Si hoy el Gobierno decidiera montar un circo, seguramente le crecerían los enanos. En un momento en el que el Ejecutivo se encuentra más débil que nunca tras revelarse la supuesta implicación del ex número tres del PSOE Santos Cerdán en la trama Koldo, el ala minoritaria de la coalición, la de Sumar, se encuentra inmersa en su propia crisis interna, un trance que podría acabar, incluso, con la escisión de tres de los aliados territoriales de Yolanda Díaz: Compromís, Més per Mallorca y Chunta Aragonesista. Esas tres formaciones decidirán en los próximos días si abandonan el grupo de Sumar en el Congreso y, si lo hacen, dejarán muy tocada la figura de una vicepresidenta que habría perdido siete de los 31 diputados que logró en 2023 en apenas dos años.
Los tres partidos nacionalistas, que se presentaron dentro de la coalición Sumar a las elecciones de 2023, llevan meses descontentos con Díaz y su manera de organizar el grupo parlamentario del Congreso. El primero de los conflictos en estallar fue el de Compromís, hace más de dos semanas, y su origen fue la negativa de la vicepresidenta a incluir a Pedro Sánchez en la lista de comparecientes que Sumar quiere que acudan a dar explicaciones a la comisión de investigación sobre la DANA de Valencia. Ese rechazo sentó fatal a los valencianistas, especialmente a su sector mayoritario, de corte nacionalista y que históricamente siempre ha tenido suspicacias a la hora de aliarse con partidos de ámbito estatal.
El enfrentamiento entre Compromís y Sumar escaló hasta que, hace un par de semanas y tras varios días de crisis, la formación valencianista tomó una decisión salomónica. Para intentar convencer a sus dos sectores, el partidario de la ruptura con Díaz y el minoritario, que quería seguir dentro del grupo del Congreso, el partido se abrió a no abandonar Sumar, pero exigió a cambio a Díaz una autonomía total y, en la práctica, dejar de estar subordinado a sus decisiones, incluso pudiendo decidir de manera independiente su posición en las diferentes votaciones en el Congreso.
En las dos últimas semanas, Compromís y Sumar han mantenido conversaciones discretas para intentar encontrar un encaje, pero, aunque ha habido momentos en los que las posiciones se han acercado bastante, no han terminado de alcanzar ningún acuerdo. Por ello, el próximo lunes Més Compromís (el sector mayoritario y nacionalista de Compromís) reunirá a su máximo órgano para decidir si se queda en el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso o no. Y fuentes de los valencianistas se muestran convencidas de que ganará la opción de romper.
De cumplirse estos pronósticos, eso implicaría no solo que Díaz perdiera el control de uno de los escaños que, hasta ahora, han formado parte de su grupo parlamentario en el Congreso. También abriría una importante fractura interna dentro del propio Compromís, puesto que sus dos diputados en Madrid son cada uno de una familia y solo Águeda Micó, la perteneciente al sector nacionalista, pasaría al grupo mixto. Alberto Ibáñez, el otro parlamentario, forma parte de Iniciativa, el sector de Compromís más cercano a Sumar, y esa familia tiene claro que no quiere romper con Díaz.
Més y Chunta también estudian romper
No obstante, ese no es el único incendio que ahora mismo amenaza con fracturar a los de la vicepresidenta en el Congreso. En un momento tan delicado como el actual para el Gobierno, la incertidumbre sobre el futuro se ha convertido en la tónica dominante, y cualquier vinculación al PSOE resulta tóxica para partidos como Més per Mallorca y Chunta, que tienen bases nacionalistas muy recelosas de los socialistas. Eso se suma a que ambas formaciones llevan ya meses descontentas con la manera de Díaz de gestionar el grupo parlamentario, y por ello también están amenazando con escindirse.
Més per Mallorca mantuvo una reunión de su dirección este jueves para analizar la posibilidad de que su único diputado en el Congreso pase al grupo mixto, aunque finalmente la formación decidió aplazar su decisión final hasta la semana que viene. Eso permitirá a Més decidir una vez sepa qué va a hacer Compromís, aunque una ruptura con Sumar en el Congreso no implicaría que la formación nacionalista balear dejara de apoyar parlamentariamente al Gobierno. En eso hay coincidencia entre todas las organizaciones, que no se plantean apoyar ninguna iniciativa que impulse la caída del Ejecutivo.
Chunta Aragonesista, por su parte, se encuentra en una situación similar, aunque en este caso el partido no ha establecido una fecha concreta para tomar una decisión sobre la permanencia de su único diputado, Jorge Pueyo, en el grupo parlamentario de Sumar. No obstante, fuentes de la formación reconocen que el descontento con Díaz viene de lejos, y se quejan de que la vicepresidenta no les permite «intervenir en el Pleno en preguntas orales, ni en preguntas al Gobierno, ni en interpelaciones». Estas mismas fuentes, asimismo, reconocen que el escándalo de Cerdán ha tensionado al partido, que tiene pactos con el PSOE no solo en el Congreso, sino también en municipios y diputaciones aragonesas.
