El PKK kurdo anuncia la retirada de sus fuerzas de Turquía tras 40 años de conflicto

El grupo espera que Ankara implemente «sin demora» reformas para reintegrar a los militantes en la sociedad turca y abra la puerta a su participación en procesos políticos del país Leer El grupo espera que Ankara implemente «sin demora» reformas para reintegrar a los militantes en la sociedad turca y abra la puerta a su participación en procesos políticos del país Leer  

El grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), anunció el domingo la retirada de todos sus combatientes de Turquía, tras cuatro décadas de conflicto armado contra el estado turco. La medida se enmarca en el proceso de paz iniciado con Ankara el pasado mes de febrero, en el que el líder de la formación, Abdullah Öcalan, pidió desde prisión el cese de las armas y la disolución del grupo tras cuarenta años de conflicto con Turquía. «Estamos implementando la retirada de todas nuestras fuerzas dentro de Turquía a la Zona de Defensa de Medya«, señala el comunicado del grupo armado, refiriéndose a la región del norte de Irak, donde el PKK tiene sus bases desde hace años.

El comunicado fue leído por militantes del PKK en una ceremonia simbólica en la que una veintena de miembros cruzaron con sus armas al otro lado de la frontera. Sabri OK, miembro del consejo ejecutivo de la Unión de las Comunidades de Kurdistán (KCK), un movimiento paraguas del que forma parte el PKK, señaló que la medida también se aplica a militantes estacionados en zonas de Irak fronterizas con Turquía. El grupo añadió que espera que Ankara implemente «sin demora» reformas legales dirigidas específicamente a la reintegración de los militantes en la sociedad turca y abra la puerta a su participación en procesos políticos del país. «Los conflictos y las guerras que tienen lugar en Oriente Próximo han llegado a amenazar seriamente el futuro de Turquía y de los kurdos», señala el comunicado.

El anuncio de este domingo se considera en gran medida simbólico, dado que el PKK ya no tiene fuerzas significativas en suelo turco. Sin embargo, la escenificación de este avance es importante, ya que las negociaciones sobre el cese del conflicto y desarme de la organización se están produciendo mayoritariamente fuera del ojo público. La guerrilla ha dado pasos simbólicos como la quema de sus armas en una ceremonia en el mes de julio y la celebración de un congreso el pasado mes de mayo para discutir sobre una hoja de ruta. No obstante, se desconocen los detalles sobre cuántas armas y quién controlará su desarme y qué esperan ellos de este proceso, más allá de pedir la democratización del país y la liberación de su líder, Abdullah Öcalan, encarcelado desde 1999 en la isla de Imrali, cerca de Estambul. Ankara por su parte, ha establecido una comisión parlamentaria con amplia participación de los partidos del hemiciclo, para avanzar en las negociaciones con el grupo armado. El gesto de este domingo se produce tres días antes de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y una delegación del partido de izquierda prokurdo DEM -que ha ejercido de mediador con Öcalan- se reúnan en la capital turca.

El portavoz del partido gubernamental islamista, AKP, Ömer Çelik, señaló que la retirada del PKK del país es un paso más hacia una «Turquía libre de terrorismo». «De ahora en adelante, avanzar hacia la continuación ininterrumpida del proceso de desarme y disolución garantizará el logro de los objetivos», señaló en una publicación en sus redes sociales.

Fundado en 1978 para reivindicar los derechos e independencia de la población kurda mediante la lucha armada, el grupo evolucionó hacia las demandas de mayores derechos políticos y culturales dentro de las fronteras de Turquía. El conflicto ha causado más de 40.000 víctimas, entre militantes, miembros de las fuerzas armadas y civiles. No es la primera vez que la guerrilla -considerada una organización terrorista en Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos– anuncia su disolución. Ya lo hizo poco después de la captura de su líder Öcalan en 1999, aunque poco después reanudó las hostilidades contra el Estado turco. Los analistas apuntan que el llamamiento actual es diferente, con el grupo armado muy debilitado y un contexto regional que favorece las negociaciones con Ankara, que busca una mayor estabilidad en medio de los conflictos en países vecinos derivados de la guerra en Gaza.

Pese a que el gobierno ha reiterado que solo se trata de un proceso de desarme y no de unas negociaciones recíprocas en el que ambas partes harán concesiones, analistas y medios progobierno aseguran que Ankara podría ceder a algunas demandas del grupo armado. Entre las concesiones se baraja permitir que los militantes que no tienen delitos de sangre puedan regresar a Turquía y participar en política. También se espera la liberación de presos políticos de alto perfil como Selahattin Demirtas, excandidato a presidente encarcelado desde noviembre de 2016. Una de las grandes incógnitas es qué ocurrirá con el líder del grupo armado, Abdullah Öcalan. Los analistas barajan que pueda ser trasladado a arresto domiciliario o incluso trasladado a otro país.

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