No nos separamos de nuestro teléfono ni para ir al baño. No le quitamos ojo a la pantalla ni descansan nuestros dedos de deslizar y de toquetear. A este ritmo, los dispositivos se han convertido en una ventana a nuestras vidas. Están repletos de información personal, fotos, acceso a redes sociales, al correo electrónico, la app del banco, la cuenta de Amazon o la de Netflix.
Cuando un servicio de reparación te pide el código o el patrón de tu smartphone para arreglarlo, no es necesario dárselo. Desde hace tiempo, la mayoría de fabricantes permiten activar un Modo de reparación
No nos separamos de nuestro teléfono ni para ir al baño. No le quitamos ojo a la pantalla ni descansan nuestros dedos de deslizar y de toquetear. A este ritmo, los dispositivos se han convertido en una ventana a nuestras vidas. Están repletos de información personal, fotos, acceso a redes sociales, al correo electrónico, la app del banco, la cuenta de Amazon o la de Netflix.
En el móvil conservamos incluso documentos delicados de trabajo, tal vez información fiscal o datos de pago almacenados en algunas de las aplicaciones donde hacemos compras. Este es uno de los efectos de utilizar tanto el smartphone —o quizá sea la causa— pero hay otro efecto. El uso constante lleva al deterioro.
Hoy cada vez más gente arregla su móvil cuando se le fractura la pantalla, se hace añicos el protector de la lente o no funciona bien el micrófono. Comprar un terminal nuevo no solo supone un desembolso, también conlleva las molestias habituales de migrar todo el software y los datos a otro dispositivo. Es un proceso que los fabricantes tienden a facilitar, pero esto no le quita un escozor de incertidumbre a la tarea.
Cuando queremos arreglar nuestro smartphone lo primero que tenemos que saber es si está en garantía. En España, este periodo asciende a tres años. Pero evidentemente, no todos los daños en el móvil los cubre la garantía. De hecho, solo sirve cuando la causa sea atribuible a un fallo responsabilidad del fabricante.
Si el problema no se resuelve enarbolando la garantía, podemos recurrir al servicio oficial que ofrecen algunas marcas. Suele estar delegado en terceros y a veces envían a un mensajero a recoger el dispositivo a tu casa. Otra opción es llevar a arreglar el móvil a un servicio técnico recomendado o a un local cercano especializado.
En cualquier caso, desprendernos por un tiempo de nuestro móvil no es algo que hagamos de buen grado. Sobre todo cuando el servicio de reparación te pide el PIN o el patrón para comprobar, una vez hecho el arreglo, que todo funciona bien. Lo necesitan para ver que la pantalla despliega bien los colores, que la cámara enfoca adecuadamente o que la batería carga y descarga correctamente.
Pero ante este requisito, la ansiedad se nos dispara. Con el PIN o el patrón, cualquiera puede acceder a nuestras aplicaciones y a nuestros datos. Entendemos que son profesionales, pero con todo, el grado de intimidad y de información personal es tan alto que queremos asegurarnos de que no se accederá a nuestras cuentas ni se consultará nuestro contenido.
Una solución es hacer una copia de seguridad y formatear el dispositivo. Pero no deja de ser un engorro. Sobre todo porque, en realidad, no es necesario compartir nuestro PIN o el patrón con el servicio de técnico. En los últimos años, casi todas las marcas han introducido un modo de reparación o modo de mantenimiento. Antes de enviar tu dispositivo a reparar, solo tienes que activar esta función y los técnicos podrán probar y enredar en tu terminal sin acceder a un ápice de tu contenido.
Cómo activarlo
Es una función pensada justo para cuando necesitamos dejar el móvil en manos ajenas para su reparación. Cada fabricante tiene su propia fórmula, pero todas sirven para lo mismo: ocultar cualquier rastro personal y establecer una versión neutra del sistema. Parecerá como reiniciado a valores de fábrica. Esto lo revertiremos cuando se haya hecho el arreglo.
En los Samsung, esta modalidad se activa desde Ajustes, tocando en Mantenimiento del dispositivo (en Latinoamérica es Cuidado del dispositivo), después iremos a Modo mantenimiento y confirmaremos en Activar. Para los usuarios de Xiaomi es igualmente sencillo. Una vez en Ajustes, hay que tocar en Sobre el teléfono y allí aparecerá la opción Modo de reparación.
Apple añadió hace dos años su propia función equivalente en iOS. Activarla es algo menos intuitivo, pero no es complicado. Solo hay que entrar en la app Buscar y tocar en Dispositivos. Aquí seleccionamos nuestro iPhone y tocamos en Eliminar. A continuación aparecerá un mensaje donde nos informa de que el dispositivo no se puede eliminar y nos sugerirá que activemos el Modo reparación.
En la mayoría de dispositivos Android, se puede acceder al modo de reparación de una forma similar. Solo hay que acceder a Ajustes y probar a buscar el inicio de las palabras clave, “reparación” o “mantenimiento”.
Para desactivar el modo de reparación, una vez que recogemos el terminal arreglado, solo hay que rehacer el mismo camino desde los Ajustes. Aunque normalmente aparecerá una notificación en la parte superior, indicando que el dispositivo tiene este modo activado. Tocando en ella llegaremos directamente a la opción para devolver nuestro móvil a la normalidad. Para ello deberemos introducir el PIN o el patrón y volverán a estar disponibles todos nuestros datos y aplicaciones.
Antes de enviar el móvil a reparar
Eso sí, antes de enviar a reparar nuestro smartphone se recomienda hacer una copia de seguridad de nuestros datos y aplicaciones. Es una medida de precaución ante cualquier imprevisto desagradable.
Otro de los consejos habituales es quitarle al móvil la tarjeta SIM, así como cualquier tarjeta de almacenamiento microSD que lleve. Al final se trata de evitar mandar nuestro dispositivo a arreglar con nuestra información accesible. Después de todo, se trata del objeto con mayor densidad de intimidad y de información personal que tenemos todos hoy en día.
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