PO2054AZ (Vol.3) de Sen Senra (Sonido Muchacho, 2025)

Finales de junio de 2023, Rubén me encarga la reseña del primer volumen de PO2054AZ de Sen Senra. Dos años más tarde, cambiando la playa por el hospital, me llega el vinilo de la tercera entrega. Me lo mandan la gente de Sonido Muchacho, siempre atentos, en momentos difíciles. Me acerco al tocadiscos con el cansancio y la pena del padre que tiene que reciclarse a la música pop, me acerco entre la bruma y la infancia desaparecida, de la mesa al mar. Un primer tema de guitarras acústicas y contestador. Es más intro que otra casa. Pero, de pronto, llega un instante de belleza, Eternamente joven, como si en una marmita se mezclara una elegante caja de ritmos, unas guitarras bien llevadas y un fraseo con alma que no suena impostado. El proyecto Sen Senra tiene algo de canon, de excepcional, sabe en qué año vive, pero también que la melodía sigue siendo lo más importante del mundo. R O M E O comienza con una base de resaca (oceánica), tiene la cercanía del calado, si me preguntas, en vez de canción encuentro palabra, más nombre de coche utilitario que de icono del amor.

En 2023 escribía «Da igual lo que opine la gente», es necesario un salto cualitativo para que la obra de un compositor no quede estancada y, con PO2054AZ, todo es arte, arte orgánico y natural, con la nostalgia como carburante.

Un piano nutritivo en Se ve muy claro desde aquí, tiene algo de urbanismo mientras que el acercamiento No sé hacerlo de otra manera, con las acústicas rítmicas y el desgarro eléctrico, sabe como un Germán Coppini pasado por trap de penúltima escuela. Ya os lo he dicho, me recuerda al ambiente de la literatura de Luis Mario. Nos vamos varias décadas hacia atrás en Por si vuelve, con unos teclados juguetones, con una rítmica ochentera, en la mejor tradición de los grandes discos de Miguel Bosé (que cuando era bueno, era muy bueno). Un estribillo notable, más por el fraseo que por el texto, nos deja en A mí no me tumba nadie, silbidos y guitarras, estremecedor, si antes nombraba a Coppini, ahora me quedo con su compañero, Teo Cardalda, si hubiera dado un salto en la producción, hubiera acabado aquí. Seguro.

Le doy la vuelta al disco. El vinilo blanco me gusta, es una manera de hacer continente exigente con el contenido. Una pieza de r&b más mínima con Idea loca. Me gusta que dentro de ese ambiente de mixtape, de work in progres, la producción del mismo Sen Senra no abuse de lo digital y se deje seducir por las guitarras, haciendo que esa idea de hip-hop o música urbana no esté en primera línea. Me atrevo, incluso, a hablar de un disco de guitarras. Unas guitarras que son acústicas, melódicas, pero también tienen un tempo de percusión bastante interesante. Llegamos a Padiante, que me da la razón. Miña terra que amo. Espantando palomas con armonías de pájaros y caballos salvajes, con una percusión de campiña, volvemos a lo que hablamos, estamos en una sucesión de ofertas, flores, un catálogo de canciones que nos deja en Si yo no supe cuidarte. Una guitarra mestiza sobre el arpegio, Ry Cooder, gotea Amado Ferreiro, pero también una manera tan íntima de cantar, desde lo más profundo de las vísceras, que ha llegado en esta generación, es La belleza, que tiene título de Luis Eduardo Aute, Senra canta, cuando quiere, bajito, como Aute, aunque aquí está más cerca del JB de Vinicius de Moraes y una instrumentación minimalista,

¿Un disco de atlantismo o prefieres tropicalismo? Buena pregunta, Octavio. Igual para la cuarta entrega. Hasta el fondo sigue en el tono ecléctico que desemboca en PO204AZ, con sus campanas, su Santa Compaña, esa manera de mezclar el terruño, las carreteras nacionales, el mar. Todo junto, las tres partes, ya se pueden disfrutar.

