La hemeroteca se vuelve como un boomerang contra Sánchez y recuerda sus frases a Rajoy: "No vale con pedir perdón"

«Quiero pedir disculpas a la ciudadanía». Estas fueron las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves al reconocer que cometió un error al confiar en Santos Cerdán, ahora exsecretario de Organización del PSOE. «El Partido Socialista y yo como secretario general no debimos confiar en él», afirmó, con semblante serio, después de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil implicara a Cerdán en la gestión de comisiones en adjudicaciones de obras públicas en favor del exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García.

Pero la hemeroteca no perdona. Las declaraciones pasadas de Sánchez, sobre todo en tiempos de oposición, se le han vuelto en contra como un boomerang. Porque si algo dejó claro durante los años más duros de la corrupción del PP, bajo el Gobierno del expresidente Mariano Rajoy (2011-2018), fue que «no bastaba con pedir perdón». Los procesos judiciales en los que se vieron envueltos dirigentes populares -como el caso Gürtel, la operación Púnica o la trama Kitchen- llevaron al entonces líder de la oposición a afirmar que las disculpas no eran suficientes cuando se trataba de corrupción, siendo precisamente los escándalos los que motivaron la moción de censura que llevó a Sánchez al Gobierno.

Tras disculparse en agosto de 2013 por el caso Bárcenas, Rajoy volvió a pedir perdón el 28 de octubre de 2014. «En nombre del PP quiero pedir disculpas a todos los españoles por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos«, aseguró en el Senado. Sus disculpas coincidieron con la comparecencia en la Audiencia Nacional del exsecretario general del PP Ángel Acebes por pagos con una supuesta caja B de la formación; y con la detención un día antes de 51 personas en el marco de la operación Púnica.

La reacción de Sánchez fue inmediata. El día siguiente, desde el Congreso, el líder socialista fue tajante: «Ni al Congreso ni al Senado se viene a pedir perdón, sino a dar explicaciones, a rendir cuentas y asumir responsabilidades políticas». «Usted está asediado por la corrupción, pidió perdón por los nombramientos que había hecho en el pasado […] Lo suyo no es el caso de una única y exclusiva manzana podrida, señor Rajoy», aseveró entonces.

«Por tanto, señor Rajoy, menos disculpas y más explicaciones. Comparezca en el Congreso para dar explicaciones, tomar medidas y asumir responsabilidades, no por el bien del Partido Popular, sino por el bien de la democracia española», espetó Sánchez, quien, además, aseguró que él iba a ser «más contundente, más implacable y más ejemplar cuando existan casos de corrupción en el Partido Socialista».

En los días, meses y años siguientes, reiteró una y otra vez que pedir perdón no era suficiente. El 5 de noviembre de 2014, en Valencia, presentó junto a Ximo Puig la llamada Declaración de Valencia para «vencer la corrupción y garantizar la limpieza democrática». Allí volvió a criticar a Rajoy con contundencia: «Yo le digo a Rajoy que el perdón en política no es suficiente». «Lo que debe de hacer es comparecer en el Congreso, explicar qué medidas va a tomar como presidente del PP y del Gobierno para que esos casos no se vuelvan a producir, y finalmente, tiene que asumir responsabilidades políticas».

La idea se convirtió en un mantra en boca de Sánchez durante aquella época. En Sevilla, el 8 de noviembre del mismo año, volvió a defender que «no basta con pedir perdón, como ha hecho Rajoy». «La gente está indignada con razón al ver que aumenta el número de casos de corrupción mientras aumenta el paro», advirtió en un mitin junto a la entonces presidenta andaluza, Susana Díaz. Y volvió a sacar pecho del PSOE, al que definió como un partido «mucho más decente» tras la expulsión de los implicados en el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid: «Hemos sido contundentes y vamos a seguir siéndolo».

