Estados Unidos evacúa sus aviones y barcos del Golfo ante las posibles represalias de Irán

Hizbulá cambia en cuestión de horas su retórica, afirmando ahora que «no es neutral» y «está al lado» de Teherán, mientras que Tel Aviv bombardea el sur del país. Los grupos iraquíes aliados de los ayatolás dicen que las bases norteamericanas serán «una cacería de patos» Leer Hizbulá cambia en cuestión de horas su retórica, afirmando ahora que «no es neutral» y «está al lado» de Teherán, mientras que Tel Aviv bombardea el sur del país. Los grupos iraquíes aliados de los ayatolás dicen que las bases norteamericanas serán «una cacería de patos» Leer  

Las últimas amenazas israelíes contra la integridad del máximo líder iraní, Ali Jamenei, y la posibilidad de que las fuerzas estadounidenses se sumen a la ofensiva de Tel Aviv contra el régimen de los ayatolás han acentuado la espiral de tensión que sufre Oriente Próximo, forzando a Washington a retirar aviones y barcos de Qatar y Bahrein.

Imágenes vía satélite y fuentes locales citadas por los medios árabes y la CNN confirmaron que Estados Unidos ha evacuado decenas de los aviones de combate que tenía en la base qatarí de Al Udeid, en las afueras de Doha, ante su proximidad a Irán.

Al Udeid no sólo es el cuartel general de las fuerzas estadounidenses en la región sino un referente estratégico a nivel mundial para Washington desde que la usó como elemento clave en la Primera Guerra del Golfo (1990-91).

Las instalaciones acogen a cerca de 10.000 militares estadounidenses y recibieron la visita del propio presidente Donald Trump el pasado mes de mayo. La embajada de Estados Unidos en Doha ya reconoció este jueves que se ha «restringido temporalmente el acceso» a ese complejo militar.

Fuentes estadounidenses mencionadas por la agencia Reuters confirmaron el repliegue desde Al Udeid y de un número indeterminado de barcos que se encontraban ubicados en Bahrein, sede de la Quinta Flota norteamericana. «La protección es una prioridad», señaló el citado representante.

Los jefes militares de Irán han dejado claro que, en caso de que Washington ataque su territorio, todas las instalaciones que albergan a militares de ese país serán objetivo de sus fuerzas. El servicio en árabe de la CNN estimó que su país tiene cerca de 40.000 uniformados en Oriente Próximo, desplegados en al menos 27 bases.

«Si se nos impone el conflicto, Estados Unidos debe abandonar la región. Todas sus bases están a nuestro alcance y las atacaremos sin dudarlo en los países anfitriones«, manifestó hace días el ministro de Defensa iraní, el general Aziz Nasirzadeh.

El base militar estadounidense Al Udeid en junio de 2015 (izq.) y ahora, en junio de 2025, sin aviones visibles.
El base militar estadounidense Al Udeid en junio de 2015 (izq.) y ahora, en junio de 2025, sin aviones visibles.AFP

Embarcados en la espiral de violencia desatada inicialmente por los bombardeos de israel, los diversos actores políticos y armados de la región parecen prepararse para una confrontación directa entre Washington y Teherán que podría tener consecuencias catastróficas para toda la zona.

Según declaró un portavoz iraní, Mohsen Rezaei, las fuerzas de su país han lanzado contra Israel hasta ahora unos 400 misiles y 600 drones, lo que -según él- constituye un 30% «de sus capacidades».

Rezaei añadió que Teherán no ha recurrido todavía ni a sus fuerzas navales, ni a su ejército, ni a la posibilidad de cerrar el estrecho de Ormuz, una acción que provocaría una crisis económica mundial al interrumpir la significativa porción del suministro mundial de combustible que transita a diario por esa vía. Además, Teherán parece haber contactado con los grupos paramilitares aliados de toda la región para reclutar su apoyo en caso de verse abocado a una guerra total.

Tras mantener al margen a todas estas fuerzas desde el comienzo de la presente crisis, el miércoles un alto cargo iraní cambió completamente la retórica de su país y advirtió en la emisora Al Jazeera que «si Estados Unidos se une a la línea del frente junto a la entidad sionista [Israel], eso significaría que Hizbulá entrará en acción».

Las declaraciones de este representante iraní podrían haber sido un mero ejercicio de palabrería propio de la euforia bélica actual, si no fuera porque a las pocas horas el secretario general del movimiento libanés -que hasta ahora había repetido que no participaría en la guerra- también efectuó un significativo giro en sus manifestaciones y dijo que Hizbulá «no es neutral» en esta confrontación.

«Actuaremos como lo veamos conveniente», agregó en un comunicado.

Aunque Hizbulá siempre ha mantenido una cierta autonomía respecto a Irán, lo cierto es que el grupo está vinculado a los dictados religiosos de Ali Jamenei por el principio del llamado Wilayat al Faqih, que exige obediencia absoluta. Por eso, cuando Teherán se lo exigió, la formación libanesa se implicó en la guerra civil siria al lado del régimen de Bashar Asad, pese a la controversia que generó esa decisión entre sus propios seguidores y el total descrédito que le reportó en la región, especialmente entre la mayoría suní.

