Mercedes Milá y Roberto Leal: "Lo que no ha cambiado en 25 años son la ilusión y las ganas"

En el 25 aniversario de 20minutos, dos rostros esenciales de la televisión en España, Mercedes Milá y Roberto Leal, conversan en la redacción de este diario sobre cómo ha cambiado el medio televisivo en este último cuarto de siglo, cómo lo han vivido desde dentro y el papel que ha jugado y juega la prensa en el ecosistema de la pequeña pantalla. 20minutos, nacido poco antes de que se estrenara el primer Gran hermano (con Mercedes Milá y que cambió la televisión para siempre), fue pionero en centrarse en la información sobre televisión. Ahí estaba también este diario cuando Operación triunfo 2017 recuperó los grandes fenómenos televisivos, con Roberto Leal como presentador, antes de dar el salto a otro formato de éxito: Pasapalabra. Entre anécdotas, reflexiones y confesiones, los dos periodistas dejan claro que si algo no ha cambiado en estos 25 años es su amor por la televisión, la pasión que sienten por el oficio y el cariño que obtienen de los espectadores.

Leal, carismático, bienhumorado, cercano, encaja enseguida con una explosiva y auténtica Mercedes Milá, todo corazón tras su sinceridad directa y sin tapujos que tantos buenos momentos televisivos ha dado. No se conocían antes de la charla organizada por 20minutos, pero congenian y comienzan a hablar sin necesidad de darles pie.

«Lo que no ha cambiado en estos 25 años es la ilusión, las ganas con las que yo entré en televisión», recuerda Milá, que se retrotrae a sus inicios, a principios de los 70. «Yo no sabía hacer la o con un canuto. Ni había leído nunca un guion. Pero la alegría era tan grande que no valorabas ni las audiencias. Hacíamos 22 millones de espectadores y ni te dabas cuenta». Roberto Leal recoge esa imagen con nostalgia: «Antes la tele tenía ese poder de convocatoria. Era una cita. Si te perdías el programa, ya no lo veías. Hoy puedes elegir qué ver y cuándo, y eso es positivo, pero también hemos perdido ese romanticismo de lo colectivo».

Ambos han estado al frente de fenómenos de masas: Gran hermano y Operación triunfo, respectivamente. Y saben bien lo que significa estar en el centro del huracán mediático. Milá rememora cómo fue el estreno de GH1: «La primera alegría máxima fue el primer día que hice Gran hermano, el 23 de abril de 2000, día de Sant Jordi. Me desperté y no me lo creía, una audiencia como si hubiese salido el Papa. Fue un 50 y tantos de audiencia, ¡con todo lo que me habían criticado!». Un hecho curioso: el 3 de febrero de ese mismo año, nacía 20minutos. «Una coincidencia hermosa, porque ambos marcamos época desde distintos frentes», apunta la presentadora.

«La gente ya no compra armaduras. Compra humanidad. Tropiezos incluidos»

Leal, que llegó a Operación triunfo en el año 2017, lo vivió de forma similar: «A mí también me pasó. Decían: ‘¿Qué hace este periodista en entretenimiento?‘. Y yo pensaba: ‘¿Por qué no?’. Un periodista sabe dónde están los límites. La televisión nunca volvió a ser la misma después de programas como el tuyo [GH] u Operación triunfo».

Mercedes Milá ha sido de esas pioneras que rompen techos de cristal y se convierten en referente. Lleva más de cinco décadas trabajando en televisión, en un medio dominado por hombres cuando ella se sentó ante una cámara por primera vez. Inició su carrera en TVE a principios de los 70 y desde entonces ha conducido programas emblemáticos como Dos por dos, Buenas noches, Diario de…, Scott y Milá, Milá vs Milá, No sé de qué me hablas y, por supuesto, Gran hermano. Milá es conocida, reconocida y querida por su estilo directo, valiente y comprometido, y por haber acercado el periodismo social a formatos populares y por abanderar la difusión de la literatura.

