Las patologías que pueden provocar dolor de estómago son innumerables, de causas diversas y con consecuencias variables. Sin embargo, existen tres enfermedades concretas en las que las molestias digestivas estarán avisándonos de que existe una patología de base. La clave está en sentir ese dolor de estómago agudo, que no remite al cabo de unos días, que se va cronificando.
La inflamación o las enfermedades que afectan a los órganos en el abdomen pueden ocasionar dolor en los riñones, la vesícula biliar, el hígado, el páncreas, el bazo o el intestino (grueso y delgado). Si observamos que nuestras molestias digestivas persisten, quizá tengamos alguna de estas tres patologías prevalentes en la sociedad. ¿Quieres saber cuáles son?
La enfermedad de Crohn y su amplio espectro
La denominada Enfermedad Inflamatoria Intestinal engloba tanto la colitis ulcerosa como la enfermedad de Crohn. Esta última podría estar detrás de dolores de estómago constantes que no remiten. En España, 100 de cada 100.000 habitantes padecen alguna enfermedad inflamatoria intestinal, que afecta por igual a hombres que a mujeres y resulta más prevalente en personas de 20 a 30 años.
En este caso, se trata de una patología muy compleja, de amplio alcance, que puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo. En este caso, la inflamación afecta a todas las capas de la pared intestinal, con el riesgo de que provoque estenosis o fístulas. El dolor abdominal con retortijones, la diarrea durante más de una semana, sangrado rectal y la pérdida de peso suelen ser síntomas inequívocos.
Colitis ulcerosa, cuando el colon se inflama
Se sabe qué factores externos como el tabaquismo están relacionados con la enfermedad inflamatoria intestinal, y que la flora tiene mucho que ver con su desarrollo. En este caso, la colitis ulcerosa es una patología que se centra en el colon, donde la inflamación afecta a las capas más superficiales del tejido, y no va más allá.
Los síntomas de la colitis ulcerosa, que se manifiesta con molestias estomacales persistentes y localizadas, también son diarreas con sangre y mucha necesidad de defecar.
Aunque la causa de esta enfermedad inflamatoria no está clara, lo que sí saben los expertos es que reducir determinados factores de riesgo como un estilo de vida sedentario o el tabaquismo, pueden marcar la diferencia en el curso de la enfermedad, su pronóstico, y la respuesta del paciente al tratamiento.
Reflujo gastroesofágico y acidez estomacal
Aunque existen innumerables causas que pueden provocar dolor de estómago, como haber abusado de excitantes como la cafeína, una comida copiosa, determinados medicamentos con el estómago vacío que pueden interactuar mal… otra de las causas habituales es el reflujo gastroesofágico, que se produce cuando el ácido estomacal regresa al esófago y provoca una desagradable sensación de acidez.
Este tipo de dolor, denominado epigástrico, se produce en la región abdominal, entre las costillas y el ombligo, y puede ser agudo o sordo. A veces, va acompañado de calambres y ardor, y empeora tras las comidas, o al ir a acostarse, en forma de gases. En caso de que los síntomas no remitan, es necesario consultar con el médico e iniciar el tratamiento adecuado.
Cómo intentar minimizar el dolor de estómago
Con el objetivo de comprobar si los dolores de estómago remiten o no, los expertos recomiendan llevar a cabo una serie de medidas como que las comidas sean menos copiosas y más ligeras en cuanto a los alimentos que incluimos.
Evitar café o té, chocolate, vino, tomates o zumo de naranja, así como el alcohol; y permanecer de pie al menos media hora después de haber comido para evitar que el ácido del estómago regrese al esófago. Además, la ingesta de muchos líquidos ayuda a diluir los ácidos estomacales y a reducir la inflamación.
Mantener un peso saludable para que no exista un exceso de presión del peso corporal sobre el estómago también es una medida eficaz; así como controlar el estrés porque suele generar dolor epigástrico. Como en cualquier plan de vida saludable, la práctica de ejercicio es fundamental, y disciplinas como la meditación o el yoga pueden ayudar mucho a calmar también el estómago. No en vano, el famoso eje cerebro-estómago está interconectado.
El estrés, la mala alimentación o un descanso inadecuado pueden provocar molestias digestivas que, si no remiten, deben consultarse.
