La Sexta estrena este domingo (21.25 horas), la sexta temporada de Lo de Évole, donde el periodista Jordi Évole vuelve a las entrevistas en profundidad, llevando a sus invitados a una naturalidad que les hace abrirse y mostrar su lado más humano.
Para empezar, Lo de Évole viaja a Sevilla para encontrarse con un ídolo de masas para los andaluces: Juan y Medio. El popular presentador recibe al programa para repasar su prolífica carrera y mostrar su lado más desconocido y personal.
En próximas emisiones llegarán entrevistas a Pepe Mújica, expresidente de Uruguay, afectado ya de un cáncer terminal; a la actriz Lolita, al cantante Dani Martín, cantante y exlider de El Canto del Loco; al actor Eduard Fernández: en su año más exitoso profesionalmente y a la cantante Mala Rodríguez, una pionera de la música urbana, entre otros que se conocerán más adelante.
‘Lo de Évole’ regresa a La Sexta este domingo (21.50 h) con invitados como Juan y Medio.
La Sexta estrena este domingo (21.25 horas), la sexta temporada de Lo de Évole, donde el periodista Jordi Évole vuelve a las entrevistas en profundidad, llevando a sus invitados a una naturalidad que les hace abrirse y mostrar su lado más humano.
Para empezar, Lo de Évole viaja a Sevilla para encontrarse con un ídolo de masas para los andaluces: Juan y Medio. El popular presentador recibe al programa para repasar su prolífica carrera y mostrar su lado más desconocido y personal.
En próximas emisiones llegarán entrevistas a Pepe Mújica, expresidente de Uruguay, afectado ya de un cáncer terminal; a la actriz Lolita, al cantante Dani Martín, cantante y exlider de El Canto del Loco; al actor Eduard Fernández: en su año más exitoso profesionalmente y a la cantante Mala Rodríguez, una pionera de la música urbana, entre otros que se conocerán más adelante.
Una nueva temporada de Lo de Évole con 10 invitados, ¿cómo los eligen?Los invitados los elegimos pensando en lo que nos gustaría a nosotros. El equipo tiene ideas que a veces son irrealizables, a lo mejor nos habría gustado entrevistar a Donald Trump. Pero últimamente estoy encontrando mejores entrevistas con gente que ha concedido muchas y que cuando viene a nuestro programa están de otra manera.
¿Cuál es el argumento que más utilizan para convencerlos?Ahora cuesta menos, en el sentido de que quien quiere venir te dice ya muy pronto que sí y quien no quiere venir, también. Entonces yo creo que ahí estamos ganando tiempo, que siempre es bueno.
¿Eso es mérito suyo?Las buenas entrevistas las hacen los equipos y los invitados. Yo he hecho entrevistas a cara de perro a personas que no tenían ninguna gana de que yo le hiciera preguntas. Pero si solo fueran esas entrevistas yo me hubiera quemado y por eso dejé Salvados cuando era el momento y me fui a hacer otra cosa. Aquí hay una buena voluntad por parte del invitado para tener una conversación sobre la vida, son pasajes, son experiencias en las que se ve reflejada muchísima gente.
Y abre temporada con Juan y Medio…Y salí de la entrevista con Juan y Medio enriquecido, me pareció que era una persona que hace algo bueno por la sociedad. Ya teníamos grabadas otras entrevistas de esta temporada y cuando acabé la de Juan y Medio tenía claro que abríamos la temporada con él.
¿Acaba siendo un experto en sus invitados, les siente cercanía?Bueno, yo tengo a veces un síndrome de Estocolmo cuando acabo estas inmersiones en los invitados. Cuando estuve aquí [en Sevilla] con Juan y Medio, cuando estaba con Lolita o cuando he estado con Dani Martín, esta temporada ha sido especialmente de flechazos. Y bueno, tienes que superarlo porque tampoco te tienes que hacer pesado a los invitados. Pero es que es así. Hay un punto de enamoramiento, sí.
¿Cómo se vive eso cuando son personas como Pau Donés o Pepe Mújica, que se están muriendo?Eso es otra dimensión. Ahí ya entras en un terreno donde lo humano vence a lo periodístico, al mil por mil. No son entrevistas donde vayas a buscar un titular. Son entrevistas en las que vas a buscar una conversación y que, sobre todo, esa persona que está viviendo ese trance se sienta muy cómoda contigo y te pueda contar lo que ella piense que tiene que contar en esos momentos finales de la vida.
¿Son entrevistas que te hacen valorar la vida o que te preparan para la muerte?Creo que en este país especialmente deberíamos hacer un trabajo mayor de prepararnos para la muerte y enfocarla de otra manera, igual menos dramática. Creo que hay países, por ejemplo México y otros países en Latinoamérica, donde la muerte se vive de de manera distinta a como la vivimos aquí. Evidentemente es un momento doloroso, es un momento duro, pero creo que nos queda mucho que aprender. Ese momento final de la vida que no deja de tener la misma relevancia que el nacimiento. Ojalá, no te digo que lo celebrásemos, pero que asumiésemos la muerte, como asumimos un nacimiento como algo natural, que llega, que golpea, que duele, pero que es así.