Roberto Leal ha sabido consolidarse como uno de los presentadores más queridos del panorama actual, como ‘el chico de oro de la tele’, aunque su humildad reniegue de esa etiqueta. Tras estudiar Periodismo en la Universidad de Sevilla, trabajó en España Directo y, más tarde, se convirtió en el rostro de programas como Operación triunfo, Pasapalabra o El desafío. Con un estilo cercano, ágil y natural, ha demostrado que se puede hacer televisión blanca y popular sin perder personalidad.

La conversación gira ahora hacia el poder de la televisión en directo. «Yo considero que tiene un poder que es ese, el de la credibilidad de los que están detrás del directo, de la inmediatez, de si pasa algo grave. Ahí está la televisión en directo y están los periodistas», defiende Leal.

También hablan de lo que supone estar en pantalla en lo personal, sobre todo en el directo. ¿Se siguen poniendo nerviosos? «Al principio podía llegar a llorar de nervios. Ahora, antes de entrar en directo, si me preguntan si estoy nerviosa, digo: ‘No. Pero si quieres, lo estoy», dice Milá con ironía. «Aunque creo que hay algo de exhibicionismo inevitable. Me gusta tanto una cámara…». «Yo sí me pongo nervioso», confiesa Leal: «Me mantiene en alerta. Me tiemble la voz o no, necesito ese pellizquito de nervios. Si no, sería como si esto no importara. Esa tensión me recuerda que esto es especial».

El público es parte esencial de su experiencia en la televisión y con la fama. Están de acuerdo en que lo viven de forma positiva. «¿Y los abrazos que recibes? ¿Qué me dices?», exclama Milá. «Esa persona que te dice llorando: ‘Me has hecho mucho bien toda mi vida’. Eso es bellísimo». Leal comparte ese vínculo: «Una niña me dio un dibujo el otro día a la salida de El desafío. Esa ilusión no se olvida. Puede que sea solo un instante para ellos, pero para ti es eterno. Eso es lo que justifica todo».

Sobre el impacto de las redes sociales, donde también hay interacción con los espectadores, ambos coinciden en que han transformado completamente la forma en la que se opina sobre televisión. «Antes quien hablaba de tele eran tres o cuatro nombres, muy respetados, y lo hacían casi con miedo. Hoy cualquiera puede decir lo que quiera desde su sofá, y te llega. Eso es otro debate. Si hacemos caso o no de lo que te llega», reflexiona Leal: «Porque a veces en redes, mil personas te están diciendo cosas bonitas y realmente te llevas el mal rato porque ha habido una persona que te ha dicho una mala».

Milá, firme defensora del derecho del público a opinar, añade esta idea: «Hay que hacer bien el trabajo y después dejar que los espectadores opinen. Los que están en el medio, que son periodistas o críticos, a veces son buenos. Muy pocas veces, muy pocas». Pero hay excepciones, por supuesto. «20minutos, por ejemplo, tiene uno buenísimo: Gus Hernández. Yo lo he leído mucho y lo respeto».

Ambos recuerdan perfectamente cómo llegó el diario a sus vidas. «Apareció cuando yo estaba en la universidad», recuerda Leal. «Era un periódico gratuito, con titulares frescos, fáciles. Nos entretenía y nos informaba. Muchos se quedaron en el camino, pero 20minutos supo dar el salto digital». «Yo no lo conocí en la edición en papel», admite Milá. «Pero cuando entraron en internet, ¡boom! Para mí tiene más crédito hoy que otros grandes periódicos. Es honrado, directo, útil. Y eso vale oro», dice la presentadora.

Permanecer durante dos décadas y media en lo alto de la ola y en una profesión discontinua es mucho, pero ambos lo han conseguido. ¿Y cuál es la clave para mantenerse en televisión? «Hay una cosa mágica que es que la cámara te tiene que querer. Si pasas esa barrera, tienes mucho ganado», resume Milá. «Y hay que ser verdad», añade el conductor de Pasapalabra, que hace ver que la naturalidad y la cercanía son la clave: «La gente ya no compra armaduras. Compra humanidad. Tropiezos incluidos«.

