Con un bocadillo en la mano para intentar recuperar fuerzas tras unas pruebas médicas, y vestido acorde al calor que hacía ese día en Madrid, apareció Sergio Turull —más conocido como @pitufollow en sus redes sociales, donde acumula 564 mil seguidores en Instagram y 354 mil en TikTok— en la redacción de 20minutos.
El atleta catalán y creador de contenido es famoso por enfrentarse a las carreras de ultrafondo más salvajes y exigentes del planeta. También por haber recorrido 1.500 kilómetros —de Tarifa a Cap de Creus— para recaudar fondos contra el cáncer infantil el año pasado. Un proyecto que, debido al éxito obtenido —con 58.000 euros recaudados—, quiere llevar un paso más allá este año. Así nace el Proyecto 50-50-50: correr 50 kilómetros durante 50 días consecutivos en 50 provincias diferentes. Es decir, un total de 2.500 kilómetros recorriendo España por una buena causa.
Turull y la marca sueca de bebidas funcionales Vitamin Well se han unido en este proyecto con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Juegaterapia e impulsar su iniciativa en la planta de Oncología Infantil del Hospital Virgen de las Nieves, en Granada.
«Nunca he animado a nadie a lanzarse a retos de este tipo, y mucho menos sin una preparación adecuada»
«Puede ser mucho más perjudicial para alguien que empieza desde cero, con sobrepeso, y quiere alcanzar ciertas distancias»
El atleta e ‘influencer’, conocido como @pitufollow, cuenta a 20minutos en qué consiste el Proyecto 50-50-50
Con un bocadillo en la mano para intentar recuperar fuerzas tras unas pruebas médicas, y vestido acorde al calor que hacía ese día en Madrid, apareció Sergio Turull —más conocido como @pitufollow en sus redes sociales, donde acumula 564 mil seguidores en Instagram y 354 mil en TikTok— en la redacción de 20minutos.
El atleta catalán y creador de contenido es famoso por enfrentarse a las carreras de ultrafondo más salvajes y exigentes del planeta. También por haber recorrido 1.500 kilómetros —de Tarifa a Cap de Creus— para recaudar fondos contra el cáncer infantil el año pasado. Un proyecto que, debido al éxito obtenido —con 58.000 euros recaudados—, quiere llevar un paso más allá este año. Así nace el Proyecto 50-50-50: correr 50 kilómetros durante 50 días consecutivos en 50 provincias diferentes.Es decir, un total de 2.500 kilómetros recorriendo España por una buena causa.
Turull y la marca sueca de bebidas funcionales Vitamin Well se han unido en este proyecto con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Juegaterapiae impulsar su iniciativa en la planta de Oncología Infantil del Hospital Virgen de las Nieves, en Granada.
¿Cómo surge este nuevo Proyecto?Surge a raíz del proyecto que hicimos el año pasado, en el que cruzamos España por toda la costa mediterránea, de Tarifa a Cap de Creus: 1.500 km en 23 días. Fue una gran experiencia y salió muy bien. En algunas ciudades organizamos social runs para reunir a más gente, pero hubo muchas otras por las que no pasamos. En algunos puntos era muy complicado que se unieran, y por eso, en esta ocasión, queremos hacer algo más social. Por ello, en las 50 provincias de España hemos ido directamente a las ciudades, donde hemos montado un circuito de 5 kilómetros para dar 10 vueltas, sumando un total de 50 km. Esto permite que, durante toda la mañana, pueda unirse gente y correr la distancia que quiera. Queríamos implicar a más personas, hacerlo más participativo. Y de ahí nace el Proyecto 50-50-50.
Como comenta, cada circuito son 5 km y vueltas hasta hacer 50 por día, con un total de 2.500 km. ¿Cómo gestiona esto a nivel psicológico?El ultrafondo es muy mental, y es cierto que el tema de dar vueltas lo tenemos muy entrenado. Por ejemplo, estuve en la Backyard Ultra, una carrera que consiste en dar vueltas de 7 km, y estuvimos 20 horas seguidas para entrenar la cabeza. También he hecho pruebas como las 24 horas en pista, que son vueltas de 400 metros, y llegamos a hacer más de 200 km. Esa parte creo que la tengo muy trabajada, después de tantos años. Además, como habrá tanta gente, será muy entretenido, porque siempre voy a tener conversaciones nuevas. Aunque sea un circuito cerrado, no estaré tan pendiente de por dónde voy corriendo.
