Las acusaciones de comportamientos inapropiados con empleadas que se hicieron públicas este sábado contra el dirigente socialista Francisco Salazar embarraron el Comité Federal del PSOE con el que, este sábado, el presidente Pedro Sánchez pretendía retomar la iniciativa política tras la crisis desatada por la presunta implicación de Santos Cerdán en el caso Koldo. Tras publicar eldiario.es varios testimonios de extrabajadoras de Salazar relatando casos de presunto acoso sexual, Sánchez evitó mencionar al dirigente durante el discurso que pronunció para abrir la reunión de este sábado, pero sí pidió «a las compañeras víctimas» que, «cuando haya potenciales casos de agresión y acoso», utilicen los «canales» internos de denuncia del PSOE. «Las vamos a proteger», prometió.
Las palabras de Sánchez llegaron minutos después de que Ferraz confirmara que Salazar no asumirá finalmente el cargo de adjunto a la nueva secretaria de Organización, Rebeca Torró, que fue nombrada este sábado para sustituir a Santos Cerdán como número tres del PSOE. Poco después de finalizar el discurso del presidente del Gobierno, la Moncloa anunció que Salazar también ha «solicitado ser apartado provisionalmente de sus responsabilidades de Coordinación Institucional de la Presidencia del Gobierno», y confirmó que «ha puesto en marcha los mecanismos establecidos para esclarecer los hechos conocidos esta mañana y determinar si procede la activación del protocolo de actuación frente al acoso sexual y por razón de sexo».
Las acusaciones contra Salazar supusieron un durísimo golpe contra un Sánchez que, en su alocución de este sábado, reservó un importante lugar a denunciar el «machismo incompatible con nuestros valores y principios» que denotan los audios conocidos en las últimas semanas en los que el exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García hablan abiertamente de contratar los servicios de prostitutas. De hecho, el presidente del Gobierno confirmó que el Comité Federal aprobará una «resolución de condena absoluta de cualquier declaración o acción machista» y reforzará «el protocolo de intervención contra el acoso sexual» para garantizar la «confidencialidad» y la protección a las denunciantes.
Dicho protocolo se endurecerá para incluir «la expulsión inmediata de aquellos militantes» que contraten prostitutas, anunció igualmente Sánchez, que aseguró que, «para los socialistas, el feminismo no es postureo, es una forma de ser» que «exige vivir como se piensa». «Y si pensamos que el cuerpo de una mujer no está en venta», en el partido no puede haber dirigentes o militantes que «paguen por tener sexo», espetó el presidente del Gobierno y líder del PSOE.
Además de este compromiso contra los comportamientos machistas, Sánchez anunció la puesta en marcha de varias medidas internas para reforzar las estructuras anticorrupción dentro del PSOE y que no se repitan los casos de «algunas personas que han conseguido esquivar todas las cautelas y burlar los controles». Entre estas medidas, Sánchez anunció que se promoverá que puestos sensibles como la Secretaría de Organización sean asumidos por direcciones «colegiadas» para reducir la concentración de poder, se establecerán plazos máximos para resolver los expedientes que se abran y se permitirá a la comisión de garantías federal del PSOE hacer controles «aleatorios» de patrimonio a cualquier cargo de la organización.
No habrá adelanto electoral
El presidente, pese a todo, quiso insistir en el mismo mensaje que lleva semanas trasladando: que no va a adelantar las elecciones y que su intención es agotar la legislatura, pese a que confesó que la «traición» de Cerdán le ha dejado «con el corazón tocado». «Fui yo el que confió en ellos», en Cerdán, Ábalos y Koldo, «y el que no supo descubrir qué había detrás, pero esta sombra no puede hacernos olvidar lo mucho que hemos logrado y lo que nos queda por lograr, y merece la pena luchar», aseveró Sánchez, que prometió «no rehuir este desafío» y «derrotar a la corrupción tanto dentro como fuera de nuestra organización».