«Para dedicarse a esto y no morir en el intento, hay que estar un poco loco»

Milá concluye con un apunte entre risas. «No somos gente normal. Para dedicarse a esto día y noche y no morir en el intento, hay que estar un poco loco. Pero nos ha tocado la lotería con este oficio», sentencia. La charla termina, no sin una felicitación. «Si estáis aquí es porque sois buena gente. Buenos periodistas y buena gente. Si no, no se aguanta tanto tiempo», sentencia Leal. «Cumplir 25 años para un periódico, para un diario escrito, es un hito muy importante», añade Milá.

«A seguir cumpliendo y que nosotros lo veamos, dentro de otros 25 años estaremos por aquí«, dice positivo Leal. Mercedes Milá le mira con cara rara. «¡Sí, tú vas a estar, Mercedes!», afirma entre risas. El rigor es el rigor, la presentadora se pone a echar cuentas. «74 más 25, 99… ¿tú te crees que me vas a tener aquí con 99 años?», dice ella entre airada y divertida. «Aquí vas a estar, detrás de un micrófono», asevera entre risas Leal.

En su charla, Mercedes Milá y Roberto Leal no solo repasan 25 años de televisión y del periódico 20minutos; celebran también un oficio, el de comunicar. Una profesión que es una suerte de llamada de la que es difícil escapar. Sus palabras, su interacción, las anécdotas… reflejan el privilegio de contar historias que dejan huella, que cambian cosas, que aportan a la sociedad y a las personas y la fortuna de seguir haciéndolo año a año. Y por 25 años más.

 La presentadora que transformó la tele con ‘GH’ y el que la revolucionó con ‘OT’ y ‘Pasapalabra’, juntos.  

En el 25 aniversario de 20minutos, dos rostros esenciales de la televisión en España, Mercedes Milá y Roberto Leal, conversan en la redacción de este diario sobre cómo ha cambiado el medio televisivo en este último cuarto de siglo, cómo lo han vivido desde dentro y el papel que ha jugado y juega la prensa en el ecosistema de la pequeña pantalla. 20minutos, nacido poco antes de que se estrenara el primer Gran hermano (con Mercedes Milá y que cambió la televisión para siempre), fue pionero en centrarse en la información sobre televisión. Ahí estaba también este diario cuando Operación triunfo 2017 recuperó los grandes fenómenos televisivos, con Roberto Leal como presentador, antes de dar el salto a otro formato de éxito: Pasapalabra. Entre anécdotas, reflexiones y confesiones, los dos periodistas dejan claro que si algo no ha cambiado en estos 25 años es su amor por la televisión, la pasión que sienten por el oficio y el cariño que obtienen de los espectadores.

Leal, carismático, bienhumorado, cercano, encaja enseguida con una explosiva y auténtica Mercedes Milá, todo corazón tras su sinceridad directa y sin tapujos que tantos buenos momentos televisivos ha dado. No se conocían antes de la charla organizada por 20minutos, pero congenian y comienzan a hablar sin necesidad de darles pie.

«Lo que no ha cambiado en estos 25 años es la ilusión, las ganas con las que yo entré en televisión», recuerda Milá, que se retrotrae a sus inicios, a principios de los 70. «Yo no sabía hacer la o con un canuto. Ni había leído nunca un guion. Pero la alegría era tan grande que no valorabas ni las audiencias. Hacíamos 22 millones de espectadores y ni te dabas cuenta». Roberto Leal recoge esa imagen con nostalgia: «Antes la tele tenía ese poder de convocatoria. Era una cita. Si te perdías el programa, ya no lo veías. Hoy puedes elegir qué ver y cuándo, y eso es positivo, pero también hemos perdido ese romanticismo de lo colectivo».