A nivel logístico, habrá sido complicado cuadrarlo todo. En un reto tan grande, la parte logística requiere sí o sí de un equipo detrás. Yo solo no habría podido; son demasiadas cosas que hay que controlar: los vehículos para desplazarse de una ciudad a otra, los vuelos en el caso de las islas, todos los hoteles, la comida, el avituallamiento… Y no solo para mí, también para la gente que viene a correr conmigo. Por eso, Vitamin Well, que es uno de mis patrocinadores, este año se ha vuelto a implicar. Yo me he centrado más en diseñar las 50 rutas, algo que me ha llevado mucho tiempo, porque no he estado en todas las ciudades y he tenido que contactar con personas locales para que me aconsejaran sobre los mejores lugares por donde correr.

Además, este proyecto es por una buena causa, para que se done al cáncer infantil. Colaboramos con Juegaterapia desde el reto del año pasado, en el que conseguimos recaudar más de 58.000 euros. De hecho, la gente ya ha empezado a donar para esta nueva edición. Esperamos que, al tratarse de más días, se logre recaudar aún más. En esta ocasión, los fondos irán destinados a un proyecto del Hospital Virgen de las Nieves, en Granada, donde están remodelando todas las instalaciones de la planta de Oncología Infantil, para hacer más cómodo todo el proceso y la estancia de los niños. Al final, lo que necesitan es jugar, no enfrentarse a la imagen típica de un hospital con paredes blancas. El año pasado colaboramos con el Hospital de Málaga, donde ya se ha inaugurado la azotea. Es algo tangible: se puede comprobar que todo el dinero donado llegó a su destino. Este año vamos a intentar hacer lo mismo en Granada.
Ha hecho 6 maratones en las últimas semanas y lleva 13 años corriendo. ¿Esta es la preparación para un reto de estas características? Llevo toda la vida haciendo deporte; hay una base muy sólida detrás. Pero sí, la preparación más específica para este reto ha sido hacer una maratón semanal durante las últimas semanas, en cuanto al aspecto físico. En lo mental, como comentaba antes, he participado en la Backyard Ultra, dando vueltas de 7 km, para entrenar la cabeza y que se acostumbre al esfuerzo repetitivo. Aun así, un reto de este tipo no se puede preparar en solo unos meses. Se necesitan muchos años de experiencia corriendo ultradistancias.
Asimismo, habrá un vlog diario y un documental. ¿Cómo va a gestionar el contenido?Yo voy acompañado de un cámara, que graba tanto lo que yo registro por mi cuenta como lo que él capta desde fuera. Muchas veces, mientras yo estoy corriendo y viviendo una parte del reto, en la zona de avituallamiento están ocurriendo otras cosas. Todo eso lo recoge él, mientras que yo muestro más la experiencia en acción. Además, contamos con un editor que va montando todo el contenido en tiempo real. Eso nos permite publicar cada noche un resumen del día. Gracias a eso, la gente puede seguir el reto a través de las redes sociales, incluida toda la audiencia de Latinoamérica que me sigue y que también va a poder vivir esta experiencia.
Ahora que menciona lo de Latinoamérica, últimamente ha hecho varias maratones por allí. ¿Ha sido por algún motivo en particular o también influye el hecho de que tiene muchos seguidores en esos países?En estos dos últimos años quería viajar más y cruzar el charco. Tengo comunidades muy fuertes en Latinoamérica y quería conocerlas, ponerles cara. Muchos me siguen desde hace años y nunca había estado en países como Chile o Perú. Por eso, quise aprovechar para correr maratones en esas ciudades y organizar actividades con toda la comunidad. Ha sido una experiencia muy bonita, porque en algunas ocasiones nos hemos juntado 500 personas, en otras hasta 700, además de todos los que participaban en la carrera.