¿Sería impensable ver a un expresidente español yendo a un hospital público y viviendo de forma humilde?No debería serlo. Es decir, yo creo que los presidentes no tendrían por qué vivir diferente a como lo hace la población. Eso sucede porque a veces les blindamos en exceso, pero Mújica tuvo la voluntad por sí mismo de decir «no, yo no quiero blindarme, yo quiero vivir como viven los uruguayos» y por eso nunca ha dejado de vivir en su chacra [pequeña parcela rústica] en una casa humilde, no, lo siguiente. La verdad es que dices ostras, este tío es auténtico.
¿Puede eso provocar la desafección de la política en España? ¿Deberían vivir aquí los políticos de forma más cercana a la población ?Yo intentaría no generalizar, porque creo que muchas veces generalizamos con la política, donde ponemos una lupa muy grande y les les escrutamos cada minuto de su vida, cada segundo de sus declaraciones. Hay políticos que no viven en la abundancia. Igual los más relevantes, los presidentes, pero hay cantidad de políticos que están metidos en el mundo local o diputados en el Congreso de una provincia que tampoco viven tan diferente a como viven los ciudadanos. El caso de Mújica es extraordinario. Por eso, porque él ha sido presidente y ahora es expresidente, porque tendría toda una serie de posibilidades por las que no necesitaría vivir en una casa que parece una cabaña, como lo hace.
Se creó controversia porque hubo quien no entendió que Mario Vaquerizo, conservador declarado, fuera quien hiciera con usted la promo del programa… ¿cómo lo vivieron?Sé que sé que él estaba muy contento con la promoción, le gustó mucho. Le gustaron mucho los spots que planteamos. A mí me ha sorprendido, por eso contesté en Twitter con eso de que no entendía un país en el que tú no te puedas sentar con alguien que no piensa como tú, porque yo creo que eso es básico para para la convivencia y seguiremos haciéndolo. Por más haterismo que haya.
¿Es optimista respecto a esa crispación y polarización de la que tanto se habla?Yo soy optimista porque creo que en la calle no pasa lo que pasa a veces en las tertulias, o en los parlamentos. Creo que la calle es mucho más sana que todo eso. Lo que pasa es que lo otro tiene mucho protagonismo mediático. Entonces parece que vivamos en una sociedad más crispada de lo que en realidad está. Yo voy por la calle y no me encuentro ni una frase de las que me encuentro en Twitter. Nadie me dice eso. Nadie. Al contrario, lo que encuentras es mucho cariño, ganas de poder charlar un poco contigo. Creo que la crispación en la sociedad es infinitamente menor a la que hay en la política o en los medios.
En la promo de Lo de Évole hablan mucho de la verdad, ¿la han encontrado?No, no. La verdad es un ente bastante peculiar, un poco escurridizo y que seguramente tiene varias versiones. Lo bueno es tener varias versiones y hacerte tú luego una composición de lugar. Hay verdades científicas incuestionables, pero hay muchas otras verdades que tienen que ver con el análisis de lo que nos pasa, y ahí habrá matices que a ti te parecerán más verdad, a otros menos. O sea que la verdad es complicada.
El Papa le dijo a usted «sos malo», ¿eso le garantiza la condenación?No, no, yo creo que precisamente el Papa lo que busca es estar con gente mala. Creo que además los papas tienen esa obligación dentro de su misión evangelizadora. O sea, convencer a los convencidos es muy fácil. Lo que tienes que hacer es convencer a los que no están en tus caladeros.
¿Ha entrevistado a Josu Ternera y otros etarras? ¿Cómo plantea ese tipo de entrevistas? ¿Cómo es sentarse delante de una persona que ha quitado la vida a otras personas?Pues trabajando muchísimo. Esas entrevistas suponen un desgaste muy grande porque son personajes que no vienen como otros a contar, vienen a veces a esconder y tienes que ir muy preparado, muy preparado, a nivel de documentación, a nivel de lectura, de que te hayas ido empapando de cosas que han dicho en una entrevista o en otra. Mucho curro.
¿Y cómo sale de una entrevista así? ¿Necesita 5 minutos para asumirlo?No, cinco, no, se necesitan más. Sales bastante helado de la entrevista. Como frío dentro. Es una sensación casi física.
En la promoción hace referencia con humor a la cataplexia que padece, ¿cómo hace su vida con esa afección?Intento llevarlo lo mejor que puedo y es verdad que poco a poco hemos ido encontrando una medicación que consigue que no me caiga como me caía antes. De vez en cuando me pasa, pero he decidido vivir con la enfermedad sin que me provoque perderme cosas. Durante el día yo necesito dormir, necesito ir descansando para estar bien. He aprendido a vivir con eso.
Periodista y entrevistador, hablábamos de la crispación, ¿cómo ve a figuras como Vito Quiles, Alvise, Bertrand Ndongo, Rubén Gisbert… que pretenden ejercer ese papel?Creo que no merecen ni que yo opine de ellos.
20MINUTOS.ES – Televisión