Ambos han estado al frente de fenómenos de masas: Gran hermano y Operación triunfo, respectivamente. Y saben bien lo que significa estar en el centro del huracán mediático. Milá rememora cómo fue el estreno de GH1: «La primera alegría máxima fue el primer día que hice Gran hermano, el 23 de abril de 2000, día de Sant Jordi. Me desperté y no me lo creía, una audiencia como si hubiese salido el Papa. Fue un 50 y tantos de audiencia, ¡con todo lo que me habían criticado!». Un hecho curioso: el 3 de febrero de ese mismo año, nacía 20minutos. «Una coincidencia hermosa, porque ambos marcamos época desde distintos frentes», apunta la presentadora.

«La gente ya no compra armaduras. Compra humanidad. Tropiezos incluidos»

Leal, que llegó a Operación triunfo en el año 2017, lo vivió de forma similar: «A mí también me pasó. Decían: ‘¿Qué hace este periodista en entretenimiento?‘. Y yo pensaba: ‘¿Por qué no?’. Un periodista sabe dónde están los límites. La televisión nunca volvió a ser la misma después de programas como el tuyo [GH] u Operación triunfo».

Mercedes Milá ha sido de esas pioneras que rompen techos de cristal y se convierten en referente. Lleva más de cinco décadas trabajando en televisión, en un medio dominado por hombres cuando ella se sentó ante una cámara por primera vez. Inició su carrera en TVE a principios de los 70 y desde entonces ha conducido programas emblemáticos como Dos por dos, Buenas noches, Diario de…, Scott y Milá, Milá vs Milá, No sé de qué me hablas y, por supuesto, Gran hermano. Milá es conocida, reconocida y querida por su estilo directo, valiente y comprometido, y por haber acercado el periodismo social a formatos populares y por abanderar la difusión de la literatura.

Roberto Leal ha sabido consolidarse como uno de los presentadores más queridos del panorama actual, como ‘el chico de oro de la tele’, aunque su humildad reniegue de esa etiqueta. Tras estudiar Periodismo en la Universidad de Sevilla, trabajó en España Directo y, más tarde, se convirtió en el rostro de programas como Operación triunfo, Pasapalabra o El desafío. Con un estilo cercano, ágil y natural, ha demostrado que se puede hacer televisión blanca y popular sin perder personalidad.

La conversación gira ahora hacia el poder de la televisión en directo. «Yo considero que tiene un poder que es ese, el de la credibilidad de los que están detrás del directo, de la inmediatez, de si pasa algo grave. Ahí está la televisión en directo y están los periodistas», defiende Leal.

Roberto Leal y Mercedes Milá charlan en el estudio de televisión de la redacción de este diario.
Roberto Leal y Mercedes Milá charlan en el estudio de televisión de la redacción de este diario.
JOSÉ GONZÁLEZ

También hablan de lo que supone estar en pantalla en lo personal, sobre todo en el directo. ¿Se siguen poniendo nerviosos? «Al principio podía llegar a llorar de nervios. Ahora, antes de entrar en directo, si me preguntan si estoy nerviosa, digo: ‘No. Pero si quieres, lo estoy», dice Milá con ironía. «Aunque creo que hay algo de exhibicionismo inevitable. Me gusta tanto una cámara…». «Yo sí me pongo nervioso», confiesa Leal: «Me mantiene en alerta. Me tiemble la voz o no, necesito ese pellizquito de nervios. Si no, sería como si esto no importara. Esa tensión me recuerda que esto es especial».

El público es parte esencial de su experiencia en la televisión y con la fama. Están de acuerdo en que lo viven de forma positiva. «¿Y los abrazos que recibes? ¿Qué me dices?», exclama Milá. «Esa persona que te dice llorando: ‘Me has hecho mucho bien toda mi vida’. Eso es bellísimo». Leal comparte ese vínculo: «Una niña me dio un dibujo el otro día a la salida de El desafío. Esa ilusión no se olvida. Puede que sea solo un instante para ellos, pero para ti es eterno. Eso es lo que justifica todo».

