Una soltera de 72 años se queja de su cita de 84 en 'First Dates': "No es para mí, me ha recordado a mi padre"

En la última emisión de First Dates se dio una de las citas más veteranas del formato de Cuatro, cuando se encontraron Ernesto, de 84 años, procedente de Ciudad Real y Tomasa, de 72 años, natural de Murcia. Una cita que no acabó demasiado bien por las reticencias de ella.

«Soy un hombre que le gusta todo lo bueno. Me encanta tocar con mi laúd y el teatro», se presentaba Ernesto, que buscaba una mujer a la que le gustara cantar. «Que cante, me guste su físico y también miro un poco el coco. Si algo falla, nos adaptamos», decía optimista.

A Tomasa, por su parte, su cita no le cuadró ya desde el inicio. «Vaya novios me traéis», decía al ver a Ernesto. «Cuando lo he visto, he dicho: ‘Este señor no es para mí’. Al verlo, me he acordado de mi padre», aseguraba ella.

Además, a Tomasa le molestaba que Ernesto cogiera una llamada de móvil en mitad de la cena. «Si supieras dónde estoy», respondía él a su interlocutor.

«Coger el teléfono en una cita es algo que nunca se hace. No sé con quién va a hablar él, si con una pájara que tenga por ahí. Yo, no lo sé», espetaba Tomasa en la entrevista posterior con el equipo del programa.

«Para mí, Murcia está al otro lado de la esquina. Yo cojo mi coche y voy a donde sea, a Murcia, Alicante, Huelva o a donde se atraviese», decía un emocionado Ernesto, al que Tomasa le había hecho tilín. Pero eso a Tomasa le parecía un atrevimiento y tampoco le gustó.

«Yo, lo siento mucho. Como amigos puede ser. De momento, no. Puede que algún día, nunca se sabe«, decía en la decisión final Tomasa, mientras que Ernesto lo tenía claro: «tendría una segunda cita y una tercera».

 Ernesto y Tomasa cenaron en el restaurante del amor, pero sus impresiones sobre la cita fueron muy diferentes.  

En la última emisión de First Dates se dio una de las citas más veteranas del formato de Cuatro, cuando se encontraron Ernesto, de 84 años, procedente de Ciudad Real y Tomasa, de 72 años, natural de Murcia. Una cita que no acabó demasiado bien por las reticencias de ella. 

«Soy un hombre que le gusta todo lo bueno. Me encanta tocar con mi laúd y el teatro», se presentaba Ernesto, que buscaba una mujer a la que le gustara cantar. «Que cante, me guste su físico y también miro un poco el coco. Si algo falla, nos adaptamos», decía optimista. 

A Tomasa, por su parte, su cita no le cuadró ya desde el inicio. «Vaya novios me traéis», decía al ver a Ernesto. «Cuando lo he visto, he dicho: ‘Este señor no es para mí’. Al verlo, me he acordado de mi padre», aseguraba ella. 

Además, a Tomasa le molestaba que Ernesto cogiera una llamada de móvil en mitad de la cena. «Si supieras dónde estoy», respondía él a su interlocutor. 

«Coger el teléfono en una cita es algo que nunca se hace. No sé con quién va a hablar él, si con una pájara que tenga por ahí. Yo, no lo sé», espetaba Tomasa en la entrevista posterior con el equipo del programa. 

«Para mí, Murcia está al otro lado de la esquina. Yo cojo mi coche y voy a donde sea, a Murcia, Alicante, Huelva o a donde se atraviese», decía un emocionado Ernesto, al que Tomasa le había hecho tilín. Pero eso a Tomasa le parecía un atrevimiento y tampoco le gustó. 

«Yo, lo siento mucho. Como amigos puede ser. De momento, no. Puede que algún día, nunca se sabe«, decía en la decisión final Tomasa, mientras que Ernesto lo tenía claro: «tendría una segunda cita y una tercera». 

 20MINUTOS.ES – Televisión

Te Puede Interesar