Zorann Petrovici: "Si el trabajo humanitario de Alfonso XIII lo hubiese hecho la República, lo tendríamos hasta en la sopa"

Zorann Petrovici (Reșița, Rumanía, 1990), profesor de historia en la Universidad Pontificia de Comillas, acaba de publicar La guerra del Rey (La Esfera de los libros. 2025. 428 páginas. 22,70 euros), donde cuenta como nunca antes algo escasamente conocido: el impresionante empeño humanitario del rey Alfonso XIII de España para salvar vidas y ayudar a las víctimas durante la primera guerra mundial.

Esta historia era conocida, pero muy poco y jamás se había contado con tal aporte documental y semejante precisión. De hecho, la mayoría del público no sabe qué sucedió en el Palacio de Oriente durante los años de la primera guerra mundial. Alfonso XIII ha pasado a la memoria de los españoles como un rey militarista, que favoreció la dictadura de Primo de Rivera, que alentó la terrible guerra de Marruecos y que terminó exiliándose tras perder la corona en 1931.

Pero poco se ha dicho que aquel hombre con tan mala prensa (entre los españoles) logró salvar 200.000 vidas durante la Gran Guerra gracias a una iniciativa humanitaria que se llamó Oficina Pro Cautivos u Oficina de la Guerra Europea. Él la montó, él la pagó y eso le hizo ganar un inmenso prestigio… fuera de España. No aquí.

 El historiador ensalza la labor de Alfonso XIII, que logró salvar 200.000 vidas durante la Gran Guerra  

Zorann Petrovici (Reșița, Rumanía, 1990), profesor de historia en la Universidad Pontificia de Comillas, acaba de publicar La guerra del Rey (La Esfera de los libros. 2025. 428 páginas. 22,70 euros), donde cuenta como nunca antes algo escasamente conocido: el impresionante empeño humanitario del rey Alfonso XIII de España para salvar vidas y ayudar a las víctimas durante la primera guerra mundial.

Esta historia era conocida, pero muy poco y jamás se había contado con tal aporte documental y semejante precisión. De hecho, la mayoría del público no sabe qué sucedió en el Palacio de Oriente durante los años de la primera guerra mundial. Alfonso XIII ha pasado a la memoria de los españoles como un rey militarista, que favoreció la dictadura de Primo de Rivera, que alentó la terrible guerra de Marruecos y que terminó exiliándose tras perder la corona en 1931. 

Pero poco se ha dicho que aquel hombre con tan mala prensa (entre los españoles) logró salvar 200.000 vidas durante la Gran Guerra gracias a una iniciativa humanitaria que se llamó Oficina Pro Cautivos u Oficina de la Guerra Europea. Él la montó, él la pagó y eso le hizo ganar un inmenso prestigio… fuera de España. No aquí.

¿Por qué emprende el rey Alfonso XIII tan gigantesco trabajo humanitario? Podía no haberlo hecho.España fue neutral en la Gran Guerra. Lo que al Rey le dolía es que esa neutralidad fuese por obligación, porque España no estaba en condiciones ni anímicas ni materiales para participar en el conflicto. Esto lo sabía todo el mundo, como Azaña, Cambó u Ortega. Se atendieron, eso sí, los compromisos con los países beligerantes. Pero lo que hizo el Rey con la Oficina de la Guerra Europea fue iniciativa suya. Sí, es verdad que podría haber mirado para otro lado. Pero no lo hizo. Se implicó a fondo en el trabajo humanitario. Tanto con los soldados como con la población civil.

¿Cómo empezó todo?Desde las primeras semanas de la guerra empezaron a llegar al Palacio de Oriente algunas cartas, muy pocas, en las que ciudadanos de los países en guerra pedían ayuda al Rey para encontrar a familiares con los que habían perdido el contacto. Alemanes, franceses, belgas, rusos… Palacio lo ponía en manos del Ministerio de Estado, que era lo que tenía que hacer.

