La vida de Santos Cerdán dio este lunes un vuelco después de que el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, ordenara su ingreso en prisión por los presuntos delitos de cohecho, pertenencia a organización criminal y tráfico de influencias. Acostumbrado a moverse por los pasillos del Congreso y de Ferraz con soltura y a disfrutar del buen nivel de vida propio de un diputado, el ex secretario de Organización del PSOE tendrá que adaptarse a partir de ahora a la austera rutina carcelaria de Soto del Real.
Y esa rutina empieza muy temprano porque a las 7.30 horas suena la alarma en la prisión madrileña. «A las 7.45 los funcionarios hacemos el primero de los tres recuentos de internos que suele haber a lo largo del día. La alarma suena a las 7.30 para que se vayan levantando y estén listos para ese recuento», explica la funcionaria de prisiones, Silvia Fernández, que además es secretaría general de CCOO en Instituciones Penitenciarias.
Después de pasar lista, los presos bajan al comedor a desayunar y para ello Cerdán tendrá que coger el vaso y los cubiertos de plástico que le dieron al ingresar en prisión, como a cualquier otro recluso: «A todos se les entrega el primer día un kit higiénico, que incluye un vaso y cubiertos de plástico. Lo llevan siempre en el bolsillo cuando bajan al comedor para desayunar, comer o cenar. Luego ellos mismos tienen que lavarse el vaso y los cubiertos».
«Para desayunar los internos hacen fila con una bandeja y en su propio vaso de plástico les echan el café. También les dan un bollo y pueden coger mantequilla y mermelada, si lo desean», dice.
Cerdán tendrá mucho tiempo libre
Tras esa primera comida del día y «después de que hayan arreglado sus celdas», los internos tienen tiempo para realizar diferentes actividades, como talleres, aprender algún oficio, realizar trabajos para la prisión o asistir a clases de Formación Profesional, dependiendo del nivel educativo de cada uno. La funcionaria apunta, sin embargo, que la actividad lectiva «es mucho menor en verano porque la mayoría de clases siguen el calendario escolar normal», es decir, en verano hay vacaciones.
En todo caso, Santos Cerdán ha ingresado en un módulo de presos preventivos, ya que todavía no ha sido condenado por un juez, y en esos módulos no cuentan con un programa de actividades establecido. «A los internos que tienen una condena firme se les hace una planificación con diferentes programas de tratamiento que pueden seguir en la cárcel, después de que se haya valorado su estado psicológico, pero con los preventivos no se hace esa planificación. Entonces tienen más tiempo libre y pueden pasar su tiempo haciendo otras actividades como leer, jugar a juegos de mesa o asistir a servicios religiosos. Digamos que la injerencia del régimen penitenciario es menor porque dentro de la cárcel tiene mucho valor la presunción de inocencia».
Y cabe recordar que en Soto del Real la gran mayoría de presos son preventivos. Esa es, precisamente, una de las razones por las que casi todos los ‘presos VIP’ como Cerdán, Rodrigo Rato o Luis Bárcenas han acabado allí: «La mayoría de internos que han sido procesados en la Audiencia Nacional o en el Tribunal Supremo acaban en Soto del Real porque es la prisión más próxima a Madrid y también por la situación regimental, ya que de los 1.359 internos que hay ahora mismo, más de 900 son preventivos».
Los reclusos en régimen provisional están en módulos distintos de los presos condenados, pero eso no quiere decir que Cerdán no pueda cruzarse con delincuentes comunes: «Tenemos un reglamento que dice que los preventivos tienen que estar separados de los penados y que los primarios deben de estar separados de los multirreincidentes, pero al final Cerdán puede coincidir perfectamente con un interno que haya cometido un homicidio, porque también puede estar a la espera de juicio».
No obstante, recalca que por su perfil poco conflictivo, Cerdán «estará en un departamento con internos que se adapten bien a las normas y tengan un buen comportamiento dentro de prisión». El exdirigente socialista se entrevistó este martes con un trabajador social y un educador en su módulo de ingresos (donde acuden los recién llegados), antes de que el centro lo recoloque en un módulo de preventivos.
Piscina de verano en Soto del Real
Volviendo a la rutina diaria, después de la jornada matinal para realizar talleres, trabajar en prisión o formarse académicamente, los internos disfrutan de un tiempo para practicar deporte, que puede ser en el gimnasio, el patio o en otras instalaciones deportivas, como una gran piscina descubierta para combatir el calor veraniego, pero siempre por turnos establecidos en función de los módulos. Los internos pueden hacer uso de esa piscina entre una y dos horas al día, como máximo.
