Sánchez encara hoy un largo interrogatorio en el Senado por la financiación del PSOE y se marca como objetivo «empatar» la ofensiva del PP

Por primera vez en la historia democrática de España, un presidente del Gobierno en activo se sentará ante una comisión de investigación parlamentaria. Pedro Sánchez afrontará este jueves un maratoniano interrogatorio en el Senado por el llamado caso Koldo, que ha resultado en una de las mayores crisis internas del PSOE. Los grupos parlamentarios podrán preguntar no solo por el epicentro del escándalo —los contratos bajo sospecha durante la pandemia—, sino también por las ramificaciones más incómodas: la financiación del partido o los pagos en metálico a José Luis Ábalos y a Koldo García. No obstante, en el Gobierno aseguran que Sánchez afronta «tranquilo» este interrogatorio y con el objetivo de «empatar» lo que creen que será una ofensiva «muy dura y sucia» por parte del PP.

Esta comisión de investigación, que lleva trabajando más de un año y medio, ha celebrado casi 90 comparecencias, entre ellas, la de los ministros Ángel Víctor Torres, Fernando Grande-Marlaska, María Jesús Montero, Luis Planas y Elma Saiz. También han desfilado Ábalos y el que fue responsable de Sanidad durante la pandemia, Salvador Illa, así como la expresidenta de Baleares Francina Armengol, entre otros. Precisamente, en Moncloa reconocen que se han encargado de estudiar decenas de estas comparecencias, por lo que aseguran que la actitud de Sánchez es de «tranquilidad», ya que , a su juicio, ninguno de los miembros del Gobierno que han pasado por la misma ha salido mal parado.

En esta ocasión, Sánchez está citado a partir a las nueve de la mañana en la sala Clara Campoamor de la Cámara Alta, donde entrará arropado por su director de Asuntos Institucionales, Ivan García Yustos, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. Una vez comience, cada grupo tendrá 50 minutos para interrogarle, con un orden de menor a mayor representación, por lo que el PP será el último grupo en preguntar a Sánchez, mientras que UPN y Vox abrirán el interrogatorio. Los socialistas han decidido aprovechar su turno de preguntas, por lo que el portavoz socialista de la comisión, Alfonso Gil Invernón, será el encargado de coordinar la estrategia de los socialistas en esta comisión.

Fuentes gubernamentales se esperan una sesión larga y dura, muy enfocada en la financiación del partido y el conocimiento que tenía Sánchez sobre la misma. Por ello, insisten en la idea de que el presidente ya ha dicho por activa y por pasiva que no existe una «financiación irregular» y que nada de lo que han hecho ha sido «ilegal». «En mayo estábamos preocupados, ahora ya no», sentencian estas fuentes. En todo caso, asumen que serán varias horas de algo similar a una «sesión de control difícil» y sin información sobre lo que va a hacer el PP. «No sabemos nada, pero damos por hecho que va a ser muy dura y sucia», determinan desde el entorno del presidente.

No hay anuncios ni grandes novedades previstas en su intervención, de hecho, no se espera que Sánchez acuda con ningún documento o papel para probar nada que no se haya mostrado antes. Al respecto, recuerdan que ya presentaron ante el Tribunal Supremo los extractos bancarios que evidencian que ingresaron en su caja de efectivo un total de 940.388 euros entre 2017 y 2024, por lo que aseguran que más no pueden «demostrar» y que ahora, en todo caso, será el PP quien tenga que «demostrar lo contrario».

Aseguran que Sánchez responderá «a todo»

En cualquier caso, el objetivo que se ha marcado el presidente del Gobierno es «empatar» la ofensiva del PP, es decir, esquivar como pueda los balones que le lleguen desde todos los frentes y, con algo de suerte, aprovechar alguno para colar un gol decisivo. Distintas voces de Moncloa muestran preocupación por el tiempo que pueda tener Sánchez para explicarse porque creen que algunos senadores pueden no dejarle hablar. «Esperamos que al menos el debate no sea desagradable», señalan fuentes del Ejecutivo.

Otra duda que se plantea en la sala de máquinas del Gobierno es sobre si el PP conservará el tono utilizado en las últimas semanas. «Hay dudas de que lo vaya a mantener», apuntan. En este sentido, creen que podría ser parecido al de la sesión de control de este miércoles en el Congreso que, a su juicio, fue “grotesco». En la misma, Feijóo acusó a Sánchez de mentir y pronosticó que también lo haría en la comparecencia de este jueves en el Senado. «Hemos visto el tono, mañana contestaremos con total normalidad y ojalá sea lo menos circo posible», apunta una voz de peso en el Gobierno.

