Trump lanza una segunda guerra comercial sin acabar la primera: el reajuste con los países sin acuerdo supera el 30%

Las nuevas tarifas aduaneras oscilan entre el 10% y el 41%, siendo la más alta para Siria. India se ve sujeta al 25% y Canadá también recibe un golpe, al pasar del 25% al 35% Leer Las nuevas tarifas aduaneras oscilan entre el 10% y el 41%, siendo la más alta para Siria. India se ve sujeta al 25% y Canadá también recibe un golpe, al pasar del 25% al 35% Leer  

La inseguridad y la incertidumbre, el contexto económico menos deseado por empresarios e inversores para llevar a cabo su actividad y tomar decisiones, vuelve a apoderarse de la agenda global. El presidente estadounidense Donald Trump firmó un decreto ayer jueves que impone aranceles más altos a decenas de países para reestructurar el comercio mundial en beneficio de Estados Unidos. Son 67 los países y millones las empresas que ven alteradas sus relaciones comerciales con base en lo que señala ese decreto, que lanza una segunda guerra comercial global cuando cundía la sensación de que la primera, declarada el pasado mes de abril desde la Casa Blanca, perdía intensidad por no materializarse.

Pero desde que el pasado domingo Trump se anotara una victoria humillante sobre la UE al imponer un 15% en aranceles al mayor bloque comercial del mundo, la ofensiva ha ganado intensidad con castigos inesperados y arbitrarios sobre potencias económicas como Brasil, India o Canadá.

Pero, como el pasado mes de abril, la rotundidad con la que Trump anuncia sus nuevas tarifas encaja mal con su cumplimiento. Si ya existía un marco anunciado para entrar en vigor hoy, 1 de agosto, las nuevas tarifas aduaneras, una de las palabras preferidas del presidente republicano no entrarán en vigor hasta dentro de seis días.

Con el aplazamiento en el último momento por parte de la casa Blanca llueve sobre mojado. Pero no ha servido para calmar las bolsas y mercados en todo el mundo que, tras el golpe inicial sufrido en abril con el anuncio del Liberation day de Trump, se habían recuperado, confiando en que la amenaza de una guerra comercial global se desvanecía. Hoy, desde Asia a los futuros para la apertura de Wall Street, el color de los mercados es el rojo de las ventas.

Las caídas, a mediodía, no son desplomes dramáticos. Los aranceles van a impactar sobre las economías pero, cuatro meses después de ser anunciada la primera andanada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló a mediados de esta semana, que sus previsiones sobre el crecimiento económico global en 2025 han mejorado. Desde abril, las bolsas europeas han vivido un ‘rally’ que las ha llevado a máximos. En el último mes las grandes compañías tecnológicas han vuelto a batir récords de cotización. Son este tipo de contrastes entre el previsible golpe al desarrollo que supone una guerra comercial y la marcha de la economía los que añaden confusión al momento actual.

Mientras tanto, los países tratan de prepararse para el nuevo marco comercial. El pasado domingo, Trump acordó con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, unos aranceles generales del 15% no recíprocos que Bruselas resumió como el menos malo de los acuerdos porque acababa con la incertidumbre de una guerra comercial. Las críticas al pacto y a la propia von der Leyen por parte de países y sectores empresariales e industriales han sido muy duras, con una intensa actividad durante los últimos días para tratar de suavizar el impacto económico del acuerdo extendiendo las negociaciones.

EEUU y la UE alcanzan un acuerdo y fijan los aranceles en el 15%

Es el caso de productos como el vino, que Francia ha tratado de situar en un modelo comercial de tarifas «cero a cero» y que beneficiaría también a los productores españoles que tienen en Estados Unidos uno de sus principales mercados de exportación. Bruselas indicó ayer que no se producirá esa exención y, por lo tanto, sus aranceles serán del 15%

Es decir, al acuerdo marco anunciado la semana pasadan le siguen negociaciones para aterrizarlo sobre cada categoría de productos. En España, el Ministerio de economía ha llevado a cabo reuniones esta semana con distintas patronales para tratar aclarar unas nuevas situaciones arancelarias que se esperaban para hoy viernes y que no han llegado.

El reajuste de aranceles anunciado situó el gravamen por encima del 30% para varios países con los que no se ha alcanzado un pacto, como son los casos de Suiza, Serbia o Myanmar (Birmania).