Si hoy el Gobierno decidiera montar un circo, seguramente le crecerían los enanos. En un momento en el que el Ejecutivo se encuentra más débil que nunca…
Si hoy el Gobierno decidiera montar un circo, seguramente le crecerían los enanos. En un momento en el que el Ejecutivo se encuentra más débil que nunca tras revelarse la supuesta implicación del ex número tres del PSOE Santos Cerdán en la trama Koldo, el ala minoritaria de la coalición, la de Sumar, se encuentra inmersa en su propia crisis interna, un trance que podría acabar, incluso, con la escisión de tres de los aliados territoriales de Yolanda Díaz: Compromís, Més per Mallorca y Chunta Aragonesista. Esas tres formaciones decidirán en los próximos días si abandonan el grupo de Sumar en el Congreso y, si lo hacen, dejarán muy tocada la figura de una vicepresidenta que habría perdido siete de los 31 diputados que logró en 2023 en apenas dos años.
Los tres partidos nacionalistas, que se presentaron dentro de la coalición Sumar a las elecciones de 2023, llevan meses descontentos con Díaz y su manera de organizar el grupo parlamentario del Congreso. El primero de los conflictos en estallar fue el de Compromís, hace más de dos semanas, y su origen fue la negativa de la vicepresidenta a incluir a Pedro Sánchez en la lista de comparecientes que Sumar quiere que acudan a dar explicaciones a la comisión de investigación sobre la DANA de Valencia. Ese rechazo sentó fatal a los valencianistas, especialmente a su sector mayoritario, de corte nacionalista y que históricamente siempre ha tenido suspicacias a la hora de aliarse con partidos de ámbito estatal.
El enfrentamiento entre Compromís y Sumar escaló hasta que, hace un par de semanas y tras varios días de crisis, la formación valencianista tomó una decisión salomónica. Para intentar convencer a sus dos sectores, el partidario de la ruptura con Díaz y el minoritario, que quería seguir dentro del grupo del Congreso, el partido se abrió a no abandonar Sumar, pero exigió a cambio a Díaz una autonomía total y, en la práctica, dejar de estar subordinado a sus decisiones, incluso pudiendo decidir de manera independiente su posición en las diferentes votaciones en el Congreso.
En las dos últimas semanas, Compromís y Sumar han mantenido conversaciones discretas para intentar encontrar un encaje, pero, aunque ha habido momentos en los que las posiciones se han acercado bastante, no han terminado de alcanzar ningún acuerdo. Por ello, el próximo lunes Més Compromís (el sector mayoritario y nacionalista de Compromís) reunirá a su máximo órgano para decidir si se queda en el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso o no. Y fuentes de los valencianistas se muestran convencidas de que ganará la opción de romper.
De cumplirse estos pronósticos, eso implicaría no solo que Díaz perdiera el control de uno de los escaños que, hasta ahora, han formado parte de su grupo parlamentario en el Congreso. También abriría una importante fractura interna dentro del propio Compromís, puesto que sus dos diputados en Madrid son cada uno de una familia y solo Águeda Micó, la perteneciente al sector nacionalista, pasaría al grupo mixto. Alberto Ibáñez, el otro parlamentario, forma parte de Iniciativa, el sector de Compromís más cercano a Sumar, y esa familia tiene claro que no quiere romper con Díaz.
No obstante, ese no es el único incendio que ahora mismo amenaza con fracturar a los de la vicepresidenta en el Congreso. En un momento tan delicado como el actual para el Gobierno, la incertidumbre sobre el futuro se ha convertido en la tónica dominante, y cualquier vinculación al PSOE resulta tóxica para partidos como Més per Mallorca y Chunta, que tienen bases nacionalistas muy recelosas de los socialistas. Eso se suma a que ambas formaciones llevan ya meses descontentas con la manera de Díaz de gestionar el grupo parlamentario, y por ello también están amenazando con escindirse.
Més per Mallorca mantuvo una reunión de su dirección este jueves para analizar la posibilidad de que su único diputado en el Congreso pase al grupo mixto, aunque finalmente la formación decidió aplazar su decisión final hasta la semana que viene. Eso permitirá a Més decidir una vez sepa qué va a hacer Compromís, aunque una ruptura con Sumar en el Congreso no implicaría que la formación nacionalista balear dejara de apoyar parlamentariamente al Gobierno. En eso hay coincidencia entre todas las organizaciones, que no se plantean apoyar ninguna iniciativa que impulse la caída del Ejecutivo.
Chunta Aragonesista, por su parte, se encuentra en una situación similar, aunque en este caso el partido no ha establecido una fecha concreta para tomar una decisión sobre la permanencia de su único diputado, Jorge Pueyo, en el grupo parlamentario de Sumar. No obstante, fuentes de la formación reconocen que el descontento con Díaz viene de lejos, y se quejan de que la vicepresidenta no les permite «intervenir en el Pleno en preguntas orales, ni en preguntas al Gobierno, ni en interpelaciones». Estas mismas fuentes, asimismo, reconocen que el escándalo de Cerdán ha tensionado al partido, que tiene pactos con el PSOE no solo en el Congreso, sino también en municipios y diputaciones aragonesas.
20MINUTOS.ES – Nacional