 Cada grupo parlamentario contará con 50 minutos para formular sus preguntas, y desde Moncloa aseguran que Sánchez atenderá a todas ellas «con normalidad».  

Por primera vez en la historia democrática de España, un presidente del Gobierno en activo se sentará ante una comisión de investigación parlamentaria. Pedro Sánchez afrontará este jueves un maratoniano interrogatorio en el Senado por el llamado caso Koldo, que ha resultado en una de las mayores crisis internas del PSOE. Los grupos parlamentarios podrán preguntar no solo por el epicentro del escándalo —los contratos bajo sospecha durante la pandemia—, sino también por las ramificaciones más incómodas: la financiación del partido o los pagos en metálico a José Luis Ábalos y a Koldo García. No obstante, en el Gobierno aseguran que Sánchez afronta «tranquilo» este interrogatorio y con el objetivo de «empatar» lo que creen que será una ofensiva «muy dura y sucia» por parte del PP. 

Esta comisión de investigación, que lleva trabajando más de un año y medio, ha celebrado casi 90 comparecencias, entre ellas, la de los ministros Ángel Víctor Torres, Fernando Grande-Marlaska, María Jesús Montero, Luis Planas y Elma Saiz. También han desfilado Ábalos y el que fue responsable de Sanidad durante la pandemia, Salvador Illa, así como la expresidenta de Baleares Francina Armengol, entre otros. Precisamente, en Moncloa reconocen que se han encargado de estudiar decenas de estas comparecencias, por lo queaseguran que la actitud de Sánchez es de «tranquilidad», ya que , a su juicio, ninguno de los miembros del Gobierno que han pasado por la misma ha salido mal parado. 

En esta ocasión, Sánchez está citado a partir a las nueve de la mañana en la sala Clara Campoamor de la Cámara Alta, donde entrará arropado por su director de Asuntos Institucionales, Ivan García Yustos, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. Una vez comience, cada grupo tendrá 50 minutos para interrogarle, con un orden de menor a mayor representación, por lo que el PP será el último grupo en preguntar a Sánchez, mientras que UPN y Vox abrirán el interrogatorio. Los socialistas han decidido aprovechar su turno de preguntas, por lo que el portavoz socialista de la comisión, Alfonso Gil Invernón, será el encargado de coordinar la estrategia de los socialistas en esta comisión.

Fuentes gubernamentales se esperan una sesión larga y dura, muy enfocada en la financiación del partido y el conocimiento que tenía Sánchez sobre la misma. Por ello, insisten en la idea de que el presidente ya ha dicho por activa y por pasiva que no existe una «financiación irregular» y que nada de lo que han hecho ha sido «ilegal». «En mayo estábamos preocupados, ahora ya no», sentencian estas fuentes. En todo caso, asumen que serán varias horas de algo similar a una «sesión de control difícil» y sin información sobre lo que va a hacer el PP. «No sabemos nada, pero damos por hecho que va a ser muy dura y sucia», determinan desde el entorno del presidente. 

No hay anuncios ni grandes novedades previstas en su intervención, de hecho, no se espera que Sánchez acuda con ningún documento o papel para probar nada que no se haya mostrado antes. Al respecto, recuerdan que ya presentaron ante el Tribunal Supremo los extractos bancarios que evidencian que ingresaron en su caja de efectivo un total de 940.388 euros entre 2017 y 2024, por lo que aseguran que más no pueden «demostrar» y que ahora, en todo caso, será el PP quien tenga que «demostrar lo contrario». 

En cualquier caso, el objetivo que se ha marcado el presidente del Gobierno es «empatar» la ofensiva del PP, es decir, esquivar como pueda los balones que le lleguen desde todos los frentes y, con algo de suerte, aprovechar alguno para colar un gol decisivo. Distintas voces de Moncloa muestran preocupación por el tiempo que pueda tener Sánchez para explicarse porque creen que algunos senadores pueden no dejarle hablar. «Esperamos que al menos el debate no sea desagradable», señalan fuentes del Ejecutivo. 

Otra duda que se plantea en la sala de máquinas del Gobierno es sobre si el PP conservará el tono utilizado en las últimas semanas. «Hay dudas de que lo vaya a mantener», apuntan. En este sentido, creen que podría ser parecido al de la sesión de control de este miércoles en el Congreso que, a su juicio, fue “grotesco». En la misma, Feijóo acusó a Sánchez de mentir y pronosticó que también lo haría en la comparecencia de este jueves en el Senado. «Hemos visto el tono, mañana contestaremos con total normalidad y ojalá sea lo menos circo posible», apunta una voz de peso en el Gobierno.

 20MINUTOS.ES – Nacional

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