La contundencia, sin embargo, es la que ahora muchos le reclaman a él, después de que haya optado por una disculpa pública pero sin dar más explicaciones. Tampoco se ha abierto paso la asunción de responsabilidades más allá de la salida de Santos Cerdán, cuya trayectoria ha estado marcada por su papel en los pactos de investidura y en la negociación con los independentistas.

Las redes recuerdan sus mensajes

Las redes sociales, otro altavoz habitual del Sánchez opositor, han rescatado estos días algunos de sus mensajes. El mismo día del mitin en Sevilla, el socialista escribía en X (antes Twitter): «No basta pedir perdón cuando aumenta el número de escándalos del PP. Vamos a echarle paciencia porque Rajoy tiene mucho que explicar». El 26 de noviembre, volvía a aludir al entonces presidente: «Ha triplicado el número de independentistas, pide perdón por la corrupción sin asumir responsabilidades».

Un día más tarde, Sánchez advertía también desde redes sociales que «los ciudadanos sienten desconfianza hacia su Gobierno y hacia el sistema». «No basta con pedir perdón, hay que reaccionar», escribió horas después de que Rajoy reconociera en sede parlamentaria que habían aparecido «corruptos» en su partido que habían sido «merecedoras de su confianza». Palabras que hoy resuenan con similitud a las pronunciadas esta semana por el propio Sánchez sobre Cerdán.

Incluso tres años más tarde, en febrero de 2017, el líder socialista no abandonaba aquella exigencia de ejemplaridad. En concreto, compartió una noticia sobre empresarios que confesaban haber financiado ilegalmente al PP valenciano a cambio de beneficios judiciales, a lo que comentó: «Además de pedir perdón y devolver lo robado, ¿quién asumirá responsabilidades en el PP de Rajoy?».

Si bien ahora esas palabras resuenan con fuerza, Sánchez ha descartado convocar elecciones antes de 2027, ha subrayado que «en absoluto» está pensando ahora mismo en una crisis de Gobierno y tampoco ha abierto la puerta a comparecencias parlamentarias. Por otro lado, sí ha anunciado una auditoría externa para estudiar las cuentas del PSOE.

 Las disculpas de Sánchez de esta semana resuenan con similitud a las pronunciadas en su momento por Rajoy.  

«Quiero pedir disculpas a la ciudadanía». Estas fueron las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves al reconocer que cometió un error al confiar en Santos Cerdán, ahora exsecretario de Organización del PSOE. «El Partido Socialista y yo como secretario general no debimos confiar en él», afirmó, con semblante serio, después de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil implicara a Cerdán en la gestión de comisiones en adjudicaciones de obras públicas en favor del exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García.

Pero la hemeroteca no perdona. Las declaraciones pasadas de Sánchez, sobre todo en tiempos de oposición, se le han vuelto en contra como un boomerang. Porque si algo dejó claro durante los años más duros de la corrupción del PP, bajo el Gobierno del expresidente Mariano Rajoy (2011-2018), fue que «no bastaba con pedir perdón». Los procesos judiciales en los que se vieron envueltos dirigentes populares -como el caso Gürtel, la operación Púnica o la trama Kitchen- llevaron al entonces líder de la oposición a afirmar que las disculpas no eran suficientes cuando se trataba de corrupción, siendo precisamente los escándalos los que motivaron la moción de censura que llevó a Sánchez al Gobierno.

Tras disculparse en agosto de 2013 por el caso Bárcenas, Rajoy volvió a pedir perdón el 28 de octubre de 2014. «En nombre del PP quiero pedir disculpas a todos los españoles por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos«, aseguró en el Senado. Sus disculpas coincidieron con la comparecencia en la Audiencia Nacional del exsecretario general del PP Ángel Acebes por pagos con una supuesta caja B de la formación; y con la detención un día antes de 51 personas en el marco de la operación Púnica.

La reacción de Sánchez fue inmediata. El día siguiente, desde el Congreso, el líder socialista fue tajante: «Ni al Congreso ni al Senado se viene a pedir perdón, sino a dar explicaciones, a rendir cuentas y asumir responsabilidades políticas». «Usted está asediado por la corrupción, pidió perdón por los nombramientos que había hecho en el pasado […] Lo suyo no es el caso de una única y exclusiva manzana podrida, señor Rajoy», aseveró entonces.