«Nunca he animado a nadie a lanzarse a retos de este tipo, y mucho menos sin una preparación adecuada»
Volviendo al reto, a nivel de alimentación, ¿lleva alguna específica?No. Con los años he aprendido a encontrar un equilibrio. Tengo conocimientos sobre alimentación saludable y sé qué le sienta bien a mi cuerpo para estar sano, rendir bien y recuperarse. Cuento con esa base, pero también me doy mis caprichos. Si me apetece una tarta de queso, me la tomo con gusto, siempre teniendo clara la base. Eso sí, sin caer en extremos, que nunca son buenos. Se trata de encontrar ese equilibrio.
¿Alguna provincia que le haga especial ilusión?Barcelona es mi casa. También Zaragoza, donde viví un tiempo y donde vive mi padre, así que la siento como mi segunda casa. De hecho, intentamos organizar el calendario para que las ciudades más grandes coincidieran con los fines de semana. Para Zaragoza, por ejemplo, hicimos un auténtico puzle para que cayera en sábado. Va a ser uno de los trayectos más largos, junto con Canarias, porque después de Zaragoza tengo que ir a Madrid. No están cerca, pero me permite estar en fin de semana en dos lugares que son muy importantes para mí.

Verdeliss hizo el reto de 7 maratones en 7 días en 7 continentes, ahora este proyecto de 50-50-50. ¿Es por algo especial? ¿Están de moda este tipo de retos? Estos retos se llevan haciendo desde hace muchos años. Por ejemplo, en 2014 me uní a un grupo de chicos muy jóvenes que hacíamos ultrafondo y triatlón. Formábamos parte de una fundación que se llamaba AM Health, y nuestro objetivo era dar visibilidad a la fibromialgia. Siempre ha habido iniciativas solidarias de este estilo. Es cierto que ahora ha habido un boom muy fuerte del running. Está de moda correr, y cuanta más gente corre, más retos surgen. Da la sensación de que todo el mundo quiere tener su propio desafío. Pero, en realidad, esto viene de lejos. Al final, son retos muy llamativos porque no están al alcance de cualquiera, y si se puede aprovechar esa atención para apoyar una causa solidaria, me parece la mejor excusa para vincular ambas cosas.
«Puede ser mucho más perjudicial para alguien que empieza desde cero, con sobrepeso, y quiere alcanzar ciertas distancias»
¿Tiene presión por pensar en no conseguirlo? No me preocupa no conseguirlo, porque ya he hecho retos de este calibre y ha sido un proceso de evolución: cada vez estoy más preparado. Tampoco tengo la presión de terminarlo en un tiempo determinado, así que por esa parte estoy tranquilo. Quizás lo que me preocupa un poco más es la gestión social, el hecho de estar rodeado de mucha gente. Quienes practicamos ultrafondo sabemos que, en muchas ocasiones, atravesamos momentos de bajón y necesitamos espacios de soledad. Esa parte, que puede ser muy positiva en general, en algunos casos podría resultar estresante. Aunque, por la experiencia que tengo, la mayoría de las personas entiende en qué momento estás y sabe respetarlo.
Tiene una preparación de años detrás, pero, ¿ha recibido críticas por realizar este tipo de retos? Por quizás hacer ‘fácil’ lo difícil. En redes sociales hay comentarios de todo tipo. Por suerte, lo que predomina es el cariño de la gente. Pero también he leído desde que me voy a quedar sin rodillas hasta que soy un mal ejemplo para los demás.
Desde el primer día he defendido que yo soy yo, y que sé lo que hago con mi cuerpo porque lo conozco muy bien. Nunca he animado a nadie a lanzarse a retos de este tipo, y mucho menos sin una preparación adecuada. Todo requiere un proceso, y yo llevo muchos años entrenando, con una base sólida detrás. También es cierto que hay muchos mitos en torno a este tipo de desafíos. Acabo de venir de la Clínica Olimpia, donde me han hecho un estudio completo: resonancia de cadera, articulaciones… y me han confirmado que no hay desgaste. Me dijeron que tengo una cadera «virgen», como si no hubiera corrido nunca. Eso demuestra que, si se hacen las cosas bien, no tiene por qué ser perjudicial para la salud.