Tras la práctica deportiva se sirve la comida, en verano entre las 12.30 y las 13.00 horas, mientras que en invierno se adelanta media hora: «Para comer y para cenar disponen de una bandeja con tres huecos, para el primer plato, el segundo y el postre. Los internos hacen fila y otros internos que trabajan en el comedor les sirven la comida en sus bandejas».
«Después de comer, los reclusos vuelven a subir a sus celdas para descansar hasta las 16.30, cuando vuelven a bajar para realizar más actividades deportivas, socioculturales o de ocio, como puede ser ir al cine, a misa, ver la televisión o jugar a las cartas. Hay 14 módulos residenciales y las actividades van cambiando», indica la funcionaria. «Suelen permanecer en el patio hasta las 19.00 horas y luego se sirve la cena en el comedor. Alrededor de las 20.30 suben de nuevo a sus celdas y se realiza el tercer y último recuento del día», añade.
Habitación con televisión y ducha
Dentro de las celdas, cada interno puede acostarse cuando quiera. La mayoría tienen televisión en la habitación y pueden verla hasta que lo deseen: «Ellos tienen el mando de su televisor y también su propia luz, que la pueden apagar cuando quieran. Casi todas las celdas tienen televisión porque se la compran los propios internos o porque aprovechan las que han dejado otros reclusos cuando han salido de la cárcel. Las televisiones que pueden comprar deben cumplir unas características muy concretas y tener unas pulgadas determinadas, siempre supervisadas por seguridad».
En principio, Cerdán va a compartir celda con un preso de apoyo, que le ayudará a asimilar su nueva situación y a integrarse: «Nuestro reglamento penitenciario dice que los presos deberían de estar en una celda solos, pero debido a la masificación y, a veces por su propia seguridad, acaban compartiendo celda. Normalmente, cuando alguien ingresa de la calle por primera vez, como es el perfil de Cerdán, se le pone un interno de apoyo y se le incluye en el programa de prevención de suicidios, porque entrar en la cárcel es un factor muy estresante y hay un riesgo potencial de suicidio. El acompañante ayuda a evitarlo y, además, le va a explicar un poco el funcionamiento y la dinámica del centro penitenciario, le ayuda a tener más contacto con su nueva realidad y le tranquiliza».
La celda de Cerdán será idéntica a la de sus compañeros: diez metros cuadrados con una litera que compartirá con su preso de apoyo. La celda cuenta con su propio baño y ducha, además de un escritorio: «En las prisiones españolas modernas, todas las celdas tienen baño con ducha. Quedan muy pocos centros penitenciarios donde la ducha sea común».
100 euros para el economato y 10 números para llamar
Cada preso puede adquirir ciertos privilegios comprando en el economato de la cárcel, en función de su poder adquisitivo, aunque siempre con un tope máximo de 100 euros semanales: «Los internos tienen una cuenta de peculio en la que sus familiares pueden ingresarles todo el dinero que quieran, pero ellos solo pueden disponer de 100 euros semanales en una tarjeta, ya que no hay dinero en efectivo en la cárcel. Con esos 100 euros pueden comprar diferentes productos como jamón, chorizo, café, tabaco, etc., pero nada de alcohol porque está totalmente prohibido en prisión».
Respecto a las visitas, Cerdán podrá recibir las de sus familiares, aunque de momento siempre a través de un cristal: «En principio empieza con el permiso de comunicaciones en locutorio, que es a través de cristales, y más adelante podrá obtener el permiso para el vis a vis, es decir, sin cristales y en una sala para tener contacto directo con su familia». Lo habitual es que se le permita una visita semanal, que suele ser de unos 30 o 40 minutos de duración.
Como el resto de presos, el ex secretario de Organización del PSOE no podrá hacer uso de su teléfono móvil, pero puede proporcionar hasta diez números de teléfono para realizar llamadas: «Las hacen a través de un servicio de cabinas que ha puesto Telefónica y se las costean ellos mismos. Antes de la pandemia era un régimen más estricto y solo podían hacer diez llamadas semanales, pero ahora es más flexible y pueden hacer 20 o 25. Eso sí, solo pueden llamar a diez números de teléfono distintos, que deben ser previamente autorizados. Para ello, tienen que presentar los contratos de esos números para verificar quiénes son sus titulares y que no llaman a personas no autorizadas».
La duración de las llamadas depende un poco del número de internos que estén haciendo cola en ese momento para llamar, normalmente alto porque Soto del Real es la cárcel con el mayor número de reclusos de Madrid, así que las conversaciones telefónicas no suelen extenderse más allá de los 5 minutos.