Este retraso tiene como objetivo dar tiempo a las aduanas para prepararse, informó un alto cargo estadounidense a periodistas.

«Reestructuración del comercio mundial en beneficio de los trabajadores estadounidenses», escribió la Casa Blanca en mayúsculas y negrita en uno de los documentos en los que anuncia los nuevos gravámenes.

Se trata de «abordar aún más el creciente déficit comercial anual de bienes de Estados Unidos» y «proteger a Estados Unidos de las amenazas extranjeras a la seguridad nacional y la economía», añade, pese a que muchos economistas temen una subida de la inflación que pagarán los consumidores.

Las nuevas tarifas aduaneras oscilan entre el 10% y el 41%, siendo la más alta para Siria. India se ve sujeta al 25% y Canadá también recibe un golpe, al pasar del 25% al 35%, salvo los productos protegidos por el Tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC), del que forma parte junto con Estados Unidos y México.

Les siguen varias economías europeas, como Suiza, Serbia o Bosnia-Herzegovina, con un arancel del 39%, del 35% y del 30% respectivamente, fruto de la falta de un pacto comercial.

Especial es el caso del país helvético, a quien el mandatario estadounidense impuso este jueves la mayor subida de todos los países, puesto que el pasado 2 de abril el gravamen a sus importaciones se limitó al 31%.

En cuanto a su socio del norte, «Canadá no ha cooperado para frenar el flujo constante de fentanilo y otras drogas ilícitas, y ha tomado represalias contra Estados Unidos» lamentó la Casa Blanca en un documento.

«Los cárteles mexicanos operan cada vez más laboratorios de síntesis de fentanilo y nitazeno en Canadá», añade sobre dos opioides sintéticos que preocupan a Estados Unidos.

La Unión Europea (UE), Japón y Corea del Sur, unos de los pocos socios que lograron renegociar las tarifas durante la tregua anunciada en abril y postergada en julio, estarán sujetos al 15%, como la mayor parte de los países. El Reino Unido, Vietnam, Indonesia y Filipinas también alcanzaron acuerdos, todavía preliminares.

Washington aumentó del 10 al 15% los recargos para Costa Rica, Bolivia y Ecuador y mantuvo intactos los previstos en abril para Venezuela (15%) y Nicaragua (18%).

Brasil figura con un 10%, pero será solo hasta el 6 de agosto. El miércoles el gobierno de Trump anunció que a este arancel mínimo universal añadirá 40 puntos porcentuales, lo que equivale a un 50%, debido sobre todo al juicio contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, acusado de intentona golpista.

Este jueves, tras hablar por teléfono su homóloga mexicana Claudia Sheinbaum, Trump se mostró indulgente con su vecino del sur y le concedió una prórroga de 90 días con el objetivo «de firmar» un acuerdo «dentro de ese plazo, o incluso más». Entre tanto sigue sometido al 25% salvo los bienes incluidos en el T-MEC.

Se alcanzó «el mejor acuerdo posible» si se compara con otras naciones, afirmó Sheinbaum en rueda de prensa.

México, que se exponía a tarifas aduaneras adicionales del 30%, «acordó eliminar de inmediato sus numerosas barreras comerciales no arancelarias, que eran muchas», añadió Trump.

Hasta ahora la mayoría de los países se enfrentaban al arancel mínimo universal del 10% impuesto en abril y los aplicados a ciertos productos como el 50% al aluminio y el acero o el 25% a los automóviles. A partir del viernes también entrarán en vigor recargos del 50% para los productos fabricados con cobre.

El impacto de los aranceles preocupa a los economistas. Los consideran un lastre para la inflación, que subió al 2,6% en junio, según el índice PCE publicado el jueves, y para el crecimiento de Estados Unidos, que se espera por debajo del 1% en el segundo semestre del año.

Como consecuencia la Reserva Federal (Fed) mantuvo sin cambios sus tasas, para gran consternación de Trump.

El uso de los aranceles como medio de presión para alcanzar acuerdos comerciales favorables a Estados Unidos acabó en los tribunales.

Este jueves se celebró una vista en una corte de apelaciones de Washington para determinar si Trump se ha extralimitado en sus facultades constitucionales al imponer estos recargos.

La Casa Blanca ha advertido que apelará ante la Corte Suprema si la sentencia le es desfavorable.

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