinada, para empezar una jornada en que apenas había lugar para la calma y las pausas. Nuestras actividades, nuestras costumbres, nuestras compañías, nuestros horarios… ¡todo cambia y se modifica de un día para otro!, ¿cómo va a suceder una revolución semejante, sin que nos convulsionemos?.
Lo extraño, de nuevo, es que no nos hayan preparado para este cambio tan radical en nuestra vida. ¿Cómo podemos esperar que después de décadas y décadas trabajando, sin ser dueños de las dos terceras partes de nuestro tiempo, de golpe podamos parar y, como por arte de magia, llenemos nuestra vida y nuestro tiempo de felicidad? Cuando hemos estado tan “teledirigidos”, es normal que nos sintamos perdidos.
¿Qué podemos hacer? Prepararnos para que la jubilación sea la mejor experiencia que podemos tener. Es importante que esta preparación la hagamos con tiempo, pues son muchos los espacios que hay que llenar y las costumbres que debemos modificar.
Tenemos que analizar nuestros hábitos con objetividad. Por ejemplo, cuando hemos tenido mucha intensidad, conviene que esta no baje bruscamente. No estoy diciendo que sustituyamos un trabajo por muchas actividades, pero sí que sepamos llenar nuestro tiempo de acciones agradables.
En esa planificación, algunos principios nos resultarán útiles: – Antes de programar lo que haremos cuando nos jubilemos, sería bueno que nos planteemos qué cosas agradables hemos dejado de hacer a lo largo de los años. – Elijamos aquellas que aún estamos a tiempo de realizar. – Pensemos ahora en la edad que tenemos y en la salud que presentamos, y determinemos cómo podríamos mejorar nuestro estado físico general. – Evaluemos a continuación nuestros hábitos alimenticios, ¿son los mejores, o podemos optimizarlos para ganar salud y bienestar en esta nueva etapa? – Determinemos cómo podemos seguir cultivando nuestra inteligencia y nuestro sentido del humor, para que ambos sean una gran compañía y nos ayuden a rentabilizar nuestro ocio. – Analicemos cuáles son nuestras circunstancias personales, y determinemos qué parte de nuestro tiempo emplearemos en tratar de mejorar las condiciones de vida de los que nos rodean.
Si compartimos los beneficios de nuestra jubilación, encontraremos otra causa para llenarnos de satisfacción. – Elijamos, por último, cuánto tiempo dedicaremos a la lectura, cuánto a la contemplación y cuánto a disfrutar de la amistad y la compañía de nuestros amigos. En definitiva, preparémonos para disfrutar de esta etapa de nuestra vida y afrontémoslo desde la esperanza y la ilusión.
Saber si se es depresivo
PREGUNTA ¿Hay alguna forma rápida de saber si tengo depresión? Pedro Irigoyen
RESPUESTA DE LA EXPERTA Es importante distinguir lo que es tristeza, de lo que es depresión La tristeza es una emoción básica, es decir una de las emociones universales que está presente en todas las culturas y que conlleva una expresión facial específica. Podríamos identificarla en cualquier lugar del mundo. Ocurre ante una pérdida (en el sentido amplio, desde una persona a una ilusión). Cuando estamos tristes nuestro nivel de energía baja y nos permite reflexionar ante lo ocurrido. Hacer una labor de introspección. La Tristeza hay que llorarla.
Es decir, todos en algún momento de nuestra vida vamos a estar tristes. Pero estar triste no significa estar deprimido. Vivimos en una sociedad que condena la tristeza, parece que no se permite estar triste, que está mal visto.
Sin embargo, la depresión es una enfermedad mental. Estar deprimido no es estar triste. Estar deprimido conlleva mucho más. Y es algo que es mucho más común de lo que nos pensamos. Para confirmar un diagnóstico de depresión hay que cumplir al menos cinco síntomas de entre los siguientes:
1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día y casi todos los días. (No momentos puntuales o días puntuales de tristeza). 2. Disminución del interés o el placer por hacer actividades la mayor parte del día, casi todos los días. 3. Alteraciones importantes en el peso (perdida o aumento). 4. Falta de apetito. 5. Alteraciones del sueño, tanto dificultades para dormir (insomnio), como estado somnoliento la mayor parte del día. 6. Agitación motora, o retraso psicomotor. 7. Fatiga, perdida de energía. 8. Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva. 9. Disminución de la capacidad para pensar, concentrarse o tomar decisiones. 10. Pensamientos de muerte recurrentes.