Miembros del partido, citados por la publicación Middle East Eye, indicaron que las amenazas de muerte provenientes de Israel contra Jamenei son «una línea roja» que, de llevarse a cabo, cambiarían asimismo la actitud del Partido de Dios. «Si la supervivencia del régimen se pone en cuestión, es bastante posible que Hizbulá intervenga», opinó el analista Ali Rizk, en declaraciones a la misma publicación.

Hasta el presente instante, la posición oficial de Beirut es que su país se mantendrá al margen del conflicto.

La capital libanesa acogió este jueves al enviado especial de EEUU para Siria y embajador en Turquía, Thomas Barrack, quien de inmediato indicó que cualquier participación de Hizbulá en esta contienda sería «una muy, muy, muy mala decisión». El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, replicó que si los irregulares retoman las acciones contra su país, dejarán de existir. «No habrá Hizbulá», fueron sus palabras textuales.

Horas más tarde, la aviación israelí atacó al menos cuatro zonas del sur del país bajo la acusación de estar golpeando «posiciones militares y de lanzacohetes de Hizbulá. Un portavoz israelí, Avichay Adraee, acusó a la formación libanesa de «intentar reconstruir sus capacidades».

Katz se está significando por su dialéctica incendiaria, y fueron precisamente sus señalamientos contra Jamenei lo que han modificado también la reacción de los grupos iraquíes afines a Teherán, e incluso del máximo referente religioso de la minoría chií, el gran ayatolá Ali Sistani.

Este último comentó el jueves que el hipotético asesinato de Jamenei provocaría el «caos generalizado» en todo Oriente Próximo y añadió: «dañaría gravemente los intereses de todos».

Sistani posee tal predicamento entre los chiíes que, cuando emitió una fatua (edicto religioso) en 2014 pidiendo a los iraquíes que se movilizaran contra la ofensiva que había lanzando en aquel entonces el Estado Islámico, decenas de miles de personas se lanzaron de inmediato a las calles y se alistaron en toda la plétora de milicias que todavía siguen activas.

Las decenas de milicias que se agrupan en las llamadas Fuerzas de Movilización Popular (FMP) integran a decenas de miles de combatientes -ellos proclaman más de 200.000- y disponen tanto de una significativa fuerza de drones como de misiles.

Dos de ellas, Nujaba y Hizbulá Irak, ya han alertado que se sumarán a la guerra ante cualquier ataque contra Jamenei o si Estados Unidos participa directamente en la ofensiva israelí.

«Si tocáis un pelo de Jamenei, tú y tus aliados estarán bajo nuestro fuego. Ningún soldado ni diplomático quedará impune. Toda persona de tu nacionalidad será objetivo legítimo«, manifestó el jefe de filas de Nujaba, Akram al Kaabi, en un comunicado.

Washington también está evacuando al personal de su enorme delegación diplomática de Bagdad, según varios medios iraquíes, que también informaron sobre la alerta general que han dictado las formaciones paramilitares cuyos principales líderes han decidido ocultarse temiendo los posibles bombardeos de Estados Unidos o Israel.

Un portavoz de Hizbulá Irak, Abu Ali al Askari, explicó que, en caso de que la intervención estadounidense lleve a una guerra total en la región, las bases norteamericanas «se convertirían en una cacería de patos» y sus seguidores formarán parte de un plan general que pretende paralizar todo el tráfico marítimo en la región, incluido el transporte de petróleo y gas.

El primer ministro Mohammed Shia al Sudani lleva muchas jornadas intentando establecer un balance entre la política del país hacia Occidente -Estados Unidos sigue manteniendo cerca de 2.500 uniformados en el territorio- y estas agrupaciones pro iraníes, que decidieron poner fin a sus ataques contra Israel en apoyo a Gaza a finales del año pasado y que ahora se replantean su línea de acción.

Cientos de miles de personas volvieron a manifestarse este viernes en apoyo a Irán como respuesta al llamamiento que hizo otro personaje clave de la política local: Muqtada al Sadr.

Aunque el propio Sadr había asegurado en un tuit que «Irak y su pueblo no necesitan más guerras», el clérigo -cuyos milicianos ya protagonizaron una violenta pugna con los estadounidenses en el pasado y llegaron a protagonizar batallas tan simbólicas como el cerco de Najaf en 2004-, también se ha sumado en las últimas horas a los que han reaccionado con rabia ante los exabruptos de Katz.

Las movilizaciones de sostén al régimen iraní se están multiplicando en el territorio iraquí coincidiendo con las voces de políticos pro iraníes que exigen que se acelere, la salida de las tropas estadounidenses del país, que según el acuerdo pactado entre ambas partes podrían quedarse hasta finales de 2026.

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