La vida de Santos Cerdán dio este lunes un vuelco después de que el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, ordenara su ingreso en prisión por los presuntos…
La vida de Santos Cerdán dio este lunes un vuelco después de que el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, ordenara su ingreso en prisión por los presuntos delitos de cohecho, pertenencia a organización criminal y tráfico de influencias. Acostumbrado a moverse por los pasillos del Congreso y de Ferraz con soltura y a disfrutar del buen nivel de vida propio de un diputado, el ex secretario de Organización del PSOE tendrá que adaptarse a partir de ahora a la austera rutina carcelaria de Soto del Real.
Y esa rutina empieza muy temprano porque a las 7.30 horas suena la alarma en la prisión madrileña. «A las 7.45 los funcionarios hacemos el primero de los tres recuentos de internos que suele haber a lo largo del día. La alarma suena a las 7.30 para que se vayan levantando y estén listos para ese recuento», explica la funcionaria de prisiones, Silvia Fernández, que además es secretaría general de CCOO en Instituciones Penitenciarias.
Después de pasar lista, los presos bajan al comedor a desayunar y para ello Cerdán tendrá que coger el vaso y los cubiertos de plástico que le dieron al ingresar en prisión, como a cualquier otro recluso: «A todos se les entrega el primer día un kit higiénico, que incluye un vaso y cubiertos de plástico. Lo llevan siempre en el bolsillo cuando bajan al comedor para desayunar, comer o cenar. Luego ellos mismos tienen que lavarse el vaso y los cubiertos».
«Para desayunar los internos hacen fila con una bandeja y en su propio vaso de plástico les echan el café. También les dan un bollo y pueden coger mantequilla y mermelada, si lo desean», dice.
Cerdán tendrá mucho tiempo libre
Tras esa primera comida del día y «después de que hayan arreglado sus celdas», los internos tienen tiempo para realizar diferentes actividades, como talleres, aprender algún oficio, realizar trabajos para la prisión o asistir a clases de Formación Profesional, dependiendo del nivel educativo de cada uno. La funcionaria apunta, sin embargo, que la actividad lectiva «es mucho menor en verano porque la mayoría de clases siguen el calendario escolar normal», es decir, en verano hay vacaciones.
En todo caso, Santos Cerdán ha ingresado en un módulo de presos preventivos, ya que todavía no ha sido condenado por un juez, y en esos módulos no cuentan con un programa de actividades establecido. «A los internos que tienen una condena firme se les hace una planificación con diferentes programas de tratamiento que pueden seguir en la cárcel, después de que se haya valorado su estado psicológico, pero con los preventivos no se hace esa planificación. Entonces tienen más tiempo libre y pueden pasar su tiempo haciendo otras actividades como leer, jugar a juegos de mesa o asistir a servicios religiosos. Digamos que la injerencia del régimen penitenciario es menor porque dentro de la cárcel tiene mucho valor la presunción de inocencia».

Y cabe recordar que en Soto del Real la gran mayoría de presos son preventivos. Esa es, precisamente, una de las razones por las que casi todos los ‘presos VIP’ como Cerdán, Rodrigo Rato o Luis Bárcenas han acabado allí: «La mayoría de internos que han sido procesados en la Audiencia Nacional o en el Tribunal Supremo acaban en Soto del Real porque es la prisión más próxima a Madrid y también por la situación regimental, ya que de los 1.359 internos que hay ahora mismo, más de 900 son preventivos».
Los reclusos en régimen provisional están en módulos distintos de los presos condenados, pero eso no quiere decir que Cerdán no pueda cruzarse con delincuentes comunes: «Tenemos un reglamento que dice que los preventivos tienen que estar separados de los penados y que los primarios deben de estar separados de los multirreincidentes, pero al final Cerdán puede coincidir perfectamente con un interno que haya cometido un homicidio, porque también puede estar a la espera de juicio».
No obstante, recalca que por su perfil poco conflictivo, Cerdán «estará en un departamento con internos que se adapten bien a las normas y tengan un buen comportamiento dentro de prisión». El exdirigente socialista se entrevistó este martes con un trabajador social y un educador en su módulo de ingresos (donde acuden los recién llegados), antes de que el centro lo recoloque en un módulo de preventivos.
Piscina de verano en Soto del Real
Volviendo a la rutina diaria, después de la jornada matinal para realizar talleres, trabajar en prisión o formarse académicamente, los internos disfrutan de un tiempo para practicar deporte, que puede ser en el gimnasio, el patio o en otras instalaciones deportivas, como una gran piscina descubierta para combatir el calor veraniego, pero siempre por turnos establecidos en función de los módulos. Los internos pueden hacer uso de esa piscina entre una y dos horas al día, como máximo.