Para poder diagnosticar una depresión estamos hablando que estos síntomas ocurren: La mayor parte del día y casi todos los días. (No momentos puntuales o días puntuales de tristeza). Causan un malestar clínicamente significativo que implica un deterioro de nuestra vida, social, laboral, familiar… No se puede explicar por efectos fisiológicos de una sustancia o de otra enfermedad médica o mental.
Pero es importante destacar que para que se pueda realizar el diagnóstico hay que realizar una evaluación clínica y un análisis funcional de cada caso para saber cómo intervenir con esa persona. Cómo ayudarlas.
Le pesco coqueteando
PREGUNTA Mi pareja y yo llevamos 20 años juntos, él está casado todavía, pero separado desde que está conmigo y vivimos en otra ciudad. Soy mayor que él 12 años. Nunca le he descubierto ninguna infidelidad y nunca me han dicho que lo hayan visto con alguna mujer en forma comprometedora, siempre me ha dicho que me ama, es muy cariñoso y detallista, pero cuando vamos a bailar a algún lugar a veces -no siempre- lo pesco coqueteando con alguien.
No le habla a la mujer ni me deja ahí sentada, no, pero con muchas miraditas y ya le he dicho que eso me incomoda y que me falta al respeto y discutimos y me promete que no lo volverá a hacer, pero pasan 2-3 meses y vuelve, y me da mucho coraje porque se vuelve un círculo vicioso y estoy pensando en dejarlo.
Porque le digo que me falta al respeto y es incongruente con lo que dice y lo que hace; no soy celosa, porque él trabaja con muchas mujeres y hombres, pero no he visto nada anormal en su trabajo, al menos que yo me dé cuenta. D. L. B.
RESPUESTA DE LA EXPERTA Es un tema muy delicado: tú te sientes incómoda (y es lógico que así sea), y él parece no saber controlar esas miradas (de cierto coqueteo). De todas formas, lleváis 20 años juntos, antes de tomar una decisión drástica, analiza con objetividad vuestra situación, valora especialmente cuáles son sus comportamientos contigo: si estas conductas sólo ocurren cuando vais a bailar y no tienen lugar en ningún otro contexto; si su comportamiento es de una persona enamorada, que actúa con sensibilidad y ternura; prevaleciendo conductas generosas y no egoístas…
En definitiva, trata de analizar lo esencial: nunca has descubierto una infidelidad por su parte, no hay faltas de respeto en su trato hacia ti… Valora si merece la pena romper por esas “miradas”. También le puedes decir que sería bueno hacer una terapia de pareja, que os ayude a superar esas dificultades. En el libro “Amar sin sufrir” detallo cuándo debemos terminar una relación de pareja y cuándo merece la pena seguir luchando por salvarla.
Nos han pillado
PREGUNTA Una amiga de mi mujer y yo nos hemos enamorado (ella también casada ), Nos conocemos desde casi 20 años pero desde hace 4 tenemos una relación de novios. Ella, igual que yo, nunca hemos hecho nada prohibido, ella casi ni dice tacos, con lo cual lo que sentimos es tan fuerte que nos hemos atrevido a dar el paso de tomar esta relación con planes de unir nuestras vidas para siempre.
El caso es que nos han pillado y ella ha decidido dejar la relación y continuar con su marido por el bien de su hijo. Yo sé el sentimiento tan fuerte que tiene por mí y creo que de esa decisión se arrepentirá. ¿Qué debo hacer?
RESPUESTA DE LA EXPERTA Es importante que respetes su decisión y que le des el tiempo que necesita ahora para clarificar su vida. Es muy común esa respuesta de “sacrificio” pensando en el bien de su hijo. Sin embargo, pasado un tiempo, es posible que se replantee su decisión y se de cuenta que no puede mentirse a si misma y vivir una relación falsa.
Tú la conoces bien, y sabes su escala de valores. Con frecuencia hay personas que son capaces de sacrificar todo, incluida su felicidad, pensando que deben hacerlo por el bien de los hijos. En definitiva, su situación es muy difícil, y lo mejor que puedes hacer es no presionar, pero si en el fondo sabes que la decisión es irreversible, intenta no engañarte con falsas esperanzas y, lo más importante, pregúntale a ella cómo la puedes ayudar y cómo quiere que actúes.
No te quedes con dudas. Pregunta a nuestra experta María Jesús Álava Reyes.
20MINUTOS.ES – Salud