«Yo soy consciente de mi deber como secretario general y como presidente del Gobierno de España. Vosotros y vosotras me elegisteis como capitán de este barco, y el capitán no se desentiende cuando viene mala mar, se queda a capear el temporal, a salvar el rumbo y a ganar el puerto», afirmó Sánchez metafóricamente. Especialmente, dijo, porque el PSOE no es «como los otros, como PP y Vox, ni como los corruptos que han manchado nuestras siglas». «Así que que nadie trate de igualarnos en la indecencia con ellos», porque «este partido está hecho de gente trabajadora, honrada, humilde, que jamás metería la mano en la caja», exigió.
El líder socialista, en esta línea, quiso insuflar ánimo a su dirección y su militancia presumiendo de los avances sociales logrados durante los siete años de Gobierno y apelando al miedo que genera entre una parte del electorado una alianza entre PP y Vox. «Lo que estamos viviendo, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, es un retroceso sin parangón de los derechos y las libertades», y la responsable es una «coalición ultraderechista en España» que «ya se ha quitado la careta definitivamente», alertó Sánchez.
«Quieren llevarnos en política internacional al aislacionismo, en materia climática al negacionismo, y en materia de convivencia al odio que ya impera en otros países occidentales», espetó igualmente el presidente del Gobierno, que aseguró que el PP «ofrece el pasado, la mentira y la corrupción de Aznar y Rajoy, con el agravante de la sumisión a los ultras, que es la aportación a la política nacional de Feijóo». «No nos ven como adversarios políticos legítimos en una democracia, nos ven como enemigos contra los que todo vale, las mentiras, el odio y, como vimos ayer, hasta las amenazas», denunció Sánchez en referencia a las palabras del expresidente José María Aznar, que el viernes deslizó que Sánchez debería acabar en la «cárcel» por pactar con partidos independentistas.
Las acusaciones de comportamientos inapropiados con empleadas que se hicieron públicas este sábado contra el dirigente socialista Francisco Salazar ensuciaron…
Las acusaciones de comportamientos inapropiados con empleadas que se hicieron públicas este sábado contra el dirigente socialista Francisco Salazar ensuciaron el Comité Federal del PSOE con el que, este sábado, el presidente Pedro Sánchez pretendía retomar la iniciativa política tras la crisis desatada por la presunta implicación de Santos Cerdán en el caso Koldo. Tras publicar eldiario.es varios testimonios de extrabajadoras de Salazar relatando casos de presunto acoso sexual, Sánchez evitó mencionar al dirigente durante el discurso que pronunció para abrir la reunión de este sábado, pero sí pidió «a las compañeras víctimas» que, «cuando haya potenciales casos de agresión y acoso», utilicen los «canales» internos de denuncia del PSOE. «Las vamos a proteger», prometió.
Las palabras de Sánchez llegaron minutos después de que Ferraz confirmara que Salazar no asumirá finalmente el cargo de adjunto a la nueva secretaria de Organización, Rebeca Torró, que fue nombrada este sábado para sustituir a Santos Cerdán como número tres del PSOE. Poco después de finalizar el discurso del presidente del Gobierno, la Moncloa anunció que Salazar también ha «solicitado ser apartado provisionalmente de sus responsabilidades de Coordinación Institucional de la Presidencia del Gobierno», y confirmó que «ha puesto en marcha los mecanismos establecidos para esclarecer los hechos conocidos esta mañana y determinar si procede la activación del protocolo de actuación frente al acoso sexual y por razón de sexo».
Las acusaciones contra Salazar supusieron un durísimo golpe contra un Sánchez que, en su alocución de este sábado, reservó un importante lugar a denunciar el «machismo incompatible con nuestros valores y principios» que denotan los audios conocidos en las últimas semanas en los que el exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García hablan abiertamente de contratar los servicios de prostitutas. De hecho, el presidente del Gobierno confirmó que el Comité Federal aprobará una «resolución de condena absoluta de cualquier declaración o acción machista» y reforzará «el protocolo de intervención contra el acoso sexual» para garantizar la «confidencialidad» y la protección a las denunciantes.