Las patologías que pueden provocar dolor de estómago son innumerables, de causas diversas y con consecuencias variables. Sin embargo, existen tres enfermedades concretas en las que las molestias digestivas estarán avisándonos de que existe una patología de base. La clave está en sentir ese dolor de estómago agudo, que no remite al cabo de unos días, que se va cronificando.
La inflamación o las enfermedades que afectan a los órganos en el abdomen pueden ocasionar dolor en los riñones, la vesícula biliar, el hígado, el páncreas, el bazo o el intestino (grueso y delgado). Si observamos que nuestras molestias digestivas persisten, quizá tengamos alguna de estas tres patologías prevalentes en la sociedad. ¿Quieres saber cuáles son?
La enfermedad de Crohn y su amplio espectro
La denominada Enfermedad Inflamatoria Intestinal engloba tanto la colitis ulcerosa como la enfermedad de Crohn. Esta última podría estar detrás de dolores de estómago constantes que no remiten. En España, 100 de cada 100.000 habitantes padecen alguna enfermedad inflamatoria intestinal, que afecta por igual a hombres que a mujeres y resulta más prevalente en personas de 20 a 30 años.
En este caso, se trata de una patología muy compleja, de amplio alcance, que puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo. En este caso, la inflamación afecta a todas las capas de la pared intestinal, con el riesgo de que provoque estenosis o fístulas. El dolor abdominal con retortijones, la diarrea durante más de una semana, sangrado rectal y la pérdida de peso suelen ser síntomas inequívocos.
Colitis ulcerosa, cuando el colon se inflama
Se sabe qué factores externos como el tabaquismo están relacionados con la enfermedad inflamatoria intestinal, y que la flora tiene mucho que ver con su desarrollo. En este caso, la colitis ulcerosa es una patología que se centra en el colon, donde la inflamación afecta a las capas más superficiales del tejido, y no va más allá.
Los síntomas de la colitis ulcerosa, que se manifiesta con molestias estomacales persistentes y localizadas, también son diarreas con sangre y mucha necesidad de defecar.
Aunque la causa de esta enfermedad inflamatoria no está clara, lo que sí saben los expertos es que reducir determinados factores de riesgo como un estilo de vida sedentario o el tabaquismo, pueden marcar la diferencia en el curso de la enfermedad, su pronóstico, y la respuesta del paciente al tratamiento.
Reflujo gastroesofágico y acidez estomacal
Aunque existen innumerables causas que pueden provocar dolor de estómago, como haber abusado de excitantes como la cafeína, una comida copiosa, determinados medicamentos con el estómago vacío que pueden interactuar mal… otra de las causas habituales es el reflujo gastroesofágico, que se produce cuando el ácido estomacal regresa al esófago y provoca una desagradable sensación de acidez.
Este tipo de dolor, denominado epigástrico, se produce en la región abdominal, entre las costillas y el ombligo, y puede ser agudo o sordo. A veces, va acompañado de calambres y ardor, y empeora tras las comidas, o al ir a acostarse, en forma de gases. En caso de que los síntomas no remitan, es necesario consultar con el médico e iniciar el tratamiento adecuado.
Cómo intentar minimizar el dolor de estómago
Con el objetivo de comprobar si los dolores de estómago remiten o no, los expertos recomiendan llevar a cabo una serie de medidas como que las comidas sean menos copiosas y más ligeras en cuanto a los alimentos que incluimos.
Evitar café o té, chocolate, vino, tomates o zumo de naranja, así como el alcohol; y permanecer de pie al menos media hora después de haber comido para evitar que el ácido del estómago regrese al esófago. Además, la ingesta de muchos líquidos ayuda a diluir los ácidos estomacales y a reducir la inflamación.
Mantener un peso saludable para que no exista un exceso de presión del peso corporal sobre el estómago también es una medida eficaz; así como controlar el estrés porque suele generar dolor epigástrico. Como en cualquier plan de vida saludable, la práctica de ejercicio es fundamental, y disciplinas como la meditación o el yoga pueden ayudar mucho a calmar también el estómago. No en vano, el famoso eje cerebro-estómago está interconectado.
20MINUTOS.ES – Salud