 La tercera entrega del legado de Sen Senra con P02054AZ (Vol.III)  

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  • La tercera entrega del legado de Sen Senra con P02054AZ (Vol.III)

Finales de junio de 2023, Rubén me encarga la reseña del primer volumen de PO2054AZ de Sen Senra. Dos años más tarde, cambiando la playa por el hospital, me llega el vinilo de la tercera entrega. Me lo mandan la gente de Sonido Muchacho, siempre atentos, en momentos difíciles. Me acerco al tocadiscos con el cansancio y la pena del padre que tiene que reciclarse a la música pop, me acerco entre la bruma y la infancia desaparecida, de la mesa al mar. Un primer tema de guitarras acústicas y contestador. Es más intro que otra casa. Pero, de pronto, llega un instante de belleza, Eternamente joven, como si en una marmita se mezclara una elegante caja de ritmos, unas guitarras bien llevadas y un fraseo con alma que no suena impostado. El proyecto Sen Senra tiene algo de canon, de excepcional, sabe en qué año vive, pero también que la melodía sigue siendo lo más importante del mundo. R O M E O comienza con una base de resaca (oceánica), tiene la cercanía del calado, si me preguntas, en vez de canción encuentro palabra, más nombre de coche utilitario que de icono del amor. 

En 2023 escribía «Da igual lo que opine la gente», es necesario un salto cualitativo para que la obra de un compositor no quede estancada y, con PO2054AZ, todo es arte, arte orgánico y natural, con la nostalgia como carburante.

Un piano nutritivo en Se ve muy claro desde aquí, tiene algo de urbanismo mientras que el acercamiento No sé hacerlo de otra manera, con las acústicas rítmicas y el desgarro eléctrico, sabe como un Germán Coppini pasado por trap de penúltima escuela. Ya os lo he dicho, me recuerda al ambiente de la literatura de Luis Mario. Nos vamos varias décadas hacia atrás en Por si vuelve, con unos teclados juguetones, con una rítmica ochentera, en la mejor tradición de los grandes discos de Miguel Bosé (que cuando era bueno, era muy bueno). Un estribillo notable, más por el fraseo que por el texto, nos deja en A mí no me tumba nadie, silbidos y guitarras, estremecedor, si antes nombraba a Coppini, ahora me quedo con su compañero, Teo Cardalda, si hubiera dado un salto en la producción, hubiera acabado aquí. Seguro.

Le doy la vuelta al disco. El vinilo blanco me gusta, es una manera de hacer continente exigente con el contenido. Una pieza de r&b más mínima con Idea loca. Me gusta que dentro de ese ambiente de mixtape, de work in progres, la producción del mismo Sen Senra no abuse de lo digital y se deje seducir por las guitarras, haciendo que esa idea de hip-hop o música urbana no esté en primera línea. Me atrevo, incluso, a hablar de un disco de guitarras. Unas guitarras que son acústicas, melódicas, pero también tienen un tempo de percusión bastante interesante. Llegamos a Padiante, que me da la razón. Miña terra que amo. Espantando palomas con armonías de pájaros y caballos salvajes, con una percusión de campiña, volvemos a lo que hablamos, estamos en una sucesión de ofertas, flores, un catálogo de canciones que nos deja en Si yo no supe cuidarte. Una guitarra mestiza sobre el arpegio, Ry Cooder, gotea Amado Ferreiro, pero también una manera tan íntima de cantar, desde lo más profundo de las vísceras, que ha llegado en esta generación, es La belleza, que tiene título de Luis Eduardo Aute, Senra canta, cuando quiere, bajito, como Aute, aunque aquí está más cerca del JB de Vinicius de Moraes y una instrumentación minimalista,

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PORTADASonido Muchacho

¿Un disco de atlantismo o prefieres tropicalismo? Buena pregunta, Octavio. Igual para la cuarta entrega. Hasta el fondo sigue en el tono ecléctico que desemboca en PO204AZ, con sus campanas, su Santa Compaña, esa manera de mezclar el terruño, las carreteras nacionales, el mar. Todo junto, las tres partes, ya se pueden disfrutar.

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