«No sé muy bien por qué me llaman Tito. Debe de venir que de que me decían que era chiquitito», reconoció Marc en su presentación en First Dates.
Le contó a Carlos Sobera que se dedicaba al mundo de la hostelería y que, en la actualidad, tenía una vermutería en Salou. «En el amor no me ha ido muy bien, sino, no habría venido al programa», señaló.
«Quiero una relación estable, de sinceridad, honesta, de pasarlo bien y descubrir cosas juntos. Las chicas me gustan finitas, elegantes, amigas de sus amigos y familiares«, explicó.
Su cita, Alessia, se trataba de una napolitana afincada en valencia que se definió como «una mujer muy caliente, extrovertida, familiar y que me gusta mucho divertirme».
Pero al verla, Tito se sintió decepcionado: «Me gustan las mujeres más finas y menos exuberantes. Las prefiero más elegantes y sutiles que Alessia«, reconoció el comensal.
A pesar de todo, pasaron a la mesa a cenar, pero según avanzaba la velada, más se distanciaban los daters, ya que no coincidieron ni en gustos ni en aficiones.
Tras la cena, se fueron al reservado, donde la cosa no mejoró cuando el tarraconense se negó a bailar, dejando claro que ambos estaban deseando que la cita acabara cuanto antes.
Al final, como era de esperar, ninguno de los dos quiso tener una segunda cita. La italiana, incluso, le llegó a reconocer a Tito que «no me he divertido mucho, eres un poco soso», concluyó.
«Las prefiero más elegantes y sutiles que Alessia», reconoció el comensal sobe su pareja de la noche
«No sé muy bien por qué me llaman Tito. Debe de venir que de que me decían que era chiquitito», reconoció Marc en su presentación en First Dates.
Le contó a Carlos Sobera que se dedicaba al mundo de la hostelería y que, en la actualidad, tenía una vermutería en Salou. «En el amor no me ha ido muy bien, sino, no habría venido al programa», señaló.
«Quiero una relación estable, de sinceridad, honesta, de pasarlo bien y descubrir cosas juntos. Las chicas me gustan finitas, elegantes, amigas de sus amigos y familiares«, explicó.
Su cita, Alessia, se trataba de una napolitana afincada en valencia que se definió como «una mujer muy caliente, extrovertida, familiar y que me gusta mucho divertirme».
Pero al verla, Tito se sintió decepcionado: «Me gustan las mujeres más finas y menos exuberantes. Las prefiero más elegantes y sutiles que Alessia«, reconoció el comensal.
A pesar de todo, pasaron a la mesa a cenar, pero según avanzaba la velada, más se distanciaban los daters, ya que no coincidieron ni en gustos ni en aficiones.
Tras la cena, se fueron al reservado, donde la cosa no mejoró cuando el tarraconense se negó a bailar, dejando claro que ambos estaban deseando que la cita acabara cuanto antes.
Al final, como era de esperar, ninguno de los dos quiso tener una segunda cita. La italiana, incluso, le llegó a reconocer a Tito que «no me he divertido mucho, eres un poco soso», concluyó.
20MINUTOS.ES – Televisión