Tras la práctica deportiva se sirve la comida, en verano entre las 12.30 y las 13.00 horas, mientras que en invierno se adelanta media hora: «Para comer y para cenar disponen de una bandeja con tres huecos, para el primer plato, el segundo y el postre. Los internos hacen fila y otros internos que trabajan en el comedor les sirven la comida en sus bandejas».
«Después de comer, los reclusos vuelven a subir a sus celdas para descansar hasta las 16.30, cuando vuelven a bajar para realizar más actividades deportivas, socioculturales o de ocio, como puede ser ir al cine, a misa, ver la televisión o jugar a las cartas. Hay 14 módulos residenciales y las actividades van cambiando», indica la funcionaria. «Suelen permanecer en el patio hasta las 19.00 horas y luego se sirve la cena en el comedor. Alrededor de las 20.30 suben de nuevo a sus celdas y se realiza el tercer y último recuento del día», añade.
Habitación con televisión y ducha
Dentro de las celdas, cada interno puede acostarse cuando quiera. La mayoría tienen televisión en la habitación y pueden verla hasta que lo deseen: «Ellos tienen el mando de su televisor y también su propia luz, que la pueden apagar cuando quieran. Casi todas las celdas tienen televisión porque se la compran los propios internos o porque aprovechan las que han dejado otros reclusos cuando han salido de la cárcel. Las televisiones que pueden comprar deben cumplir unas características muy concretas y tener unas pulgadas determinadas, siempre supervisadas por seguridad».
En principio, Cerdán va a compartir celda con un preso de apoyo, que le ayudará a asimilar su nueva situación y a integrarse: «Nuestro reglamento penitenciario dice que los presos deberían de estar en una celda solos, pero debido a la masificación y, a veces por su propia seguridad, acaban compartiendo celda. Normalmente, cuando alguien ingresa de la calle por primera vez, como es el perfil de Cerdán, se le pone un interno de apoyo y se le incluye en el programa de prevención de suicidios, porque entrar en la cárcel es un factor muy estresante y hay un riesgo potencial de suicidio. El acompañante ayuda a evitarlo y, además, le va a explicar un poco el funcionamiento y la dinámica del centro penitenciario, le ayuda a tener más contacto con su nueva realidad y le tranquiliza».
La celda de Cerdán será idéntica a la de sus compañeros: diez metros cuadrados con una litera que compartirá con su preso de apoyo. La celda cuenta con su propio baño y ducha, además de un escritorio: «En las prisiones españolas modernas, todas las celdas tienen baño con ducha. Quedan muy pocos centros penitenciarios donde la ducha sea común».
100 euros para el economato y 10 números para llamar
Cada preso puede adquirir ciertos privilegios comprando en el economato de la cárcel, en función de su poder adquisitivo, aunque siempre con un tope máximo de 100 euros semanales: «Los internos tienen una cuenta de peculio en la que sus familiares pueden ingresarles todo el dinero que quieran, pero ellos solo pueden disponer de 100 euros semanales en una tarjeta, ya que no hay dinero en efectivo en la cárcel. Con esos 100 euros pueden comprar diferentes productos como jamón, chorizo, café, tabaco, etc., pero nada de alcohol porque está totalmente prohibido en prisión».
Respecto a las visitas, Cerdán podrá recibir las de sus familiares, aunque de momento siempre a través de un cristal: «En principio empieza con el permiso de comunicaciones en locutorio, que es a través de cristales, y más adelante podrá obtener el permiso para el vis a vis, es decir, sin cristales y en una sala para tener contacto directo con su familia». Lo habitual es que se le permita una visita semanal, que suele ser de unos 30 o 40 minutos de duración.
Como el resto de presos, el ex secretario de Organización del PSOE no podrá hacer uso de su teléfono móvil, pero puede proporcionar hasta diez números de teléfono para realizar llamadas: «Las hacen a través de un servicio de cabinas que ha puesto Telefónica y se las costean ellos mismos. Antes de la pandemia era un régimen más estricto y solo podían hacer diez llamadas semanales, pero ahora es más flexible y pueden hacer 20 o 25. Eso sí, solo pueden llamar a diez números de teléfono distintos, que deben ser previamente autorizados. Para ello, tienen que presentar los contratos de esos números para verificar quiénes son sus titulares y que no llaman a personas no autorizadas».
La duración de las llamadas depende un poco del número de internos que estén haciendo cola en ese momento para llamar, normalmente alto porque Soto del Real es la cárcel con el mayor número de reclusos de Madrid, así que las conversaciones telefónicas no suelen extenderse más allá de los 5 minutos.
20MINUTOS.ES – Nacional