La dieta para vivir más según el cardiólogo Eric Topol: "Revierte el envejecimiento"

La dieta, junto con el ejercicio físico, es el elemento clave que va a enfocar nuestro envejecimiento en la dirección correcta. Los expertos insisten en los efectos nocivos de los ultraprocesados, que provocan inflamación y enfermedades que podríamos evitar en muchos casos como la diabetes y algunos tipos de cáncer. El secreto está en buscar calidad de vida, y no solo en ir cumpliendo años.

Así pues, en esta dirección apunta también el prestigioso cardiólogo estadounidense Eric Topol, que asegura que existen numerosos estudios que avalan que un tipo de alimentación concreto aumentaría nuestra esperanza de vida, convirtiéndonos en ciudadanos más saludables y también más longevos. ¿A qué tipo de dieta se refiere el doctor?

Envejecer sin perder calidad de vida

Cumplir años a cualquier precio es un objetivo sin sentido: la idea es ganarle años a la vida pero vivirlos bien, sin enfermar en la medida de lo posible. Por lo que respecta a lo que está en nuestra mano, el cardiólogo apuesta fundamentalmente por una dieta, la mediterránea, que podría ayudarnos a cumplir los 100 años.

La evidencia científica avala las afirmaciones de Topol. Un patrón alimenticio basado en el consumo predominante de frutas y verduras frescas, legumbres, cereales integrales, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva virgen extra (en cantidades moderadas) puede ser el secreto de la longevidad.

En el extremo contrario, minimizar el consumo de carnes rojas, ultraprocesados, y huir de las grasas saturadas es algo que garantiza la dieta mediterránea. Recientes estudios publicados en la revista The Lancet confirman que esta dieta mejora la salud cardiovascular, pero también combate la inflamación crónica, vinculada a patologías degenerativas y cáncer.

¿Por qué Topol apuesta por la dieta mediterránea?

Una de las bases en las que se asienta la dieta mediterránea la constituye el aceite de oliva virgen extra, explica el doctor Topol, que añade «este elixir es rico en ácidos grasos monoinsaturados y polifenoles, que actúan como un potente antioxidante natural, ayudando a combatir el daño celular provocado por los radicales libres».

Las legumbres, que aportan proteínas vegetales, minerales y mucha fibra, «nos permiten sustituir el consumo excesivo de carne roja; y los cereales integrales como la quinoa o la avena, hacen que nuestro organismo reciba la energía que necesita de manera progresiva, sin hacer picos glucémicos«.

El pescado azul, que también forma parte de la dieta mediterránea, ofrece un interesante aporte de omega-3, imprescindibles para la salud cerebral y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Mejor aún es lo que no contiene: refrescos, comidas precocinadas, snacks, o bollería, que combinan azúcares y grasas trans, alteran el metabolismo y pueden provocar deterioro cognitivo y cáncer.

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 El objetivo de la longevidad consiste en no añadirle años a la vida, sino vida a los años. La calidad de vida es el objetivo de los expertos.  

La dieta, junto con el ejercicio físico, es el elemento clave que va a enfocar nuestro envejecimiento en la dirección correcta. Los expertos insisten en los efectos nocivos de los ultraprocesados, que provocan inflamación y enfermedades que podríamos evitar en muchos casos como la diabetes y algunos tipos de cáncer. El secreto está en buscar calidad de vida, y no solo en ir cumpliendo años.

Así pues, en esta dirección apunta también el prestigioso cardiólogo estadounidense Eric Topol, que asegura que existen numerosos estudios que avalan que un tipo de alimentación concreto aumentaría nuestra esperanza de vida, convirtiéndonos en ciudadanos más saludables y también más longevos. ¿A qué tipo de dieta se refiere el doctor?

Envejecer sin perder calidad de vida

La dieta mediterránea enfatiza el consumo de verduras y frutas frescas, así como el uso de aceite de oliva como principal fuente de grasa.
La dieta mediterránea enfatiza el consumo de verduras y frutas frescas, así como el uso de aceite de oliva como principal fuente de grasa.
TONO BALAGUER

Cumplir años a cualquier precio es un objetivo sin sentido: la idea es ganarle años a la vida pero vivirlos bien, sin enfermar en la medida de lo posible. Por lo que respecta a lo que está en nuestra mano, el cardiólogo apuesta fundamentalmente por una dieta, la mediterránea, que podría ayudarnos a cumplir los 100 años.

La evidencia científica avala las afirmaciones de Topol. Un patrón alimenticio basado en el consumo predominante de frutas y verduras frescas, legumbres, cereales integrales, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva virgen extra (en cantidades moderadas) puede ser el secreto de la longevidad.

En el extremo contrario, minimizar el consumo de carnes rojas, ultraprocesados, y huir de las grasas saturadas es algo que garantiza la dieta mediterránea. Recientes estudios publicados en la revista The Lancet confirman que esta dieta mejora la salud cardiovascular, pero también combate la inflamación crónica, vinculada a patologías degenerativas y cáncer.

¿Por qué Topol apuesta por la dieta mediterránea?

El consumo elevado de alimentos ultraprocesados podría acelerar el envejecimientoi biológico. Por eso es mejor la dieta mediterránea, que huye de este tipo de comida.
El consumo elevado de alimentos ultraprocesados podría acelerar el envejecimientoi biológico. Por eso es mejor la dieta mediterránea, que huye de este tipo de comida.
Getty Images/iStockphoto

Una de las bases en las que se asienta la dieta mediterránea la constituye el aceite de oliva virgen extra, explica el doctor Topol, que añade «este elixir es rico en ácidos grasos monoinsaturados y polifenoles, que actúan como un potente antioxidante natural, ayudando a combatir el daño celular provocado por los radicales libres».

Las legumbres, que aportan proteínas vegetales, minerales y mucha fibra, «nos permiten sustituir el consumo excesivo de carne roja; y los cereales integrales como la quinoa o la avena, hacen que nuestro organismo reciba la energía que necesita de manera progresiva, sin hacer picos glucémicos«.

El pescado azul, que también forma parte de la dieta mediterránea, ofrece un interesante aporte de omega-3, imprescindibles para la salud cerebral y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Mejor aún es lo que no contiene: refrescos, comidas precocinadas, snacks, o bollería, que combinan azúcares y grasas trans, alteran el metabolismo y pueden provocar deterioro cognitivo y cáncer.

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