El asesinato de Ismail Haniyah, el primer gran golpe israelí contra el Eje de Resistencia hace hoy justo un año

La muerte del líder del brazo político de Hamas fue el primero de una serie de ataques israelíes, provocando ecos en toda la región Leer La muerte del líder del brazo político de Hamas fue el primero de una serie de ataques israelíes, provocando ecos en toda la región Leer  

Ocurrió en Teherán tras la toma de posesión del presidente iraní, Masoud Pezeshkian, a la que asistieron representantes políticos afines al régimen. En una residencia de la Guardia Revolucionaria -la poderosa rama de las fuerzas armadas iraníes-, un proyectil de corto alcance se aproximó a una de las ventanas del segundo piso y explotó. Allí se hospedaba Ismail Haniyah, líder del brazo político de Hamas y principal negociador del grupo para alcanzar un alto el fuego en Gaza.

El ataque tuvo lugar tras nueve meses de ofensiva israelí en Gaza, el 31 de julio de 2024, y supuso el mayor golpe hasta esa fecha contra el grupo palestino. Cuando Israel reconoció la autoría de su asesinato meses después, la lista de objetivos alcanzados por las fuerzas israelíes se había ampliado considerablemente e incluía los principales altos cargos del llamado Eje de Resistencia, la alianza de milicias regionales que opera en Oriente Próximo bajo la influencia de Irán. A Haniyah le siguió el líder del poderoso partido y milicia libanesa Hizbulá, Hasan Nasrala, junto a una decena de altos comandantes del brazo armado del partido. El golpe se produjo tras el hábil ataque sorpresa israelí, que introdujo explosivos en los dispositivos buscapersona de los militantes de Hizbulá, causando centenares de heridos. Luego le siguió Yahya Sinwar, el líder de Hamas con más poder sobre el enclave y que asumió también las responsabilidades de la diplomacia del grupo palestino tras la muerte de Haniyah. Sinwar fue abatido en combate en un enfrentamiento contra las fuerzas israelíes en Gaza.

Las acciones militares israelíes también contribuyeron a la caída del régimen de Bashar Asad tras 14 años de guerra en Siria. Éste se derrumbó cuando Hizbulá -e Irán-, enfrentado a una crisis existencial bajo los ataques israelíes, retiró a sus combatientes ante el rápido avance de una ofensiva insurgente contra el régimen. Con la muerte de Haniyah, Irán no solo perdió a un socio, también se vio mermada su imagen como país capaz de proteger a sus aliados. Ante los ojos del mundo, Israel había logrado matar a Haniyah, violando la soberanía del país persa e infiltrándose en sus servicios de inteligencia para poder conocer el lugar donde se encontraba el líder de Hamas, golpeándolo en una residencia de la mismísima Guardia Revolucionaria. Ante la conmoción del ataque, Irán prometió venganza, dejando una vez más a toda la región en vilo por la deriva que estaba tomando la guerra en Gaza.

«Lo esperábamos en cualquier momento y en cualquier lugar. Ésta es la resistencia: o es victoria o es martirio», declaró sobre la muerte de Haniyah su hijo, Abder Salam.

Haniyah era considerado la figura más pragmática del grupo palestino, dispuesto a aceptar de facto la existencia de Israel en el caso de reconocerse la de un Estado palestino con las fronteras previas a la Guerra de los Seis días de 1967.

Haniyah nació en 1962 en el campo de refugiados de Shati, en el norte de la ciudad de Gaza, en el seno de una familia de palestinos desplazados en 1948 de Ashkelon, en Israel. Estudió en escuelas de la ONU y se graduó en literatura árabe en la Universidad Islámica de Gaza. Pasó gran parte de su juventud entrando y saliendo de prisiones israelíes por su militancia, especialmente a finales de los años 80, al calor de la desobediencia civil antiisraelí de la Primera Intifada. Se unió a Hamas poco después de su fundación y rápidamente adquirió un gran papel en la organización como protegido de su fundador, el jeque Ahmad Yassin. Ambos sobrevivieron a un intento de asesinato en 2003, aunque Yassin falleció un año después en un ataque israelí.

Ejerció durante un periodo muy breve de primer ministro palestino en un gobierno de coalición, disuelto pocos meses después por el entonces presidente Mahmud Abás, en medio de las crecientes tensiones entre Hamas y el partido político Al Fatah, que gobierna actualmente en Cisjordania. Las diferencias entre ambos derivaron en una confrontación sangrienta entre militantes y la toma de control de Gaza por parte de Hamas. Haniyah gobernó Gaza hasta 2017, cuando fue sucedido por Sinwar -con una ideología de línea dura y un perfil menos pragmático que su predecesor-. Desde entonces vivía en Qatar, desde donde Hamas manejaba las finanzas y las relaciones exteriores del grupo. Tras el inicio de la ofensiva israelí en Gaza en octubre de 2023, Haniyah asumió la responsabilidad diplomática de la milicia palestina, mediando desde Doha para alcanzar un alto el fuego.

Pese a la lista de altos cargos de Hamas asesinados por Israel, los expertos desconocen si las capacidades de la organización permanecen intactas, debido a las diferentes células semi independientes que trabajan en Gaza. Tras la muerte de sus principales comandantes, es posible que la organización no quiera revelar públicamente quiénes son sus dirigentes para que no se conviertan en un objetivo de Israel, ocultando su identidad incluso entre los militantes. La Inteligencia israelí cree que han muerto 30.000 militantes de Hamas en Gaza, pero quedan otros 20.000.

 Internacional // elmundo

Te Puede Interesar