El secreto está en la marca, pero gran parte de los canales temáticos de TDT de la televisión en España no han conseguido encontrar un tono diferenciador que cale entre la audiencia. De muchos ni siquiera recordamos su nombre. De hecho, la mayor parte se asocian al relleno y al refrito. Especialmente de series y películas. Como si no hubiera más temáticas que se podrían abrir camino con competitividad en la Televisión Digital Terrestre en abierto.
Pero nadie parece atreverse a las ideas distintivas. Cuando en marcar la diferencia está la clave de los canales secundarios: en encontrar esa complementariedad a los grandes canales con una línea editorial concretada de una forma contundente. Y con línea editorial no siempre nos referimos a la ideología, que nos hemos quedado estancados ahí.
En la TDT se echa en falta más pluralidad de temáticas que conectan con el ADN social de nuestro país. Sin embargo, falta riesgo creativo. Por ejemplo, hay nicho de mercado para un canal gastronómico que hable de España a través de la fascinación culinaria. Al estilo del Canal Cocina en el pago, que ha creado un sello propio con su capacidad de combinar el programa de recetas clásico con el documental donde ver cómo se guisa solo es la excusa para conocer mejor nuestra sociedad, sus costumbres y sus historias.
El problema de este tipo de canales está en que requieren inversión en producción propia. Lo que es más arriesgado que comprar latas de ficciones de antaño. En este sentido, las frecuencias de cine se podrían tematizar mejor por géneros concretos e identificables al estilo de las cadenas de pago. Cada canal no puede ser un totum revolutum. La tele es orden y rutina de programación bajo el paraguas de una emisoras que te ayuda a preveer qué te vas a encontrar y cómo te lo van a contar. La imprevisibilidad la pone el contenido dentro del tono de los programas en sí. De ahí que los canales de TDT que, al final, mejor han funcionado en nuestro país son los que bloquean horas y horas de su parrilla con espacios altamente reconocibles. Véase la infalible La que se avecina en Factoría de Ficción. No falla.
Aunque hay otras personalidades de las que la TDT está huérfana. Demasiados canales clónicos solo cumpliendo el cupo de una concesión de frecuencia pública otorgada por el poder. Sin que se valorara a fondo una estrategia creativa real con conocimiento exhaustivo del sector televisivo y sus necesidades. Un retrato de un tiempo, donde los intereses no siempre van unidos al talento de las ideas.
El secreto está en la marca. Pero gran parte de los canales temáticos de TDT de la televisión en España no han conseguido encontrar un tono diferenciador…
El secreto está en la marca, pero gran parte de los canales temáticos de TDT de la televisión en España no han conseguido encontrar un tono diferenciador que cale entre la audiencia. De muchos ni siquiera recordamos su nombre. De hecho, la mayor parte se asocian al relleno y al refrito. Especialmente de series y películas. Como si no hubiera más temáticas que se podrían abrir camino con competitividad en la Televisión Digital Terrestre en abierto.
Pero nadie parece atreverse a las ideas distintivas. Cuando en marcar la diferencia está la clave de los canales secundarios: en encontrar esa complementariedad a los grandes canales con una línea editorial concretada de una forma contundente. Y con línea editorial no siempre nos referimos a la ideología, que nos hemos quedado estancados ahí.
En la TDT se echa en falta más pluralidad de temáticas que conectan con el ADN social de nuestro país. Sin embargo, falta riesgo creativo. Por ejemplo, hay nicho de mercado para un canal gastronómico que hable de España a través de la fascinación culinaria. Al estilo del Canal Cocina en el pago, que ha creado un sello propio con su capacidad de combinar el programa de recetas clásico con el documental donde ver cómo se guisa solo es la excusa para conocer mejor nuestra sociedad, sus costumbres y sus historias.
El problema de este tipo de canales está en que requieren inversión en producción propia. Lo que es más arriesgado que comprar latas de ficciones de antaño. En este sentido, las frecuencias de cine se podrían tematizar mejor por géneros concretos e identificables al estilo de las cadenas de pago. Cada canal no puede ser un totum revolutum. La tele es orden y rutina de programación bajo el paraguas de una emisoras que te ayuda a preveer qué te vas a encontrar y cómo te lo van a contar. La imprevisibilidad la pone el contenido dentro del tono de los programas en sí. De ahí que los canales de TDT que, al final, mejor han funcionado en nuestro país son los que bloquean horas y horas de su parrilla con espacios altamente reconocibles. Véase la infalible La que se avecina en Factoría de Ficción. No falla.
Aunque hay otras personalidades de las que la TDT está huérfana. Demasiados canales clónicos solo cumpliendo el cupo de una concesión de frecuencia pública otorgada por el poder. Sin que se valorara a fondo una estrategia creativa real con conocimiento exhaustivo del sector televisivo y sus necesidades. Un retrato de un tiempo, donde los intereses no siempre van unidos al talento de las ideas.
20MINUTOS.ES – Televisión