De hecho, se suele pensar que los corredores de ultrafondo tienen más desgaste. Haciendo las cosas bien, cada cuerpo es un mundo. No todos se comportan ni se recuperan igual. En mi caso, por mi estatura, peso, biomecánica, forma de correr y los ritmos a los que lo hago, mi cuerpo no sufre un desgaste más allá de lo normal. Pero lo que a mí me funciona, puede que a otra persona no. Por ejemplo, mi médico me ha comentado que puede ser mucho más perjudicial para alguien que empieza desde cero, con sobrepeso, y quiere alcanzar ciertas distancias. Ese tipo de esfuerzo es mucho más propenso a causar lesiones que en mi caso, donde apenas me lesiono.
¿Cree que, con el auge de personas que se animan a participar en pruebas como una maratón, deberían tomarse ciertas precauciones, como realizarse pruebas médicas previas o adoptar algún tipo de medida específica?Sí, yo creo que una prueba de esfuerzo, al menos una vez al año, debería ser obligatoria para todo el mundo. En otros países, por ejemplo, te exigen un certificado médico para poder inscribirte en una maratón. Yo he corrido en muchos países de Europa y en varios ya lo hacen. Me parece una medida muy acertada. Y no se trata solo de estar o no preparado físicamente. Mucha gente, sin saberlo, puede tener alguna alteración cardíaca, y una prueba así puede ayudarte a detectarla a tiempo e incluso salvarte la vida. Por desgracia, ya hemos visto casos. Mi cardiólogo, por ejemplo, cada año detecta entre tres y cuatro personas que necesitan ser operadas. Y no son personas sedentarias, al contrario: están en forma, con experiencia, pero tienen alguna alteración que solo se detecta con este tipo de pruebas. Se operan y pueden seguir haciendo deporte sin problema. Por eso creo que es fundamental hacerse una prueba de esfuerzo. Es una inversión. Nos gastamos 200 euros en unas zapatillas, y una prueba como esta es igual de importante, si no más.
El ‘running’ está en auge, ¿por qué ahora? Veo que está muy de moda, sobre todo entre gente más joven, con un enfoque más social y orientado a pasarlo bien. Y no ocurre solo en España; también en lugares como Australia, Estados Unidos o Latinoamérica. Se ha popularizado mucho el concepto de los run clubs, donde correr se convierte en una excusa para socializar. Ya no se sale tanto por la noche, sino que ahora la gente prefiere madrugar, salir a correr y luego irse a desayunar juntos. Ha crecido mucho esa parte de pasárselo bien con el running, no tanto enfocada al rendimiento, sino como una forma de desconectar, disfrutar y conocer gente nueva.
Antes comentaba que había conocido a Eliud Kipchoge, ¿cómo fue?Cuando tuve la oportunidad de conocerle en la pista de Kenia, fue una experiencia que nos sorprendió mucho. Me di cuenta de que era él en cuanto llegamos al aparcamiento y vi su coche, porque lleva una pegatina con su nombre. Verle entrenar en vivo ya fue impactante, pero lo que más me impresionó fue su actitud al terminar: se paró a saludar a todo el mundo. Yo iba con mi campamento (Kenya Running Camp), éramos unas 25 personas, y se tomó el tiempo de hablar con todos, firmar camisetas… Demostró una humildad increíble. Estamos hablando de uno de los mejores atletas de la historia, y aun así se muestra cercano, accesible. Para mí fue una auténtica lección de humildad. A veces idolatramos a ciertas personas, y ellos mismos son los primeros en restarse mérito. Igual que Kilian Jornet, que te dice: «Simplemente, corro más rápido». Al final, son personas que hacen muy bien lo que hacen. Nada más.
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