Sobre el impacto de las redes sociales, donde también hay interacción con los espectadores, ambos coinciden en que han transformado completamente la forma en la que se opina sobre televisión. «Antes quien hablaba de tele eran tres o cuatro nombres, muy respetados, y lo hacían casi con miedo. Hoy cualquiera puede decir lo que quiera desde su sofá, y te llega. Eso es otro debate. Si hacemos caso o no de lo que te llega», reflexiona Leal: «Porque a veces en redes, mil personas te están diciendo cosas bonitas y realmente te llevas el mal rato porque ha habido una persona que te ha dicho una mala».

Milá, firme defensora del derecho del público a opinar, añade esta idea: «Hay que hacer bien el trabajo y después dejar que los espectadores opinen. Los que están en el medio, que son periodistas o críticos, a veces son buenos. Muy pocas veces, muy pocas». Pero hay excepciones, por supuesto. «20minutos, por ejemplo, tiene uno buenísimo: Gus Hernández. Yo lo he leído mucho y lo respeto».

Ambos recuerdan perfectamente cómo llegó el diario a sus vidas. «Apareció cuando yo estaba en la universidad», recuerda Leal. «Era un periódico gratuito, con titulares frescos, fáciles. Nos entretenía y nos informaba. Muchos se quedaron en el camino, pero 20minutos supo dar el salto digital». «Yo no lo conocí en la edición en papel», admite Milá. «Pero cuando entraron en internet, ¡boom! Para mí tiene más crédito hoy que otros grandes periódicos. Es honrado, directo, útil. Y eso vale oro», dice la presentadora.

Permanecer durante dos décadas y media en lo alto de la ola y en una profesión discontinua es mucho, pero ambos lo han conseguido. ¿Y cuál es la clave para mantenerse en televisión? «Hay una cosa mágica que es que la cámara te tiene que querer. Si pasas esa barrera, tienes mucho ganado», resume Milá. «Y hay que ser verdad», añade el conductor de Pasapalabra, que hace ver que la naturalidad y la cercanía son la clave: «La gente ya no compra armaduras. Compra humanidad. Tropiezos incluidos«.

«Para dedicarse a esto y no morir en el intento, hay que estar un poco loco»

Milá concluye con un apunte entre risas. «No somos gente normal. Para dedicarse a esto día y noche y no morir en el intento, hay que estar un poco loco. Pero nos ha tocado la lotería con este oficio», sentencia. La charla termina, no sin una felicitación. «Si estáis aquí es porque sois buena gente. Buenos periodistas y buena gente. Si no, no se aguanta tanto tiempo», sentencia Leal. «Cumplir 25 años para un periódico, para un diario escrito, es un hito muy importante», añade Milá.

«A seguir cumpliendo y que nosotros lo veamos, dentro de otros 25 años estaremos por aquí«, dice positivo Leal. Mercedes Milá le mira con cara rara. «¡Sí, tú vas a estar, Mercedes!», afirma entre risas. El rigor es el rigor, la presentadora se pone a echar cuentas. «74 más 25, 99… ¿tú te crees que me vas a tener aquí con 99 años?», dice ella entre airada y divertida. «Aquí vas a estar, detrás de un micrófono», asevera entre risas Leal.

En su charla, Mercedes Milá y Roberto Leal no solo repasan 25 años de televisión y del periódico 20minutos; celebran también un oficio, el de comunicar. Una profesión que es una suerte de llamada de la que es difícil escapar. Sus palabras, su interacción, las anécdotas… reflejan el privilegio de contar historias que dejan huella, que cambian cosas, que aportan a la sociedad y a las personas y la fortuna de seguir haciéndolo año a año. Y por 25 años más.

 20MINUTOS.ES – Televisión

Te Puede Interesar