Pero una de aquellas cartas lo cambió todo.Sí, así fue. Una joven francesa escribió pidiendo a Alfonso XIII que le ayudase a encontrar a su marido. Todo indica que el joven apareció y el Rey escribió a la chica comunicándoselo. Podía haber sido una carta más, pero a la muchacha se le ocurrió contárselo a la prensa. La noticia se publicó en Le Petit Journal en junio de 1915. Aquel diario tiraba 850.000 ejemplares diarios. Y a los pocos días lo reprodujeron muchos periódicos más.

Portada de 'La-guerra del rey'.
Portada de ‘La-guerra del rey’.
La Esfera

¿Y qué pasó?Pues que se desató la vorágine. Aquel mes de junio llegaron al Palacio Real 1.400 cartas pidiendo la ayuda del Rey. En agosto ya eran 4.500. Una locura.

¿Qué fue lo que hizo Alfonso XIII?Montar la Oficina de la Guerra en los altos del Palacio de Oriente. En los momentos de mayor intensidad llegaron a trabajar allí casi 50 personas, además de voluntarios que ayudaban desde fuera. Se organizó un sistema de fichas y expedientes, caso por caso. Estaban desbordados.

Pero ¿cómo se hacía exactamente?Primero se recibía la carta y se abría el expediente. Luego se llamaba a la Embajada del país que fuera y se les pedía que contactasen con el ministerio de la guerra correspondiente. Las embajadas de España tuvieron que contratar a gente, por supuesto, porque ellos eran pocos y no podían con todo. Los funcionarios españoles iban al ministerio y empezaban a hacer gestiones. En cuanto la marea de peticiones se multiplicó, la gente de los ministerios empezó a mirar mal a aquellos pesados de españoles que no hacían más que ir a preguntar… en realidad, por el enemigo. Así que los derivaban a la Cruz Roja. Estos tenían sus propias fichas, sus propios listados y su propio sistema.

Pero eso es una completa locura burocrática.Desde luego, pero lo hicieron. En Madrid no se puede olvidar al secretario particular del Rey, Emilio María de Torres, que tenía una capacidad de trabajo inaudita. Ahora imagínese que se busca a un francés que se podía llamar, por ejemplo, Jean Martin. Había decenas de franceses que se llamaban así. Pero había que encontrar al auténtico…

Es como Salvar al soldado Ryan pero multiplicado por mil, ¿no?Exactamente.

Personal, oficinas, papel, telégrafo… Todo esto ¿quién lo pagaba?Los funcionarios de las embajadas tenían su sueldo, pero la mayor parte del dineral que costó salió del presupuesto de la Casa Real. Vamos, que lo pagó el propio Rey.

¿Tuvieron éxito?En muchos casos, sí, no en todos. Gran parte de los soldados desaparecidos estaban muertos y sepultados en el barro de las trincheras, eran dificilísimos de identificar. Pero con la población civil, con las familias que habían sido separadas por la guerra, hubo resultados mucho mejores. La Oficina de la Guerra Europea abrió aproximadamente 180.000 expedientes. Entre eso y otras iniciativas, como las de los buques hospital, se calcula muy ajustadamente que la iniciativa de Alfonso XIII pudo salvar alrededor de 200.000 vidas.

Pero aquel rey sigue teniendo hoy «mala prensa».Eso es en España. Los franceses le consideran un héroe por lo que hizo. Y los belgas. Winston Churchill le cubrió de elogios. Pero en España no es así. La historia de las últimas décadas se ha escrito de una manera muy política. Yo estoy convencido de que si la iniciativa humanitaria la hubiese emprendido la República, en lugar del Rey, hoy la tendríamos hasta en la sopa, la conocería todo el mundo. Pero no fue así… La historia de la Oficina de la Guerra ha tardado casi un siglo en llegar con seriedad al mundo académico. Pero la verdad es la verdad, tanto si le gusta al historiador como si no. Para explicar un reinado hay que contar todas las claves, no solo las que nos gustan. Ahora se está haciendo, menos mal.

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