Ignacio Mateos: "La prisa se puede detener con la contemplación. Creo en el poder sanador del arte"

«El arte es lo que primero que me interesó. En mi casa siempre hemos estado bien rodeados de libros, de arte y de cultura en general, y eso al final ha tenido un impacto en mi formación hasta el punto de desarrollarme profesionalmente en las artes», dice el zaragozano Ignacio Mateos, que presenta, el lunes 23, a las 19:00, en el Patio de la Infanta de la Fundación Ibercaja de Zaragoza, Meditarte. El método de meditación que te hará sentir bien (Planeta).

 El pintor e historiador del arte presentará el lunes, a las 19.00, en el Patio de la Infanta de la Fundación Ibercaja, su libro ‘Meditarte’ (Planeta).  

«El arte es lo que primero que me interesó. En mi casa siempre hemos estado bien rodeados de libros, de arte y de cultura en general, y eso al final ha tenido un impacto en mi formación hasta el punto de desarrollarme profesionalmente en las artes», dice el zaragozano Ignacio Mateos, que presenta, el lunes 23, a las 19:00, en el Patio de la Infanta de la Fundación Ibercaja de Zaragoza, Meditarte. El método de meditación que te hará sentir bien (Planeta).

¿Intentó ser pintor, verdad?Lo soy. Estudié Bellas Artes, en la Universidad Complutense de Madrid, que fue justo cuando dejé Zaragoza, y me especialicé en pintura. He estado en el aula con Antonio López; la escuela hiperrealista de la Complutense está muy presente y viva. He pintado mucho y sigo pintando en los ratos que tengo porque, ahora mismo, tengo este afán de divulgar la meditación a través del arte y pinto obras que permitan pensar.

¿Llegó a exponer?Sí, sí. Expuse en Madrid, también en Brasil, tuve una beca del Banco de Santander para estudiar allí. Lo que pasa es que luego, a raíz de la beca de la Fundación la Caixa para estudiar en Nueva York un máster sobre el mercado del arte, fui reencauzando mi vida hacia un terreno más profesional y de divulgación.

¿Y por qué le interesa tanto la meditación, que también es un camino filosófico?Mi familia ha sido siempre muy reflexiva. De hecho, hay una figura que ha sido muy importante también: un tío misionero jesuita en Japón. Eso ha hecho que yo ha ido desarrollando un interés muy fuerte, progresivo, a través de los años por la meditación y la calma: tanto el budismo zen como por los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, que son la alternativa cristiana a la meditación, me han marcado.

Arranca con una frase suya.Desde luego. Meditarte me ha llevado casi diez años de investigación y de escritura. Y al final la frase con la que comienzo, creo que resume muy bien el espíritu del libro: «No el mucho saber harta y satisface el alma, mas el sentir y gustar de las cosas internamente». Eso es algo que hoy en día deberíamos aplicar todos en nuestra vida agitada moderna.

¿Cómo se puede parar la prisa?Pues, precisamente, a través de la contemplación: el pausarnos frente a una obra de arte, a un paisaje o un escenario que nos ordene, y eso es algo que todos hacemos. De hecho, la mayoría de las personas la forma que tienen de pararse y de desconectar es a través de lo visual. Esa criatura que llega cansada del trabajo y se pone una serie de televisión: es el momento del día para desconectar de sus preocupaciones profesionales y familiares.

Entonces, ¿el arte en todas sus manifestaciones es un buen instrumento para parar la prisa?Sí y no. Necesitamos arte que nos transmita calma, ordenación y que conecte con nosotros de manera verdadera. Creo mucho en el poder sanador del arte. Sus posibilidades son casi infinitas. Ahora está muy en boga el arteterapia para jóvenes y adultos. Y, claro, hay obras de arte que tienen un objetivo más político, activista, conceptual o de despertar otro tipo de sensaciones y sentimientos en el espectador.

Llama la atención que haya explicado todo esto a través de siete obras de arte, y a la vez de siete epígrafes que también son conceptos: agua, tierra, fuego, aire, metal, madera y vacío…Hay un elemento poético, metafórico, muy bonito que desarrollo en cada capítulo para conectar todas estas enseñanzas de manera entretenida, con muchos detalles, y espero que disfrutable para el lector: mezclo el arte y sus sensaciones con esos elementos.

Medita toda las mañanas, nos decía, unos 20 minutos…La meditación es un ejercicio, y sí que es verdad que exige fuerza de voluntad y de rutina Y eso es innegociable: es lo primero que hago todos los días. Ahora estoy enfocado en la divulgación de este libro porque es el resultado de diez años y, paralelamente, colaboro en prensa en ‘El confidencial’. También hago sesiones de meditación contemplativa tanto con empresas como con individuos, y colaboro con galerías, con estudios de arquitectura, o trabaja con grupos frente a la playa, en casas particulares e incluso ante la puesta de sol. Es una experiencia preciosa.

Es usted un buscador de felicidad con vocación literaria, ¿no?En cierto modo. El libro, que es un objeto creo que muy bello y trabajado en la maquetación y la tipografía y las citas, tiene una vocación universal. He sido un voraz lector de desarrollo personal. Me gustan mucho Gracián, y su Oráculo manual’, que es el primer manual de crecimiento personal, Siddharta de Herman Hesse, y Los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola.

 20MINUTOS.ES – Cultura

Te Puede Interesar