«Por tanto, señor Rajoy, menos disculpas y más explicaciones. Comparezca en el Congreso para dar explicaciones, tomar medidas y asumir responsabilidades, no por el bien del Partido Popular, sino por el bien de la democracia española», espetó Sánchez, quien, además, aseguró que él iba a ser «más contundente, más implacable y más ejemplar cuando existan casos de corrupción en el Partido Socialista».

En los días, meses y años siguientes, reiteró una y otra vez que pedir perdón no era suficiente. El 5 de noviembre de 2014, en Valencia, presentó junto a Ximo Puig la llamada Declaración de Valencia para «vencer la corrupción y garantizar la limpieza democrática». Allí volvió a criticar a Rajoy con contundencia: «Yo le digo a Rajoy que el perdón en política no es suficiente». «Lo que debe de hacer es comparecer en el Congreso, explicar qué medidas va a tomar como presidente del PP y del Gobierno para que esos casos no se vuelvan a producir, y finalmente, tiene que asumir responsabilidades políticas».

La idea se convirtió en un mantra en boca de Sánchez durante aquella época. En Sevilla, el 8 de noviembre del mismo año, volvió a defender que «no basta con pedir perdón, como ha hecho Rajoy». «La gente está indignada con razón al ver que aumenta el número de casos de corrupción mientras aumenta el paro», advirtió en un mitin junto a la entonces presidenta andaluza, Susana Díaz. Y volvió a sacar pecho del PSOE, al que definió como un partido «mucho más decente» tras la expulsión de los implicados en el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid: «Hemos sido contundentes y vamos a seguir siéndolo».

La contundencia, sin embargo, es la que ahora muchos le reclaman a él, después de que haya optado por una disculpa pública pero sin dar más explicaciones. Tampoco se ha abierto paso la asunción de responsabilidades más allá de la salida de Santos Cerdán, cuya trayectoria ha estado marcada por su papel en los pactos de investidura y en la negociación con los independentistas.

Las redes sociales, otro altavoz habitual del Sánchez opositor, han rescatado estos días algunos de sus mensajes. El mismo día del mitin en Sevilla, el socialista escribía en X (antes Twitter): «No basta pedir perdón cuando aumenta el número de escándalos del PP. Vamos a echarle paciencia porque Rajoy tiene mucho que explicar». El 26 de noviembre, volvía a aludir al entonces presidente: «Ha triplicado el número de independentistas, pide perdón por la corrupción sin asumir responsabilidades».

Un día más tarde, Sánchez advertía también desde redes sociales que «los ciudadanos sienten desconfianza hacia su Gobierno y hacia el sistema». «No basta con pedir perdón, hay que reaccionar», escribió horas después de que Rajoy reconociera en sede parlamentaria que habían aparecido «corruptos» en su partido que habían sido «merecedoras de su confianza». Palabras que hoy resuenan con similitud a las pronunciadas esta semana por el propio Sánchez sobre Cerdán.

Incluso tres años más tarde, en febrero de 2017, el líder socialista no abandonaba aquella exigencia de ejemplaridad. En concreto, compartió una noticia sobre empresarios que confesaban haber financiado ilegalmente al PP valenciano a cambio de beneficios judiciales, a lo que comentó: «Además de pedir perdón y devolver lo robado, ¿quién asumirá responsabilidades en el PP de Rajoy?».

Si bien ahora esas palabras resuenan con fuerza, Sánchez ha descartado convocar elecciones antes de 2027, ha subrayado que «en absoluto» está pensando ahora mismo en una crisis de Gobierno y tampoco ha abierto la puerta a comparecencias parlamentarias. Por otro lado, sí ha anunciado una auditoría externa para estudiar las cuentas del PSOE.

 20MINUTOS.ES – Nacional

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