Ceder en determinadas cuestiones, e intentar adaptarse a las situaciones que conlleva la convivencia nada tiene que ver con traicionarnos a nosotros mismos, a los propios valores y nuestros objetivos. Cuando en la relación en pareja vamos dejando de ser nosotros, olvidando cómo queremos vivir y lo que queremos en nuestra relación, aparece un trastorno que solo puede provocar infelicidad.
Según publica el psicólogo Fran Sánchez en un vídeo en sus redes sociales, aunque la vida en pareja tiene muchas ventajas para la salud mental, cuando surgen determinadas dinámicas y caemos en la ‘trampa’, como él mismo lo llama, hace acto de presencia lo que se denomina disonancia cognitiva.
Cuando lo que quiero ser y hacer, se distancia de lo que soy y hago
Pocas situaciones hay más dolorosas y frustrantes mentalmente para quienes viven en pareja que las que provoca inevitablemente la incongruencia de la disonancia cognitiva. En palabras del experto, «cuando se produce una distancia enorme entre lo que uno siente realmente que debe hacer, cómo debe actuar, y lo que realmente hace, es imposible ser feliz en las relaciones«.
Y añade: «sentir ese desajuste en nuestra identidad nos lleva a la infelicidad, seguro. Os pongo un ejemplo: tengo una pareja y estoy completamente enamorado de ella. A pesar de sus dudas y sus altibajos, estoy consiguiendo que sigamos juntos, aunque sé que no soy feliz y no le entiendo; quiero estar con esa persona a toda costa, aunque la situación me haga infeliz».
La razón, según el psicólogo, es que «en el camino te has olvidado de ti, has traicionado lo más sagrado que son tus verdaderos valores, tu identidad como persona. En una relación hay que cuidar, dedicar tiempo, valorar, respetar… pero también cuidarte tú, dedicarte tiempo a ti, y respetarte».
¿Cómo puedo librarme de la disonancia cognitiva en mi relación?
En opinión de Fran Sánchez, «no todo vale ante el objetivo de mantener la pareja. La disonancia cognitiva es la gran trampa de las relaciones, porque vivimos por inercia, nos dejamos llevar por la emoción en cada momento, que muchas veces es impulsiva e irracional. Pero al otro lado de esa relación solo hay dolor».
Los límites que vamos construyendo basándonos en nuestros valores se van diluyendo en la relación, y dejamos de ser nosotros, perdemos la identidad y dejamos de poner límites, «nos metemos en el sinsentido y en la infelicidad».
¿Y cuál es la solución a este bucle? El experto nos invita a parar, mirarnos, «dejar de vivir por inercia, dominados por la emoción ilógica porque tú no eres la emoción, es una experiencia mental transitoria que surge con base en un contexto… Recuerda que tú eres mucho más que eso, eres el protagonista, y la emoción, una pasajera temporal. Tú y tu voluntad tenéis el poder de elegir la vida deseada, de ser coherentes».
Vivir en pareja lleva implícitas renuncias y consensos, pero hay otras que en realidad nos alejan de nosotros mismos y nuestros objetivos.
Ceder en determinadas cuestiones, e intentar adaptarse a las situaciones que conlleva la convivencia nada tiene que ver con traicionarnos a nosotros mismos, a los propios valores y nuestros objetivos. Cuando en la relación en pareja vamos dejando de ser nosotros, olvidando cómo queremos vivir y lo que queremos en nuestra relación, aparece un trastorno que solo puede provocar infelicidad.
Según publica el psicólogo Fran Sánchez en un vídeo en sus redes sociales, aunque la vida en pareja tiene muchas ventajas para la salud mental, cuando surgen determinadas dinámicas y caemos en la ‘trampa’, como él mismo lo llama, hace acto de presencia lo que se denomina disonancia cognitiva.
Cuando lo que quiero ser y hacer, se distancia de lo que soy y hago
Pocas situaciones hay más dolorosas y frustrantes mentalmente para quienes viven en pareja que las que provoca inevitablemente la incongruencia de la disonancia cognitiva. En palabras del experto, «cuando se produce una distancia enorme entre lo que uno siente realmente que debe hacer, cómo debe actuar, y lo que realmente hace, es imposible ser feliz en las relaciones«.
Y añade: «sentir ese desajuste en nuestra identidad nos lleva a la infelicidad, seguro. Os pongo un ejemplo: tengo una pareja y estoy completamente enamorado de ella. A pesar de sus dudas y sus altibajos, estoy consiguiendo que sigamos juntos, aunque sé que no soy feliz y no le entiendo; quiero estar con esa persona a toda costa, aunque la situación me haga infeliz».
La razón, según el psicólogo, es que «en el camino te has olvidado de ti, has traicionado lo más sagrado que son tus verdaderos valores, tu identidad como persona. En una relación hay que cuidar, dedicar tiempo, valorar, respetar… pero también cuidarte tú, dedicarte tiempo a ti, y respetarte».
¿Cómo puedo librarme de la disonancia cognitiva en mi relación?
En opinión de Fran Sánchez, «no todo vale ante el objetivo de mantener la pareja. La disonancia cognitiva es la gran trampa de las relaciones, porque vivimos por inercia, nos dejamos llevar por la emoción en cada momento, que muchas veces es impulsiva e irracional. Pero al otro lado de esa relación solo hay dolor».
Los límites que vamos construyendo basándonos en nuestros valores se van diluyendo en la relación, y dejamos de ser nosotros, perdemos la identidad y dejamos de poner límites, «nos metemos en el sinsentido y en la infelicidad».
¿Y cuál es la solución a este bucle? El experto nos invita a parar, mirarnos, «dejar de vivir por inercia, dominados por la emoción ilógica porque tú no eres la emoción, es una experiencia mental transitoria que surge con base en un contexto… Recuerda que tú eres mucho más que eso, eres el protagonista, y la emoción, una pasajera temporal. Tú y tu voluntad tenéis el poder de elegir la vida deseada, de ser coherentes».
20MINUTOS.ES – Salud