Dicho protocolo se endurecerá para incluir «la expulsión inmediata de aquellos militantes» que contraten prostitutas, anunció igualmente Sánchez, que aseguró que, «para los socialistas, el feminismo no es postureo, es una forma de ser» que «exige vivir como se piensa». «Y si pensamos que el cuerpo de una mujer no está en venta», en el partido no puede haber dirigentes o militantes que «paguen por tener sexo», espetó el presidente del Gobierno y líder del PSOE.
Además de este compromiso contra los comportamientos machistas, Sánchez anunció la puesta en marcha de varias medidas internas para reforzar las estructuras anticorrupción dentro del PSOE y que no se repitan los casos de «algunas personas que han conseguido esquivar todas las cautelas y burlar los controles». Entre estas medidas, Sánchez anunció que se promoverá que puestos sensibles como la Secretaría de Organización sean asumidos por direcciones «colegiadas» para reducir la concentración de poder, se establecerán plazos máximos para resolver los expedientes que se abran y se permitirá a la comisión de garantías federal del PSOE hacer controles «aleatorios» de patrimonio a cualquier cargo de la organización.
El presidente, pese a todo, quiso insistir en el mismo mensaje que lleva semanas trasladando: que no va a adelantar las elecciones y que su intención es agotar la legislatura, pese a que confesó que la «traición» de Cerdán le ha dejado «con el corazón tocado». «Fui yo el que confió en ellos», en Cerdán, Ábalos y Koldo, «y el que no supo descubrir qué había detrás, pero esta sombra no puede hacernos olvidar lo mucho que hemos logrado y lo que nos queda por lograr, y merece la pena luchar», aseveró Sánchez, que prometió «no rehuir este desafío» y «derrotar a la corrupción tanto dentro como fuera de nuestra organización».
«Yo soy consciente de mi deber como secretario general y como presidente del Gobierno de España. Vosotros y vosotras me elegisteis como capitán de este barco, y el capitán no se desentiende cuando viene mala mar, se queda a capear el temporal, a salvar el rumbo y a ganar el puerto», afirmó Sánchez metafóricamente. Especialmente, dijo, porque el PSOE no es «como los otros, como PP y Vox, ni como los corruptos que han manchado nuestras siglas». «Así que que nadie trate de igualarnos en la indecencia con ellos», porque «este partido está hecho de gente trabajadora, honrada, humilde, que jamás metería la mano en la caja», exigió.
El líder socialista, en esta línea, quiso insuflar ánimo a su dirección y su militancia presumiendo de los avances sociales logrados durante los siete años de Gobierno y apelando al miedo que genera entre una parte del electorado una alianza entre PP y Vox. «Lo que estamos viviendo, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, es un retroceso sin parangón de los derechos y las libertades», y la responsable es una «coalición ultraderechista en España» que «ya se ha quitado la careta definitivamente», alertó Sánchez.
«Quieren llevarnos en política internacional al aislacionismo, en materia climática al negacionismo, y en materia de convivencia al odio que ya impera en otros países occidentales», espetó igualmente el presidente del Gobierno, que aseguró que el PP «ofrece el pasado, la mentira y la corrupción de Aznar y Rajoy, con el agravante de la sumisión a los ultras, que es la aportación a la política nacional de Feijóo». «No nos ven como adversarios políticos legítimos en una democracia, nos ven como enemigos contra los que todo vale, las mentiras, el odio y, como vimos ayer, hasta las amenazas», denunció Sánchez en referencia a las palabras del expresidente José María Aznar, que el viernes deslizó que Sánchez debería acabar en la «cárcel» por pactar con partidos independentistas.
20MINUTOS.ES – Nacional